Es indiscutible que la diversidad en los consejos de administración de las compañías es un valor en alza. La complejidad de los asuntos que están en la agenda de los consejos de administración, en el marco de un mundo cambiante a una velocidad sin precedentes, y de una economía cada vez más global e interconectada, con retos como la tecnología, el Big Data o los cambios del entorno regulatorio, hacen necesario que los debates y las soluciones a los problemas se vean abordados desde puntos de vista diferentes e innovadores.
Tal aportación de valor difícilmente puede conseguirse si no existe una composición diversa en los órganos de dirección de las empresas, diversa en cuanto a género pero también en relación a otros aspectos como cualificaciones profesionales y experiencia internacional.
No por capricho, los inversores internacionales consideran cada vez más como un factor positivo la existencia de diversidad en la composición de los consejos de administración en las compañías en las que invierten, pues ello se considera indicativo de contar con mecanismos de eficacia y calidad de las decisiones de los órganos colegiados.
¿Cuál es la situación actual de la diversidad en los consejos de administración en España? Recordemos en primer lugar que la Ley de Igualdad, en 2007, establecía una mera recomendación de aumentar el número de mujeres en los consejos de administración de las compañías. Bajo el amparo de esta norma el avance ha sido moderado, incrementándose el número de mujeres consejeras en las compañías cotizadas del 6%, existente en 2007, hasta el 15,1% en la actualidad. Aun así, nos encontramos por debajo de la media de los países europeos, 18,6%, y muy lejos de las países líderes en esta materia, como son Noruega o Francia, con un 40% y 30%, respectivamente, de presencia de mujeres en los consejos de administración.
En la reciente reforma de la Ley de Sociedades de Capital para la mejora del gobierno corporativo, Ley 31/2014 de 3 de diciembre, se ha incorporado como derecho imperativo lo que hasta la fecha se había configurado como una mera recomendación. Así, se establece la obligación por parte del consejo de administración de las sociedades cotizadas de velar por que los procedimientos de selección de sus miembros favorezcan la diversidad de género, de experiencias y de conocimientos, mencionándose de forma explícita que tales procedimientos deben facilitar la selección de consejeras. En esta misma línea, se establece que la comisión de nombramientos y retribuciones de las sociedades cotizadas deberá fijar un objetivo de representación para el sexo menos representado en el consejo y elaborar orientaciones sobre cómo alcanzar ese objetivo.
En respuesta a estas normas, el Código de Buen Gobierno que acaba de ver la luz incorpora como recomendación (bajo el principio inspirador del código de “cumplir o explicar”) que el consejo de administración debe aprobar una política de selección de consejeros que favorezca la diversidad de conocimientos, experiencias y género, con el objetivo de que en el año 2020 el número de consejeras represente, al menos, el 30% del total de miembros del consejo de administración.
En nuestra opinión, las medidas adoptadas contienen un objetivo ambicioso a cinco años vista, y suponen sin duda un importante avance respecto de la situación de la que partíamos. Confiemos en que ello se traduzca en un incremento gradual de la presencia de las mujeres en los consejos de administración de manera que se posibilite cumplir de forma natural con el objetivo marcado para 2020.
Para ello, las empresas deben no sólo seguir rigurosamente unas políticas de selección de consejeros que favorezcan la diversidad, sino también esforzarse, aplicando medidas de apoyo decididas y concretas, para impulsar y retener el talento femenino que hay en las organizaciones y que, en ocasiones, se pierde o permanece oculto por las dificultades que pueden existir de acceder a niveles directivos superiores.
Finalmente, me gustaría compartir un hecho reciente: del total número de consejeros nombrados en el año 2014 en las empresas del IBEX, un 29,7% han sido mujeres. Este dato es muy positivo y, a nuestro juicio, esperanzador pues son las compañías más relevantes de nuestro país las que están liderando este proceso de cambio que sin duda contribuirá al buen gobierno corporativo de nuestras empresas.
Autora: María José Aguiló, Socia responsable de KPMG Abogados
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