Reunirse con el responsable de auditoría interna en una sesión privada permite a la comisión de auditoría formular preguntas al margen del plan de auditoría interna, ya que como resultado de su trabajo, el responsable de auditoría interna podría aportar a la comisión opiniones y puntos de vista muy valiosos.
Las sesiones privadas con el responsable de auditoría interna le permiten expresar comentarios sinceros, a menudo confidenciales, a la comisión de auditoría sobre asuntos como la actitud de la dirección, el departamento financiero y la efectividad del auditor externo. Eso es lo que vamos a analizar en este nuevo artículo de la serie Comisión de Auditoría: cuestiones clave para una supervisión eficaz.
Reunirse con el responsable de auditoría interna en una sesión privada donde la dirección no está presente permite a la comisión de auditoría formular preguntas sobre asuntos que podrían no haberse abordado específicamente en la parte formal de la reunión de la comisión, y el auditor puede realizar comentarios más sinceros, y a menudo confidenciales, a dicho órgano.
Habitualmente, debería haber pocos temas que abordar. Todos los asuntos clave relacionados con la información financiera deberían haberse abordado de manera franca y sólida con la dirección, la comisión de auditoría y el auditor durante la reunión de la comisión de auditoría.
En su lugar, la sesión privada debe centrarse en áreas en las que el responsable de auditoría interna puede formular comentarios adicionales, y a menudo confidenciales, a la comisión de auditoría a tenor de otros aspectos. La sesión privada brinda a la comisión de auditoría la oportunidad de explorar dichos temas en un foro sincero y más abierto. Además, la comisión de auditoría puede conocer mejor otros ámbitos que la función de auditoría interna, y esta sesión ofrece la oportunidad a dicha comisión de hablar con la función de auditoría interna al respecto de estos ámbitos.
Sin embargo, el presidente de la comisión de auditoría debe gestionar dichas sesiones privadas con cuidado, ya que hasta cierto punto suponen una cierta falta de transparencia, puesto que no se comunica a la dirección ningún problema o cuestión de primera mano y es posible que esta no tenga oportunidad de responder. Esto, a su vez, puede hacerla sentir excluida e incluso adoptar una actitud a la defensiva. Por ello, introducir tales sesiones como parte del proceso habitual y lógico del trabajo de la comisión puede atenuar algunas de estas tensiones.
En general, las sesiones privadas pueden desempeñar un destacado papel en el desarrollo de una relación de mayor confianza y respeto entre la comisión de auditoría y el responsable de auditoría interna, facilitando dicha relación.
La actitud de la dirección hacia la información financiera, los controles internos y la auditoría interna.
Adecuación de personas y recursos en el área de gestión financiera y el auditor externo.
Naturaleza de la relación entre la función de auditoría interna, la dirección y el auditor externo.
Otras cuestiones que preocupan a la comisión de auditoría o al responsable de auditoría interna.
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