Tipos de interés en mínimos históricos por lo menos hasta 2020, según anunció hace unos días el Banco Central Europeo, nuevas exigencias regulatorias y ahora la obligación de dar sus datos a los nuevos operadores de pagos digitales. Este podría ser sintetizando mucho el escenario en el que trabajan los bancos y entidades financieras europeas. La cuestión es que todo apunta, según los expertos, a que el nuevo escenario que se abre con los servicios de pago digitales es solo la punta de lanza de una tendencia que ha venido para quedarse y se extenderá al conjunto de los servicios financieros. Parece la tormenta perfecta.
Severiano Solana, director corporativo de Desarrollo de Negocio de Bankia, ha calificado de disruptiva la regulación que obliga a los bancos a compartir los datos de sus clientes con terceros, la directiva europea de Medios de Pago (Payment Services Directive 2, PSD2), “ya que va a cambiar la forma de trabajo no solo de las entidades financieras, sino también de empresas y familias en toda Europa”.
Estas declaraciones se produjeron durante el evento Descubriendo las claves de la PSD2, celebrado el 6 de marzo en Madrid en el que se dieron cita alrededor de 300 asistentes, sobre todo del mundo financiero, de medios de pago y del retail y que fue organizada por la compañía española de pasarela de pagos SIPAY en colaboración con Bankia , KPMG, Visa y Mastercard.
La jornada fue inaugurada por la secretaria de Estado de Economía y de Apoyo a la Empresa, Ana de la Cueva, quién anunció que en las próximas semanas el Ministerio de Economía sacará a consulta pública un real decreto que desarrollará el reglamento de la ley de Servicios de Pago, que se traspuso al ordenamiento español el pasado 23 de noviembre. La norma tiene como objetivo crear un marco integrado de servicios de pago a nivel europeo y hacer frente a los nuevos retos y cambios, sobre todo en los realizados con tarjeta, a través de internet o móviles, para garantizar la seguridad de las transacciones.
Además la norma amplía el ámbito de la regulación para dar cabida a dos nuevos servicios de pago como son los iniciadores de pago, los intermediarios que garantizan el pago del consumidor al comerciante como alternativa a los pagos con tarjeta y los agregadores de cuentas, que consolidan toda la información en una sola plataforma.
Por su parte Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de EMEA y socio principal de KPMG Abogados, explicó que “la regulación tiene el papel fundamental de garantizar la seguridad de las transacciones, proteger al consumidor, facilitar la innovación, permitir la entrada de nuevos competidores y evitar que la regulación genere ventajas competitivas para los nuevos prestadores de servicios y los tradicionales. El movimiento hacia el open banking ha empezado por los pagos porque es un negocio muy sensible a la tecnología y las barreras de entrada regulatorias son menores pero este fenómeno va a ir más allá y se va a extender al conjunto de los servicios financieros, lo que va a hacer que los bancos se disputen los clientes con las plataformas capaces de prestar servicios financieros”.
Desde los bancos Félix Uriarte, director de banca digital de Bankia, comenzó su intervención con el impactante dato de que las ventas a través de los canales digitales de su entidad crecieron un 70% en enero de este año en relación al mismo mes del año anterior “por lo que nuestro nivel de preocupación por la PSD2 ha ido en aumento, sobre todo porque se está dando entrada a nuevos operadores en el mercado en un momento crítico de disrupción tecnológico. No hay que perder de vista que el negocio bancario está regulado por algo y, de hecho, nuestros clientes se conectan una media de 23 veces al mes para cerciorarse de que su dinero está ahí. La nueva legislación de PSD2 lo que hace es apoyar a los grandes operadores tecnológicos y hará desaparecer a las startups del sector”.
En Sipay su consejero delegado y fundador, José Luis Nevado, consideró que “el consumidor es el único actor, el protagonista que ha venido a reinar en el ecosistema de la información. La PSD2 es un riesgo pero a su vez una oportunidad para la banca tradicional”.
Para Javier Santamaría, presidente del Consejo Europeo de Pagos, “es una evidencia que el sector se va a transformar y este debate ha llegado tarde a España aunque lo que es evidente es que la regulación se ha quedado corta porque no llega a todos los ámbitos de los servicios financieros.
Por su parte Bertrand Sava, director regional para el sur de Europa de Visa, aseguró que “la ley es buena porque protege al consumidor pero lo que da vértigo es la transposición. En el caso de una empresa como Visa nuestro valor en las transacciones es el de la seguridad a los clientes”.
En otro de los grandes operadores de tarjetas de crédito, Mastercard, su directora general para España, Paloma Real, intervino también en el mencionado debate sumándose al consenso de que “la nueva ley es movilizadora y ha tenido mucho impacto en nuestra compañía ya que la experiencia de usuario está en el centro de todo y de ahí los avances que estamos haciendo en materia de reconocimiento biométrico”.
El sector bancario europeo no ha ocultado su preocupación en los últimos meses después de que asistiéramos a las mutaciones que están experimentando los grandes emporios tecnológicos, tanto norteamericanos como chinos, en la dirección de dotarse de las capacidades técnicas y legales para prestar servicios financieros. Amazon, por ejemplo, ofrece servicios de pago y préstamos a comerciantes en su plataforma, mientras que Facebook ha obtenido ya su primera licencia para operar con dinero electrónico, concretamente en Irlanda. Por su parte Alibaba y Tencent se han convertido en operadores muy importantes en la industria de pagos en China.
Llegados a este punto lo que parece indudable es la estrecha y creciente vinculación que tienen el sector financiero y el tecnológico, sobre todo a raíz de la conocida popularmente “uberización” de los pagos, o lo que es lo mismo, que parece que no se paga y eso aumenta el consumo. Como ejemplo valga el dato de que en el caso de Bankia desde que se han puesto en marcha las tarjetas contactless han aumentado un 20% los pagos que se hacen a través de este medio.
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