¿Qué le pediría al máximo representante del Gobierno si tuviera la oportunidad de reunirse con él? Ésa es la pregunta que lanzamos desde KPMG a medio centenar de primeros ejecutivos (CEOs por sus siglas en inglés) españoles y sus respuestas dan una buena indicación de cuáles son sus principales preocupaciones de cara al futuro: más de uno de cada cuatro cree que la mayor prioridad del Ejecutivo debería ser fomentar la innovación.
La economía española está inmersa en un proceso de transformación sin precedentes en el último siglo. La irrupción de las nuevas tecnologías, sumada a nuevos hábitos de consumo, un entorno globalizado cada vez más competitivo y un cambio sustancial en la cultura empresarial obliga a las empresas a acometer cambios estructurales en el diseño y la estrategia de sus negocios.
Hay otra prueba incontestable de que los primeros ejecutivos españoles piensan en la innovación como principal palanca de transformación de sus empresas. Según el mencionado informe (Global CEO Outlook), el 50% de los directivos considera que el puesto de Director de Innovación será el más relevante en sus organizaciones durante los próximos tres años.
La innovación siempre ha estado unida a la implementación de nuevas tecnologías, pero esa relación es ahora mucho más estrecha. Prácticamente todos los sectores están viviendo una revolución en el modo en que operan con sus proveedores, gestionan sus cadenas de producción y se relacionan con los clientes hasta el punto de que la mayoría de los directivos encuestados (un 56%) asegura que su empresa se transformará en otra significativamente distinta a la que es ahora antes de 2019.
Esos cambios, en los que indudablemente la tecnología desempeñará un papel decisivo, afectarán al modelo organizativo de las empresas –nuevas estructuras de personal y mejor aprovechamiento de los recursos humanos-, la cadena de producción y las estrategias comerciales, a través de nuevos canales de venta.
La adecuada utilización del Big Data también será un factor clave a la hora de marcar la supervivencia de las empresas en un entorno donde los datos son información y la información, poder. El último informe de la Online Business School (OBS) sobre esta materia ilustra muy bien la importancia del conocimiento en la nueva era tecnológica: en los últimos 10 años se ha creado más información que en toda la historia de la humanidad y cada minuto se transfieren más de 1.570 terabytes de información en el mundo.
Resulta necesario que las autoridades públicas impulsen nuevas medidas para redireccionar el crecimiento económico hacia sectores de alto valor añadido y con un importante componente tecnológico. Según los datos de la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat), la inversión en I+D+i en España en el año 2013 (últimos datos disponibles) representaba el 1,24% del PIB, situando a nuestro país significativamente por debajo de la media comunitaria (2,01%) y lejos aún del objetivo del 3% fijado en la Estrategia 2020.
Hay, por tanto, un gran margen de mejora en el terreno de la innovación. La buena noticia es que existe un pleno convencimiento entre los altos directivos españoles en que ésta debe ser la dirección a seguir.
Autor: Hilario Albarracín es consejero delegado de KPMG en España
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