Financial Times asegura que el número de furgonetas circulando por las calles de Reino Unido ha aumentado un 30% en la última década. Y no es que se haya puesto de moda dar paseos motorizados, sino que el auge del comercio electrónico está incrementando los envíos y haciendo más compleja la distribución, el transporte y el almacenaje a las empresas del sector consumo. Las compañías han pasado de suministrar de forma regular su red de establecimientos físicos a tener que hacer frente, de forma eficaz, a una demanda desagregada de productos y servicios que se canaliza a través de una gran variedad de canales. A esto se suma que las expectativas del consumidor han aumentado: sus deseos se concretan en envíos personalizados gratuitos (o a un coste bajo) y en un tiempo razonablemente corto.
“El e-commerce está revolucionando el modelo de negocio de las empresas del sector consumo a nivel mundial, pero aún existen bastantes transformaciones que las compañías han de acometer para enfrentarse a este nuevo contexto”, señala Carlos Peregrina, socio responsable del sector Consumo de KPMG en España. Según datos de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, un 32% de los españoles había comprado por Internet en 2013, casi el doble de la cifra registrada en 2007, de un 18%; un crecimiento que aún es más amplio en el conjunto de la Unión Europea, con una tasa media de compra por Internet del 47% el pasado año.
Según H. Donald Ratliff, Director Ejecutivo del Instituto de Cadena de Suministro y Logística de la Universidad Georgia Tech, “la optimización de la cadena de suministro y de los procesos logísticos no es una tarea ni sencilla ni barata; pero es la principal oportunidad que tienen las compañías para reducir significativamente sus costes y mejorar sus resultados”. “En la mayoría de operaciones podrían reducirse los costes entre un 10% y un 40% tomando las decisiones correctas”, señala el experto en el documento ‘Las diez reglas para la optimización de la cadena de suministro y la logística’.
El estudio Global Consumer Executive Top of Mind Survey 2014 de KPMG (para el que se entrevistó a 469 directivos del sector consumo de 32 países, incluida España) pone de manifiesto que las empresas son conscientes de la necesidad de reinventar sus sistemas logísticos: casi la mitad de los encuestados consideraba la cadena de suministro un área ‘muy importante’ o ‘crítica’ en su estrategia este año, una consideración que realizaban en mayor medida las empresas de gran tamaño. Además, las compañías señalaron que aumentarán su inversión en esta área.
Tecnología, origen del cambio y parte de la solución
La tecnología, es, según los expertos, un aspecto fundamental de esta optimización y el análisis masivo de datos (“big data”) se alza en el centro de futuros avances por el poder de anticipación que otorga. “Las empresas se están empezando a acostumbrar a recopilar datos externos, como el tiempo o el tráfico, y a analizarlos junto a datos internos, relacionados con las compras, stocks y otros, que pueden utilizar después para identificar patrones y llegar a predecir el comportamiento del consumidor. La meta es crear un sistema logístico que permita no solo satisfacer la demanda actual sino adelantarse a la futura”, comenta Carlos Peregrina.
Amazon es una de las empresas que ya utiliza el big data para mejorar sus sistemas de distribución. Su nueva patente, destinada a lo que ha denominado ‘envío anticipado’, consiste en un algoritmo que puede predecir las compras futuras de un cliente basándose en su historial y en la tendencia actual. Estas predicciones desencadenan en el envío de los productos que el sistema cree que va a consumir al almacén más cercano al cliente, incluso antes de que el establecimiento solicite esa mercancía. De esta forma, se reduce el tiempo de envío y aumenta la satisfacción del consumidor.
También hay mucho margen de mejora en la gestión de inventarios. Inditex, precisamente una de las enseñas que los expertos en logística suelen poner como ejemplo de eficacia y eficiencia (desde sus almacenes logísticos en España es capaz de enviar su mercancía a cualquier parte del mundo en menos de 48 horas), anunció en julio que ya ha implantado la tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID por sus siglas en inglés) en más de 700 tiendas y en la totalidad de sus centros logísticos, con el objetivo de tenerlo totalmente instalado en 2016.
Este sistema permite la identificación única de cada prenda a través de ondas de radiofrecuencia que se graba en un chip dentro de la alarma. Esto proporciona un conocimiento inmediato de dónde se encuentra cada prenda y, en consecuencia, permite una relación de inventarios más eficientes, mayor precisión y agilidad en la recepción de prendas y rapidez en la reposición del muestrario de la tienda. Pablo Isla, presidente de Inditex, considera que “la implantación de esta tecnología de última generación es el cambio más importante en la operativa de las tiendas del Grupo hasta el momento”, según señala la empresa en su página web.
Además, otra de las ramas de la logística, el almacenamiento, también está en pleno proceso de cambio: impulsadas por las empresas 100% centradas en la venta online, las compañías están optimizando sus sistemas organizativos y de recogida. “En los centros de distribución tradicionales, toda la mercancía está apilada en pallets, pero en un almacén orientado al comercio electrónico, todo está organizado en contenedores de plástico o en cajas fáciles de coger”, señala Roel Gevaers, investigador de transporte económico en la Universidad de Amberes.
Mejoras logísticas, también una tarea de los Gobiernos
El Banco Mundial sitúa a España en el puesto 18 en su Logistics Performance Index 2014, un índice que mide en el terreno la eficiencia de las cadenas de suministro o el desempeño logístico en 160 países. Entre los aspectos que contempla, se encuentran el transporte de cargas, los almacenes, el funcionamiento de las aduanas o los sistemas de pago. Alemania y Holanda ocupan los primeros puestos y España se encuentra por delante de algunos países como Italia o Austria.
El Ministerio de Fomento presentó en abril de este año la Estrategia Logística Nacional, que prevé inversiones por valor de 8.000 millones de euros. “España es valorada internacionalmente por haber desarrollado una red de infraestructuras de primer nivel, y con este plan el Gobierno ha anunciado su intención de aumentar la competitividad de la industria y de la economía española en su conjunto, a través del desarrollo de una red intermodal, de potenciar el papel de España como ‘hub’ de mercancías y de reducir los costes logísticos”, señala Cándido Pérez, socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad de KPMG en España. Según anunció el Ministerio de Fomento, este plan incluye un total de 18 propuestas de actuación, entre las que destaca la creación de la Ley del Sector Logístico, la elaboración de un Código de Buenas Prácticas y la puesta en servicio de autopistas ferroviarias.
China también se ha sumado en los últimos meses a esta preocupación por mejorar sus sistemas logísticos: Li Keqiang, primer ministro chino, se hizo eco recientemente de las quejas de algunos empresarios, que aseguran que es más barato enviar un producto de Shangai a Estados Unidos que a Beijing, según un reciente artículo de The Economist. En respuesta, en una reunión en junio del Consejo Estatal chino, los líderes aprobaron un nuevo plan de reformas que afectarán al sector logístico, aunque los detalles aún están por definir. Así, China, tras décadas centrada en potenciar las exportaciones, está virando su estrategia hacia el incremento del consumo interno y, en consecuencia, a mejorar la capacidad logística de sus empresas.
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