Las compañías farmacéuticas suponen alrededor del 20% de la inversión total privada en I+D en España (unos mil millones de euros anuales). Se calcula que desde que un nuevo fármaco es aprobado hasta que se comercializa transcurren una media de 349 días; algunos laboratorios no cuentan con menos de entre 15 y 18 meses. Desde este punto de partida, el sistema tiene margen de mejora para agilizar el acceso a la innovación farmacéutica.
Para hacer frente a esta necesidad, el pasado 4 de marzo la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, presentó junto con la presidenta de la patronal de la industria farmacéutica en España, Farmaindustria, Elvira Sanz, un Protocolo de Colaboración para el desarrollo conjunto de líneas de colaboración que garanticen el equilibrio entre sostenibilidad del sistema y el acceso de todos los pacientes a los medicamentos innovadores, y crear un marco estable para la investigación y el impulso de la industria farmacéutica.
¿Qué pasos quedan por delante? Para debatir sobre este tema, Valores invitó a Juan José Polledo, director de Relaciones Institucionales de Pfizer, Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos y RSC de Lilly, y Federico Plaza, director de Goverment Affairs de Roche, a compartir sus impresiones en una mesa redonda moderada por José Ignacio Rodríguez Prado, socio responsable del sector de Life Sciences de KPMG en España. Tal y como citó al comienzo del debate, “el futuro de la industria afronta algunos grandes retos entre los que destacan cómo generar innovación de forma sostenible, hacer compatible el acceso a nuevos fármacos con la sostenibilidad presupuestaria y favorecer el acceso de los pacientes a medicamentos de calidad ajustados a sus necesidades y en el momento adecuado”.
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