He aquí un ejercicio aparentemente sencillo de contabilidad: imagine que es el dueño de una pequeña tienda de informática. Un día, a finales de año, un cliente decide comprarle un ordenador que cuesta 1.500 euros y que incluye el servicio de instalación. El día 26 de diciembre se realiza la entrega del equipo, pero hasta el día 2 de enero el técnico no está disponible para instalarlo. Cuando el día 31 de diciembre cierre los libros de contabilidad, ¿cómo debe contabilizar esta compra? ¿Se debería registrar como ingreso el precio de venta o parte del ingreso correspondería al servicio de instalación que no se había prestado al cierre del ejercicio?
Las principales dudas sobre cuánto y cuándo reconocer un ingreso, así como otras más complejas, son las que han venido a solucionar, de manera conjunta, el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB, por sus siglas en inglés) y el Consejo de Normas de Contabilidad Financiera de Estados Unidos (FASB, por sus siglas en inglés) con la reciente publicación de una nueva norma sobre reconocimiento de ingresos ordinarios, la NIIF 15, que entrará en vigor en enero de 2017. La NIIF 15 será de obligado cumplimiento para las empresas que presentan sus cuentas bajo el marco de las normas internacionales de información financieras, como son las cotizadas, y los grupos nacionales que hubieran decidido su aplicación voluntaria.
Algunos aspectos complejos a los que también da respuesta la norma son cómo registrar el ingreso de una transacción ante contraprestaciones variables o cómo hacerlo ante contratos en los que se contemplan descuentos, rappels, devoluciones, penalizaciones por retrasos o royalties.
Alcance en las empresas
Enrique Asla, socio responsable del Departamento de Práctica Profesional de KPMG en España, valora positivamente la publicación de esta norma conjunta: “es un logro importante en términos de convergencia y de comparabilidad de la información financiera”. No obstante, apunta al reto que supondrá su implantación para las empresas. Todo tipo de compañías se verán afectadas por esta normativa, especialmente en lo relativo a los requerimientos de información a revelar. Pero, los sectores de telecomunicaciones, software, ingeniería, construcción e inmobiliario son los que potencialmente experimentarán cambios más significativos en el reconocimiento de los ingresos ordinarios, pues son los que de forma más habitual “realizan operaciones de venta de productos y servicios de una forma combinada o las que participan en proyectos a largo plazo”, señala el experto.
Además, el impacto de la NIIF 15 no se limita al ámbito contable sino que es mucho más amplio y alcanza diferentes niveles en la organización: desde el ámbito fiscal, pasando por las comunicaciones con los mercados financieros, los controles internos o la gestión de proyectos. Por eso, los expertos recomiendan a todas las empresas realizar una correcta evaluación del impacto.
La presidenta del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), Ana María Martínez-Pina, explicó en un evento organizado en junio por KPMG que algunas partes de la norma emitida ahora cuentan con un mayor desarrollo que lo establecido en el vigente Plan General de Contabilidad. Añadió que, sobre los ingresos, “era necesaria una guía y más orientación”, pero señaló que el “cambio conceptual en España no será tan grande”.
Cómo interpretar la NIIF 15
Prabhakar Kalavacherla, socio de KPMG y exmiembro del IASB, que participó en todo el proceso de elaboración y aprobación de la norma, aporta un principio básico para entenderla, una tarea que no considera sencilla: “una entidad ha de reconocer un ingreso en el momento en que tiene lugar la transferencia de control del vendedor al comprador y en la cantidad que la entidad espera obtener a cambio de estos bienes o servicios”. Según su opinión, la mejor forma de implantar la NIIF 15 en una empresa es organizar un proyecto, seleccionando un equipo y formando a la plantilla en las novedades que acarrea la norma de forma que se familiaricen con el nuevo modelo de los cinco pasos:
1- Identificar el contrato o contratos con el cliente
2- Identificar las diferentes obligaciones contractuales del contrato
3- Determinar el precio de la transacción
4- Asignar el precio de la transacción a cada una de las obligaciones contractuales
5- Reconocer el ingreso cuando la entidad haya satisfecho la obligación contractual
Así, según los expertos, las empresas deben empezar a afrontar, cuanto antes, la complejidad de la norma ante la importante incidencia que supone en uno de los pilares de la actividad de negocio: los ingresos ordinarios.
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