La creciente atención de los reguladores, los inversores y la opinión pública hacia el buen gobierno corporativo se ha convertido ya en una realidad global. En un mercado sin fronteras los accionistas e inversores no sólo analizan y comparan indicadores financieros, sino cómo se logran esos resultados. En este contexto, disponer de estructuras sólidas de control y gobierno, junto con una cultura de transparencia y accesibilidad de la información, se convierte en un factor clave de competitividad y una oportunidad para ganar la confianza del mercado.
En el caso de España, el año 2015 está siendo muy relevante en materia regulatoria por la entrada en vigor de la Ley de Sociedades de Capital, que regula las funciones y responsabilidades de administradores y consejeros, y por la publicación del nuevo Código de Buen Gobierno de las Sociedades Cotizadas por parte de la CNMV. Este impulso normativo de los poderes públicos responde al reconocimiento de que la transparencia y la gestión responsable de las empresas es esencial para atraer inversión extranjera e impulsar la recuperación y el crecimiento.
Durante el debate del III Foro del Consejero se ha puesto de manifiesto la importancia que adquiere en los órganos de gobierno de las compañías españolas, especialmente en las cotizadas y con mayor presencia internacional, contar con los más elevados estándares de buen gobierno y aplicar las mejores prácticas en esta materia.
El buen funcionamiento de los consejos de administración es signo de la salud de una organización y un aval para el crecimiento sostenible de la empresa en el medio y largo plazo. Para ello, los consejos necesitan conocer muy bien a la empresa y su negocio; trasladar a la dirección una visión clara y una estrategia sostenible de la organización; cuestionar, cuando sea necesario, las decisiones del management y saber interpretar el entorno para orientar y dar apoyo a los directivos en su adaptación a las grandes transformaciones que deben acometer las empresas, como consecuencia del avance tecnológico o los cambios geopolíticos.
Esta mayor atención desde la cúpula de la organización también se está percibiendo fuera. Los últimos estudios globales señalan que España ha dado un salto en el ranking de competitividad en cuanto a eficacia de los consejos de administración. Es una evolución positiva que debe consolidarse en los próximos años constando que, más allá de la obligación, es la convicción de los consejos de administración por implantar y aplicar las mejores prácticas de buen gobierno corporativo, la que permite aumentar el valor para los accionistas y asegurar la sostenibilidad de las compañías en el futuro.
Autor: John Scott es Presidente de KPMG en España y de KPMG en EMA (Europa, Oriente Próximo, África y Sur de Asia). Vicepresidente Global de KPMG.
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