¿Quién no conoce el mito de la Torre de Babel? La tradición cuenta que obró un castigo divino cuando la arrogancia humana trató de alcanzar el cielo con esa construcción, lo que desencadenó la multiplicación de las lenguas y su dispersión por toda la Tierra. De hecho, la etimología hebrea de Babel significa balbuceo o confusión. Las evidencias arqueológicas apuntan que, en realidad, fue una construcción de siete plantas y poco más de noventa metros de altura, como describió Herodoto en la antigüedad. La gesta contemporánea que abandona las dimensiones modestas es el crecimiento descomunal de la información que está manejando la humanidad, cuyo tratamiento ha originado el fenómeno del big data. El problema no sólo radica en que el volumen procesable de datos -que ya se mide en petabytes – no logra acompañar su crecimiento imparable; sino también en que las informaciones que contiene no son homogéneas. Se habla mucho y en muchos idiomas, y esto afecta a la Sociedad, en general, y a las empresas, en particular. Quien sea observador comprobará que se está luchando contrarreloj en ambos frentes, lo cual me lleva a hablar del lenguaje extensible en el mundo de los negocios.
El eXtensible Business Reporting Language (XBRL) que gana impulso con el nuevo siglo, está orientado a unificar los estándares de presentación de la información financiera y empresarial, de modo que a través de Internet puedan capturarse datos económicos homogéneos y, por lo tanto, comparables. Está basado en el previo eXtensible Markup Language (XML) creado por W3C. En líneas generales, esta tecnología no sólo muestra datos sino que también los describe, lo que permite tabularlos de manera coherente y compararlos. En Enero del año 2009 el órgano regulador norteamericano, la Securities and Exchange Commission, estableció la obligación de que se reportasen y publicitasen estados financieros en formato XBRL, e incluso dispuso una página web facilitando información sobre cómo hacerlo. Diversos reguladores nacionales siguieron la misma iniciativa, incluido el Español. Hasta la Unión Europea ha terminado sugiriendo la utilización de XBRL en su reciente Directiva 2013/59/UE sobre armonización de los requisitos de transparencia. Se pretende, entre otros beneficios, que los motores de búsqueda de información financiera en Internet puedan capturar información comparable y producir benchmarks fiables y al alcance de todos.
Ahora pongamos en relación esta tendencia con otra no menos evidente: la expansión de los reportes de la empresa a ámbitos que trascienden en mucho la información financiera. Es justamente el objetivo del Integrated Reporting (IR), que está ganando posiciones entre las empresas más importantes del planeta, y es también uno de los propósitos de la última revisión del entorno de control más conocido del mundo, COSO III. Pues bien, ya se reflexiona sobre el modo en que XBRL e IR pueden converger, de modo que la información empresarial –no limitada a la financiera- pueda comunicarse en lenguaje universal. Es el primer eslabón para poner orden en Babel, al menos en cuanto a la comunicación de datos de las empresas.
Es interesante conocer estas tendencias, pues las mejores prácticas del ámbito de la información financiera han influido notablemente y continuarán haciéndolo en la esfera del Compliance. No en vano el Instituto Alemán de Auditores Públicos (IDW) acuñó su reconocido estándar sobre Compliance, el AssS 980, sobre la base, entre otros, del propio COSO framework. Así, viendo hacia dónde se dirigen las prácticas más avanzadas en reporte empresarial, es fácil formarse una idea de lo que está por venir en el mundo del Compliance.
Es evidente la tendencia a uniformizar la nomenclatura y las técnicas habituales de Compliance, como demuestra el trabajo de normalización que está desarrollando ISO sobre Compliance Management Systems, que ya he comentado en otras ocasiones. Esta armonización ayudará a evaluar la razonabilidad de las estructuras de cumplimiento sobre la base de indicadores generalmente aceptados, como los que trato en el caso de este mes. La existencia de una taxonomía acordada sobre una materia facilita mucho aplicar después sobre ellas el lenguaje extendido, que es justamente lo que ya ocurrió con la norma ISO 20022 y su traslado a XML en el sector financiero. Y vistos los antecedentes, no es en absoluto descabellado pensar que el proceso de ordenación que está experimentando Compliance conduzca hacia lo mismo…
Por otra parte, el camino hacia la igualación de prácticas y lenguaje en la esfera del Compliance atraviesa necesariamente por uniformar su formación, circunstancia que también está sucediendo en la actualidad a través de posgrados universitarios de especialización.
Cuenta la leyenda que el castigo divino que recayó en Babel fue también un don para el Hombre, de forma que pudiese retomar el buen camino perdido; mensaje que, paradójicamente, concorda con la enseñanza de muchos entornos de control interno y también de Compliance, según la cual todo riesgo lleva implícita una oportunidad de mejora.
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