El Banco Central Europeo, con la ayuda de los restantes supervisores de la zona euro y de la Autoridad Bancaria Europea (en lo relativo a los test de estrés), ha realizado un buen trabajo con el análisis de los bancos europeos desarrollado durante este año.
Desde KPMG, que hemos revisado 38 de los bancos que quedarán bajo la supervisión directa del Banco Central Europeo, sabemos que la prueba no era fácil, ni por el volumen de los bancos examinados, ni por la dimensión de los activos y carteras analizados. Sin embargo, se ha conseguido realizar un análisis exhaustivo y riguroso, con una metodología robusta y razonablemente armonizado, de modo que los resultados han sido recibidos de forma positiva por parte de los analistas internacionales.
Los datos conocidos han reforzado en transparencia y comparabilidad la situación del sector financiero europeo y ello constituye el primer paso hacia una recuperación de la confianza de los inversores internacionales.
En el caso español, la publicación de los resultados de la revisión del sector financiero mostró una radiografía muy positiva de los bancos examinados, muy reforzados tras años de esfuerzo en materia de saneamiento, restructuración y recapitalización.
A la vista de los datos, el sector financiero español se compara favorablemente con el resto de los bancos de la eurozona y evidencia el éxito diferencial de la reestructuración emprendida en 2012. El gran esfuerzo realizado ha obtenido sus frutos, resultando un sector más sólido, lo que constituye una magnífica noticia para la economía española.
Sin embargo, la alegría por los buenos resultados publicados duró poco y los mercados reaccionaron a la baja desde el propio lunes, evidenciando que los analistas y los inversores internacionales estaban viendo algo más allá de las cifras de capital regulatorio, incluso en situaciones de estrés.
Aunque nunca es fácil adivinar la razón última de los movimientos de los mercados, especialmente en un momento en el que su volatilidad ha aumentado, parte del problema puede encontrarse en el volumen de activos no rentables que aún permanecen en los balances de los bancos de la eurozona y, en general, en el efecto de un crecimiento económico débil sobre su cuenta de resultados.
Si bien los bancos españoles han realizado un gran esfuerzo de saneamiento y reestructuración, desinvirtiendo un gran volumen de las carteras y negocios menos rentables y gestionando de forma eficaz y prudente sus balances, y, además, la economía española empieza a mostrar un comportamiento más favorable que el de muchos países europeos, el problema de la baja rentabilidad es general y, de hecho, las últimas publicaciones de resultados de los bancos españoles están evidenciando esta nueva realidad, que permanecerá al menos mientras no cambien las condiciones financieras imperantes.
En definitiva, la publicación de los resultados del pasado domingo evidencia algo positivo: la conclusión de una dura etapa de reestructuración del sector financiero español, aunque esto no implique que tras ella los problemas estén totalmente resueltos.
La nueva supervisión europea prestará, sin duda, mayor atención a estas cuestiones, que obviamente afectan a la rentabilidad a medio y largo plazo de las entidades.
Al haber superado la prueba en lo relativo a los requerimientos de capital, los bancos españoles no se verán sometidos al esfuerzo adicional de la presentación y ejecución de los planes de recapitalización con lo que, en ese sentido, su situación es francamente mejor que la de los 13 bancos europeos que sí tendrán que hacerlo.
No obstante, la dimensión más cualitativa del análisis realizado (calidad del gobierno corporativo, gestión del riesgo, calidad de los datos, la revisión de los modelos, los cambios en el marco contable, la transformación del modelo de negocio y el impacto tecnológico) formará también parte de la nueva agenda de los ejecutivos bancarios y, sinceramente, tienen poco tiempo que perder. A partir del próximo 4 de noviembre, con la entrada en funcionamiento del Mecanismo Único de Supervisión, comenzará un nuevo ciclo financiero.
Autor: John Scott, Presidente de KPMG en España y de KPMG en EMA. Vicepresidente Global de KPMG.
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