Todos los datos apuntan a que nos encontramos ante cambios en los patrones climáticos del planeta que tienen un efecto directo sobre la forma en la que producimos y consumimos.
El pasado verano el precio de determinados alimentos se incrementó notablemente. Según el informe “Food Price Volatility a Growing Concern” del Banco Mundial, el precio del trigo se ha incrementado un 50 por ciento y del maíz un 45 desde mediados de junio. Los expertos coinciden en que la principal causa se debe a la increíble sequía que se vive no solo en los Estados Unidos, si no en otros graneros del mundo como Europa, Rusia o Ucrania. En India, por ejemplo se calcula que las lluvias del monzón han aportado un 20% menos de agua que en años precedentes.
Para las compañías de seguros, 2011 fue el año en el que han tenido que pagar más siniestros por causas de desastres naturales. Tan solo en el primer semestre de 2011, tuvieron que abonar 265.000 millones de dólares (Estudio The Intelligent Insurer de KPMG).
The Economist señalaba las consecuencias para la economía global cambio climático basándose en el estudio del Instituto Goddard. Un análisis de las series de temperaturas de la superficie terrestre de los últimos 60 años en celdas de 250km de lado. Las conclusiones no son nuevas, los veranos son poco a poco más largos y cada vez más severos. Hasta aquí nada nuevo ¿o sí?
Para una parte de la opinión pública, hablar de cambio climático todavía es considerado como un futurible que la tecnología será capaz de gestionar. Un efecto que despierta una sonrisa y casi siempre algún comentario que pretende infructuosamente ingenioso. Pero al parecer ya está aquí.
Para conocer más sobre las tendencias globales y como afectarán a los negocios hemos elaborado el informe “Expected the Unexpected”, en el que analizamos las diez megafuerzas en materia de sostenibilidad (cambio climático, energía y combustible, escasez de materias primas, crecimiento de la población, riqueza, urbanización, seguridad alimentaria, debilitamiento de los ecosistemas y deforestación) que afectarán en gran medida al crecimiento de las empresas de todo el mundo durante las dos próximas décadas.
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