La economía mundial se encuentra en una profunda transformación y el sector energético no es ajeno a ese cambio. La transformación de esta industria viene motivada por tres fuerzas de primera magnitud, como son las tensiones geopolíticas, la volatilidad del precio de las materias primas y el desafío medioambiental que representa el calentamiento global.
Los retos que plantean estas tres cuestiones fueron abordados en la 5ª Conferencia Global de Power&Utilities organizada por KPMG y celebrada en Madrid los pasados 28 y 29 de octubre. Un congreso que dio cita a más de 200 expertos en Energía procedentes de todo el mundo y que contó con la participación de, entre otros, el ex presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete; y el ministro de Industria, Energía y Turismo de España, José Manuel Soria. La cita llegaba en un momento excepcional para la industria, a solo un mes de la Cumbre Mundial sobre el Clima (COP21) que tendrá lugar en Paris a finales de noviembre.
“Determinar el mix energético del futuro es todo un desafío dada la incertidumbre que existe sobre cuatro factores que inciden directamente en la industria Energética, como son los objetivos de reducción de emisiones, la evolución tecnológica en ámbitos como las renovables o el almacenamiento de energía, el precio de los combustibles fósiles y el coste de capital para las nuevas inversiones”, destacó Alberto Martín Rivals, socio responsable de Energía y recursos Naturales de KPMG en España.
Una de las conclusiones a las que llegaron los diferentes panelistas de este encuentro es la necesidad de buscar nuevos incentivos para reducir las emisiones de carbono para que la Unión Europea sea capaz de alcanzar los ambiciosos objetivos fijados para 2050. Actualmente el sistema de negociación de emisiones (EU Emissions Trading System o ETS) acumula alrededor del 45% del total de emisiones de efecto invernadero los 28 socios comunitarios, pero no necesariamente está alineado con la política climática de la UE.
Relacionado con este asunto, los conferenciantes reclamaron un avance más rápido hacia el mercado único de la energía en Europa, y en particular una mayor interconexión energética dentro del territorio comunitario: “No deberíamos tener fronteras nacionales cuando hablamos de Energía”, concluyeron.
Respecto a la volatilidad de los precios de las materias primas, la conferencia sirvió de punto de encuentro de distintas visiones acerca de su impacto sobre las nuevas fórmulas de generación energética. En este sentido, la abundancia de energía fósil como consecuencia de la revolución del fracking y de la caída del precio del petróleo suponen, según concluyeron los panelistas, un desafío para continuar con el giro energético hacia fuentes renovables, como la energía solar y eólica.
La tecnología es otro factor que incide directamente en esta industria. Una de las conclusiones extraídas de la conferencia es que el desarrollo tecnológico está yendo más rápido que el marco regulatorio y que la tecnología en el mundo de la electricidad tenderá cada vez más a converger con la tecnología digital. De hecho, en muchos países europeos las compañías eléctricas están explorando cómo los servicios de telecomunicaciones contribuirán a crear redes energéticas inteligentes y más eficientes en Europa.
Otra de las conclusiones extraídas de esta conferencia, que este año celebraba su quinta edición, es el mayor foco que las compañías del sector están poniendo en el cliente, tanto para mejorar los sistemas actuales de distribución de electricidad como para lanzar nuevos modelos de negocio, basados en el comportamiento de los clientes y con el objetivo de mejorar la experiencia de los consumidores y la eficiencia. El creciente autoconsumo también fue subrayado como uno de los retos a los que se enfrenta la industria energética, que además asiste a un mayor deseo de los prosumers (consumidores que a la vez son productores) de ganar autonomía respecto a la red eléctrica tradicional.
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