Buenas noticias llegan desde las empresas familiares en España: su facturación aumenta, su plantilla crece y las dificultades para acceder a financiación se han disipado. Además, su confianza se eleva y sus expectativas a seis meses resultan positivas. Así, al menos, lo atestiguan los datos del III Barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG en colaboración con las Asociaciones Territoriales vinculadas al Instituto de Empresa Familiar y en el que se ha encuestado a 180 directivos de empresas familiares.
Los avances en facturación y en empleo han sido notables en el último año. Mientras que en diciembre de 2013 únicamente eran un 26% las compañías que aseguraban que habían aumentado su facturación, en esta edición de enero de 2015 son un 56%. Un crecimiento similar atesora el empleo: un 46% señala actualmente que ha aumentado su plantilla, frente al 25% que así lo ratificaba en 2013.
Otro de los aspectos en los que las empresas familiares encuentran cada vez menos dificultades es en el acceso a la financiación. Un 79% de los encuestados señaló que no se había encontrado con ninguna traba en este sentido en los últimos meses, frente al 39% que así lo declaraba en diciembre de 2013. La financiación bancaria continúa considerándose la más atractiva (41%), aunque la participación de socios registra un importante aumento de popularidad frente a la anterior edición del barómetro (33% en enero de 2015 frente a 5% en junio de 2014) en detrimento de los fondos propios. Ahora el principal reto es considerado hacer frente a la disminución de la rentabilidad (58% de los encuestados).
Ante este panorama que invita al optimismo, tres cuartos de las empresas familiares apuestan por invertir, la mayoría en su propio país para ampliar cuota de mercado (43%), aunque la internacionalización y la inversión en otros mercados también son consideradas opciones atractivas. Dos tercios aseguran que su empresa ha aumentado su actividad en el extranjero en los últimos seis meses, frente al 50% de las empresas familiares en Europa. Más allá de los países comunitarios, que copan un 19% de las inversiones, los destinos favoritos son Sudamérica (17%) y ya a más distancia Asia (9%) y África (7%).
“Del informe se desprende que la mayor confianza existente, basada en factores como el crecimiento en facturación, la mayor creación de empleo y el mejor acceso a financiación, hace que las empresas familiares españolas estén planteando en su estrategia de crecimiento acometer inversiones tanto a nivel nacional como internacional”, señala Juan José Cano, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en España.
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