La escasez de agua debe ser abordada. El Informe de Riesgos Globales 2017 elaborado por el Foro Económico Mundial volvió a situar por segundo año consecutivo las crisis por escasez de agua en el cuarto puesto de los mayores riesgos del año en términos de impacto, resaltando con ello la necesidad de posicionar este problema en la agenda internacional.
De hecho, el acceso igualitario al agua y la gestión adecuada de los recursos hídricos marcarán en gran medida el cumplimiento del Acuerdo de París, y el acceso universal y equitativo al agua potable y a los servicios de saneamiento quedó establecido en el Objetivo número 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio elaborados por Naciones Unidas
Por el momento, las cifras no acompañan. En la actualidad más de 700 millones de personas carecen de agua potable en su día a día y la ONU estima que para el año 2050 una de cada cuatro personas vivirá en un país afectado por la falta crónica y reiterada de agua dulce. Todos los agentes sociales deben analizar su papel en la consecución de los objetivos, y entre ellos las empresas tienen un papel clave.
“Lo principal para cumplir con los objetivos de la agenda internacional relacionados con los recursos hídricos es comprender el papel que juegan en el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental”, explica Ramón Pueyo, socio de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de KPMG en España. De esta forma, se abordarán las medidas necesarias encaminadas a proteger el agua en términos cuantitativos y cualitativos.
También es importante el desarrollo de infraestructuras que garanticen un correcto abastecimiento y saneamiento del agua, como sostiene Jesús de Isidro, socio responsable de Infraestructuras de KPMG en España. “Es necesario que los gobiernos y organismos multilaterales desbloqueen los programas de infraestructuras y se encuentren nuevos mecanismos de financiación que logren hacer realidad las infraestructuras necesarias”.
De este modo, las compañías constructoras y de infraestructuras y los avances tecnológicos juegan un papel crucial en el desarrollo sostenible. “Las empresas constructoras españolas han contribuido mucho, creando nuevas técnicas de desalinización por ósmosis, depuración y también participando en la gestión del ciclo integral del agua”, explica De Isidro.
Pero no solo el sector de infraestructuras debe ser consciente de la importancia de la sostenibilidad, ya que muchas empresas cuentan con el agua como una materia prima indispensable en la producción. “Sin agua, no hay producto ni negocio”, advierte Pueyo. Ante un futuro en el que las empresas dispondrán de menos agua, se verán obligadas a poder hacer más con menos recursos hídricos.
Una forma de abordar el derroche de agua que pueden llevar a cabo las compañías es analizar su huella hídrica: un indicador que mide los recursos de agua dulce empleados en la producción de bienes y servicios. Solo conociendo el nivel de gasto de agua que se produce se puede buscar una mayor eficiencia.
Además, las empresas deben tener en cuenta la importancia que supone para su negocio la sostenibilidad: tanto en su reputación, con unos consumidores cada vez más concienciados e informados, como para cumplir con una regulación cada vez más estricta.
Tampoco se puede obviar lo que pueden aportar las compañías en la mejora de la sostenibilidad. Nuevas tendencias como el Data Analytics han dado lugar a una disrupción, que también puede ayudar en la gestión de recursos hídricos. La posibilidad de analizar el agua disponible, las infraestructuras asociadas, información sobre cuencas hidrográficas e incluso estimar la demanda permite una mejor gestión y previsión del agua, clave a largo plazo.
“Cada compañía debe pensar cuidadosamente cómo puede emplear su principal fortaleza en mover ficha y aportar al cumplimiento de los objetivos de gestión adecuada de recursos hídricos”, afirma Pueyo. En la misma línea, De Isidro concluye que “muchos de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día pueden resolverse con mejores infraestructuras”.
Deja un comentario