El papel del consejo ha adquirido en los últimos tiempos una relevancia crucial. La sostenibilidad de las compañías está sujeta a su capacidad de adaptación a unos riesgos crecientes e interconectados, una disrupción constante y una competencia global. Un entorno al que se une una creciente exigencia no solo por parte de inversores y grupos de interés, sino por la sociedad y los propios empleados.
Afrontar la complejidad y extraer valor para la compañía es una labor complicada para la que los consejeros deben estar más preparados que nunca. El conocimiento y expertise son esenciales, pero también es necesario disponer de cualidades para dirigir la estrategia de la compañía hacia un horizonte sostenible en el que no solo importa el qué sino el cómo.
Un año más, el VII Foro del Consejero, organizado por KPMG, IESE y EL PAÍS en colaboración con Aon y Gobertia, abordó las mejores prácticas de un buen gobierno que en palabras de Sebastián Albella, presidente de la CNMV, es “clave para transmitir confianza a los inversores, reforzar la credibilidad de la propia empresa y favorecer el crecimiento y la creación de valor a largo plazo”.
De la extensa jornada se extraen las capacidades clave que debe reunir todo consejo para afrontar con éxito los retos y la complejidad con la certeza de que, como explicó Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, “mejorar la sociedad contribuye a crecer con rentabilidad, ya que sin un propósito, buen hacer y vocación social es difícil, por no decir imposible, avanzar”.
En la misma línea apuntó Franz Heukamp, Dean del IESE Business School, en sus palabras de bienvenida, quien subrayó la importancia del consejo de administración en la buena marcha de las empresas y los retos que tiene por delante.
Durante la jornada se trataron temas tan relevantes como la digitalización, la necesidad de potenciar el talento, la diversidad o la innovación, cuestiones que tal y como señaló Ana de la Cueva, secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa son especialmente acertadas “porque son temas esenciales no solo para las empresas sino para la sociedad en general y en especial para el Gobierno que los ha priorizado en sus ámbitos de actuación”. Según dijo, “para abordar esos ámbitos es esencial disponer de un entorno económico que genere confianza, un marco jurídico que sea transparente y razonable, y una política de reformas que permita impulsar los cambios que el país necesite y dé respuesta a cada uno de los desafíos”.