El intenso ritmo en los negocios hace que los profesionales dispongan de slots de tiempo cada vez más pequeños para seguir formándose y aprendiendo de forma continua. Frente a los modelos de tradicionales de formación en aula durante ocho horas seguidas, las empresas apuestan por la incorporación las nuevas tecnologías a sus metodologías de aprendizaje con el fin de ofrecer flexibilidad y diversidad a los colaboradores. Cada vez se demandan más contenidos “bite-size learning”, modulables, combinables y adaptables a las necesidades de información, conocimiento o práctica del individuo.
Del mismo modo, se busca que esos contenidos estén siempre accesibles a través de cualquier dispositivo, y en la nube. La fuerte penetración de los smartphones y la apuesta que las empresas están haciendo por facilitar a sus empleados terminales inteligentes y con acceso a internet posibilita este uso didáctico de la tecnología.
En 2016, los diversos informes de tecnologías aplicadas a la formación y el aprendizaje enumeraron como principales tendencias: gamificación, personalización del aprendizaje, big data aplicado al aprendizaje, mlearning, augmented learning, cloud elearning, social learning, los MOOC y la automatización del aprendizaje.
Cabe destacar que muchas de estas tendencias ya sonaron en años previos, como es el caso de la gamificación, el mlearning y los MOOC. Según Gardner, la gamificación sigue estando en la curva ascendente puesto que se considera un disparador de la innovación, xAPI (“el sustituto del SCORM”) puede estar generando muchas más expectativas de las que será capaz de cumplir, y los MOOC se encuentran en la curva de la desilusión, seguramente debido al alto grado de no finalización de este tipo de cursos.
En cuanto a otras tendencias previstas para 2017, el primer paso para su implantación implica la evolución del modelo tradicional de formación presencial, formal y reglada hacia itinerarios o learning paths en los que cada persona pueda tomar las riendas y construir/recorrer su propio camino de desarrollo. Este objetivo ideal se topa a menudo con las necesidades de negocio de las empresas, donde lógicamente prima el día a día con el cliente y la regulación en la formación. Para lograrlo, el big data aplicado al aprendizaje y los learning analytics permiten estudiar los datos de los usuarios de un determinado grupo, a fin de crear contenidos de aprendizaje específicos que permitan alinear sus expectativas de desarrollo personales con los objetivos de negocio corporativos.
También cabe destacar la importancia que los dispositivos móviles están cobrando, no solo para consumir o visualizar contenidos (mlearning), sino para generarlos o compartirlos con otros profesionales (a través de comunidades virtuales de prácticas o de conocimiento). En este sentido, la realidad aumentada empieza a apuntar tímidamente como tendencia con un gran potencial para la puesta en práctica de habilidades, prevención de riesgos, entrenamiento de situaciones comerciales y otros, aunque aún le queda un largo camino por recorrer (sobre todo en términos de optimización de costes).
Por último, el microlearning o bite-size learning ayudará al diseño y actualización de programas modulares por parte de las áreas de Learning&Development junto con las áreas de Negocio, optimizando el time to market de la formación. Para ello será imprescindible la automatización del aprendizaje, es decir, la capacidad de las empresas de producir contenidos de forma fabril, a bajo coste y con alta calidad pedagógica, utilizando para ello las mejores herramientas de autor disponibles en el mercado, y sin perder de vista su capacidad de ser consumibles en cualquier dispositivo.
La lectura de tu articulo me ha llevado directamente a recordar aque magnifico articulo de investigacion que tanto me impactó cuando estaba en la universidad: “El mágico numero 7 más menos 2” de George Miller.
Gracias.