1. Financiación: debe ser acorde al tamaño y estructura de la empresa, a la etapa del proyecto empresarial y a la naturaleza de los proyectos y países en los que se opera.
2. Fiscalidad: una correcta planificación fiscal puede conllevar una significativa reducción del tipo impositivo efectivo.
3. I+D+i: los productos con alto valor tecnológico cuentan con una elasticidad-precio menor, lo que supone una ventaja competitiva considerable.
4. Calidad: toda empresa que desee ser competitiva en el exterior deberá actuar con calidad demostrada, tanto en el bien o servicio como en la gestión empresarial.
5. Diseño: un producto bien diseñado provoca que el consumidor final esté más predispuesto a tener en consideración otros factores como la funcionalidad, la imagen, la estética o el carácter simbólico.
6. Marca: es un factor clave para diferenciar el bien o servicio del de los competidores. La flexibilidad para responder a las exigencias locales (marca global vs marca local) y el registro de la marca son dos de los aspectos más relevantes.
7. Comunicación: la publicidad, el marketing directo, las relaciones públicas, las ferias, la relación con los medios o la página web resultan fundamentales a la hora de abordar nuevos mercados.
8. Inteligencia Económica: permite a la empresa anticiparse a decisiones de los competidores, reducir riesgos, estar permanentemente informada e innovar a la hora de tomar decisiones claves.
9. Logística: los clientes valoran cada vez más aspectos como la fiabilidad de la entrega, la flexibilidad o la capacidad de respuesta.
10. Recursos Humanos: la formación internacional de empleados y directivos y la definición de la estructura organizativa (personal local / ejecutivo volante de la matriz / expatriación) son aspectos determinantes para el éxito de la actividad internacional.
11. Alianzas estratégicas: facilitan la entrada en nuevos mercados y permiten la reducción de costes y riesgos.
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