ESG

Doha y la segunda vida de Kioto (Parte 2: COP18)

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Todos tenemos una ilusión de validez, incluso de esperanza, cuando cada año los gobiernos inician el ritual de la Cumbre del Clima. Pero las conclusiones una vez que terminan no deberían frustrarnos. Solo responden a la naturaleza de unas deliberaciones que tienen como objetivo decidir sobre el largo plazo, pero llevadas a cabo por un grupo de personas diseñadas para pensar a corto, o al menos a cuatro años.

Pese a ello, la Cumbre de Doha COP18 pasará a la historia. Será aquella en la cual se consiguió ampliar el Protocolo de Kioto hasta 2020, fecha en la cual previsiblemente entrará en vigor un nuevo acuerdo – esta vez global y vinculante – para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Un Kioto zombi que vincula a 190 países pero que tan solo obliga a reducir de forma efectiva las emisiones a los países de un raquítico anexo 1 que se ha quedado solamente con la UE, Noruega, Suiza y Australia – el 15% de las emisiones globales –. Se descuelgan finalmente de la extensión del acuerdo Canadá, Japón y Nueva Zelanda.

En cada Cumbre, los gobiernos anfitriones tratan de presentar la suya como un avance sin paliativos. Aunque cada vez está más complicado, podríamos decir que en esta se ha incluido un nuevo concepto que debe haber estremecido a más de un negociador. En el texto se incluye una mención a la potencial indemnización por parte de los países industrializados al resto del mundo, por los daños causados por estos como contribuyentes clave al calentamiento global. Esta afirmación en los textos de los acuerdos, por si misma no significa seguramente nada, pero podríamos estar ante un nuevo escenario de negociaciones futuras. La paradoja de todo esto es quizás que se haya aprobado precisamente en Catar.

Entretanto, y ya en casa de vuelta estoy seguro que los negociadores deben pensar que esto no tiene buen color de cara a lograr un acuerdo en 2015. Y que la siguiente además, será en Varsovia.

Cinco asuntos a los que prestar atención tras los acuerdos obtenidos en Doha:

  1. Se extiende el PK hasta 2015, sin embargo de los países con objetivos específicos solo quedan la UE. Noruega, Suiza y Australia. Consulta el acuerdo en español.
  2. Los proyectos que generan reducciones de emisiones certificadas en los países en desarrollo, continuarán funcionando como hasta ahora -MDLs y IC- aunque se prevé que el precio sea más bajo ya que la demanda previsiblemente será menor.
  3. Los gases bajo el PK son 6 no 5. Se incluye el NF3. El trifloruro de nitrógeno se usa en las pantallas de plasma y en las obleas de silicio que recubren los paneles solares.
  4. Los países con objetivos no utilizarán las reducciones sobrantes del primer periodo de los países de economías en transición.
  5. El proceso hacia un compromiso económico para dotar de un fondo de 100.000 millones de USD anuales en 2020 sigue su curso, aunque solo se han visto 12.000 millones sobre la mesa hasta el momento.