Los modelos de negocio actuales se basan, cada vez en mayor medida, en la innovación. Con un consumidor cada vez más saturado de productos, opciones y campañas de marketing (más o menos personalizadas) la innovación en los productos, en la oferta final o en los procesos para llegar a su desarrollo puede suponer un punto diferencial.
Dicha innovación se consigue, entre otras acciones, aplicando nuevas tecnologías (emergentes) a la cadena de valor del producto en cuestión. Este camino, que ofrece tremendas oportunidades, no está exento de riesgos, algunos de ellos todavía por explorar, pero quizá sea esta combinación lo que haga que nos planteemos que podemos estar ante un nuevo reto, un reto que si logramos superar, nos permita dar un salto evolutivo.
Comencemos.
Fruto de la encuesta global de KPMG a CEOs, se desprende que un 75% de las empresas están afrontando la adopción de nuevas tecnologías en sus procesos de negocio de manera proactiva, con una visión mayoritaria de esta situación como una oportunidad y no como una amenaza. Digitalización everywhere.
Asimismo, la mayoría de las empresas reconocen haber incorporado en el último año, nuevas capacidades tecnológicas, así como haber analizado sus procesos en busca de poder automatizar determinados servicios.
En el top de tecnologías emergentes, según dicho estudio, tendríamos:
La digitalización de procesos internos de negocio, así como su automatización mediante RPAs (Robot Process Automation) se está traduciendo en una significativa reducción de costes y tiempos, redundando en una mejora palpable de la satisfacción de los clientes directos. El acceso a datos más precisos y dinámicamente actualizados, permite una mayor y mejor capacidad en la toma de decisiones.
Del mismo modo, la presencia de sensores y dispositivos interconectados, midiendo el desempeño y transmitiendo información en tiempo real, permiten que al combinarlos con capacidades de análisis y predicción, se puedan evaluar dichos datos de manera más precisa, detectar potenciales problemas o asignar recursos técnicos especializados con el objetivo de poder llevar a cabo acciones preventivas de mantenimiento, reduciendo o, en el mejor de los casos, evitando que se produzcan fallos.
El enfoque de negocio de producto como servicio (product as a service) que de manera exponencial se está extendiendo en prácticamente todos los sectores y mercados, basa su éxito en la utilización de estas tecnologías. La tendencia es clara en los últimos años por lo que si éste es el camino escogido, parece capital centrarse en gestionar los riesgos que puede implicar.
Una de las principales conclusiones obtenidas por KPMG en su estudio Disruption is the new norm, fue que si bien las organizaciones estaban convencidas de la utilización de estas tecnologías emergentes en sus diferentes procesos, esta adopción no se estaba llevando a cabo con un correcto enfoque de gobierno y gestión de riesgos. Dados los múltiples vectores que pueden influir sobre estas tecnologías, esta situación puede suponer un problema. Veamos porqué.
De entre los riesgos, los más destacables serían:
A este respecto y como ejemplo específico, tendríamos este artículo de la IAPP, International Association of Privacy Professionals, en el que advierten de que las técnicas de cifrado no serían suficientes para garantizar la privacidad y seguridad de los datos en un entorno de chatbots basado en inteligencia artificial. Ejemplo de lo que comentábamos previamente.
Los riesgos no van a desaparecer ni a dejar de evolucionar, pero debemos ser conscientes de su existencia y conocedores de sus impactos para, de este modo, poder tomar decisiones basadas en los mismos. Cuanto mayor sea nuestra dependencia de la tecnología (análisis de datos, toma automatizada de decisiones, procesos automatizados dependientes de inteligencia artificial, etc.) mayor será nuestra responsabilidad sobre el uso que hacemos de la misma y sus resultados.
Para afrontar este reto con la mayor certeza de éxito posible, proponemos una serie de acciones, orientadas a la actualización del marco de gobierno y gestión de estos proyectos, de manera que podamos responder a las expectativas, destacando especialmente:
Las nuevas tecnologías con sus múltiples usos y ventajas pueden ayudar a acelerar determinados negocios con crecimientos y desarrollos sin precedentes. Igualmente, el control sobre los riesgos asociados a estas tecnologías emergentes y la ciberseguridad deben ir de la mano para garantizar que estos proyectos alcanzan las expectativas, en otro caso, dicha innovación podría ser contraproducente y provocar un efecto opuesto al deseado.
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