“The cure for Apple is not cost-cutting. The cure for Apple is to innovate its way out of its current predicament”, esta fue la idea que Steve Jobs planteó cuando a finales de los 90, tras doce años fuera de la compañía, fue de nuevo contratado por Apple, en un momento en el que la empresa tecnológica se encontraba al borde de la quiebra. Precisamente es esta idea, la de la innovación, la que tiene preocupada a la mayoría de las entidades bancarias tradicionales.
Y es que esta nueva realidad, aunque cargada de oportunidades, ha generado ciertos niveles de ansiedad alrededor de los planes estratégicos de la gran mayoría de los bancos. Así se desprende del estudio de KPMG Strategic anxiety in banking, en el que se presenta una lista de recomendaciones para manejar dicha “ansiedad estratégica”:
– Analizar si el Big Data recolectado contiene información valiosa acerca del comportamiento de los clientes. Esta cuestión cobra especial relevancia para los bancos tradicionales que cada vez son más conscientes de que, para garantizar el éxito de su negocio, en un futuro no muy lejano tendrán que anteponer la atención al cliente y sus necesidades a todo lo demás.
– Utilizar aplicaciones de Inteligencia Artificial para canalizar dichos patrones de comportamiento. En una fase muy inicial, herramientas como los asistentes virtuales online permiten almacenar y profundizar en ciertos comportamientos humanos, consiguiendo así modelos más predictivos con los que anticiparse a las preferencias de los clientes.
“Los bancos no deben centrar su proceso de transformación de sus herramientas de hardware y software sino que deberían acometer una transformación integral de su modelo de negocio, el modo en que prestan servicios a los clientes y se relacionan con él teniendo ante todo en cuenta sus preferencias”, indica Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG en España.
-Apertura de APIs (Application Program Interfaces) en sus negocios de pago. Crear servicios que se adapten a soluciones de pago que podrían provenir de diferentes Fintech. En otras palabras, cuantos más productos y servicios puedan ofrecer mediante alianzas con terceros, más usuarios atraerán y con ellos más información valiosa para eliminar la incertidumbre que rodea su estrategia.
-Aceptación: bancos y Fintech pueden ser aliados y no necesariamente competidores. Las Fintech han sido capaces de innovar en determinados productos y servicios y mejorar la experiencia del cliente pero los bancos ofrecen la posibilidad de escalar dichas soluciones a sus amplias bases de clientes y realizar las inversiones que serían necesarias a tal fin. En este sentido, es evidente el cambio de percepción de la banca tradicional respecto a las Fintech ya que, aunque en un principio las consideraron una amenaza, según el informe de KPMG El nivel de madurez digital del sector financiero en España un 75% de las entidades encuestadas afirma mantener ya algún tipo de acuerdo con este tipo de empresas.
-Identificar las áreas de inversión en Fintech que realmente supondrán un valor añadido para la institución y los clientes. “Los bancos han comprendido que algunas de estas startups cuentan con una gran ventaja competitiva a nivel tecnológico y de innovación, por lo que la inversión en ellas puede representar una gran oportunidad. Sin embargo, deberán tener muy claro qué es lo que quieren conseguir con ello y qué es lo que estas compañías pueden apuntarles frente a sus propias capacidades de innovación”, afirma Carlos Trevijano, socio responsable de estrategia y procesos para el sector financiero en KPMG.
-Aprovechar los beneficios del Regtech. Junto al fenómeno Fintech surge otro concepto: el regtech, bajo al que se encuentran aquellas soluciones tecnológicas que facilitan el cumplimento normativo a los bancos. Aprovechar los beneficios, en términos de recursos y costes, que estas aplicaciones (a menudo alojadas en la nube) ofrecen, será clave. Mediante el uso de estas herramientas tecnológicas innovadoras se podrán gestionar, por ejemplo de forma automatizada, complejos requerimientos de compliance regulatorio además de ser el método perfecto para responder a las crecientes expectativas regulatorias. “Regtech puede suponer un modo en que las entidades de crédito reduzcan sus costes de cumplimiento e implementación de la regulación por lo que representan una gran oportunidad para ellas”, señala Francisco Uría. “Para ello, será necesaria una alianza estable entre supervisores, entidades de crédito y el mundo Fintech”, continúa Uría.
Aunque la gran mayoría de los responsables de la banca tradicional entienden que el cambio es esencial, la incertidumbre y la ansiedad estratégica citadas en el informe están ralentizando el cambio. La buena noticia es que, a pesar de esta resistencia, un 81% de las entidades bancarias en España señala la reinvención del modelo de relación con el cliente como su estrategia más relevante.
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