El sector de seguros se ha mantenido razonablemente bien a pesar de los desafíos que plantea la pandemia, que redibuja los mapas de riesgos y ha acelerado el proceso de digitalización tanto en los procesos internos como en la relación con los clientes. Los bajos tipos de interés empujan a un cambio de paradigma, donde el asegurado se convierte en un inversor y se estrecha aún más el campo entre entidades de gestión de activos y aseguradoras.
Así lo manifestaron los máximos directivos de Mapfre, Mutua Madrileña, AEGON, Sanitas, Santa Lucía y Allianz, que se reunieron en el XI Encuentro Financiero organizado por el diario Expansión y KPMG, en colaboración con Microsoft y American Express.
El actual escenario de bajos tipos de interés afecta a la valoración de sus activos y fuerza a las entidades a la búsqueda de rentabilidad en sectores distintos. Sufren los seguros de vida tradicionales y los de viajes. Y se configura un perfil de asegurado más inversor, como señaló en la apertura de la jornada el director general de Seguros, Sergio Álvarez Camiña.
Tuvo palabras de reconocimiento al “enorme esfuerzo de la industria aseguradora para garantizar la continuidad de las actividades”. Aunque la situación afecta a la solvencia de las entidades, la incidencia es muy moderada. El sector, con una ratio de solvencia entre el 230 y el 240%, ha sufrido una reducción de 10, 20 o 30 puntos y no se han producido, además, problemas de liquidez. “Una muestra de capacidad de gestión que tiene esta industria”, dijo el Director General.
Desde un punto de vista operativo, los ramos más afectados han sido los de salud y los de decesos. Desde la perspectiva de los efectos financieros, los más afectados en su siniestralidad han sido los de asistencia en viaje, interrupciones de negocio y los de crédito. Sobre estos últimos, y dada su importancia para garantizar la buena marcha de la economía se ha solicitado, como ya han puesto en marcha otros países europeos, la puesta en marcha de un programa de reaseguro público.
“La confianza, facto clave para retener a los clientes,
estará ligada a la transparencia y a la calidad
con la que transmitan sus mensajes en un contexto de máxima alerta”
(Hilario Albarracín, Presidente de KPMG en España)
Según los últimos datos del INE, el asegurador es, junto al bancario y el agrario, el único sector que ofrece una evolución en positivo. El recurso al ERTE ha sido testimonial en el sector para sus 50.000 empleados. Una situación “razonablemente estable”, como la calificó durante la jornada la presidenta de UNESPA, Pilar González de Frutos.
En España, un 4,3% del gasto de los hogares se destina a seguros. Y, dentro de este rubro, cobran especial actualidad los seguros sanitarios. González de Frutos fue muy crítica con el anuncio de un posible gravamen del 21% de IVA la sanidad privada, lo que a su juicio supone un ataque a 8,5 millones de españoles, sometidos ya al “doble pago” al tener que financiar también con sus impuestos la sanidad pública.
Frente a las voces que reclaman una mayor dotación de recursos humanos y materiales para la sanidad pública, la presidenta de UNESPA contrapuso su visión del sistema de salud no como unos compartimentos estancos, sino como un marco global de colaboración público-privada.
Las tablas biométricas que calculan la longevidad y la mortalidad en España, y sobre las que trabajan las aseguradoras, llevaban muchos años sin actualizarse, pese al aumento en la esperanza de vida. Tras un período de consultas, el proyecto estará listo a finales de año, según anunció el director general de Seguros en el foro organizado por Expansión y KPMG.
Los nuevos parámetros afectarán básicamente a los seguros de supervivencia, principalmente a las dotaciones sobre los seguros ya vendidos, pero también a los seguros de vida riesgo/decesos, en este caso por la reducción de precio que se espera provoque la citada actualización, tanto a las dotaciones como al precio que deberán pagar los asegurados, que será inferior, según Sergio Álvarez Camiña. Para el futuro se prevé un mecanismo de monitorización permanente de la longevidad para que los ajustes sean recurrentes y no haya que esperar años para otra tabla.
La nueva ronda del Pacto de Toledo alumbra ya unas futuras conclusiones que marcarán la agenda de los próximos meses. Ignacio Garralda (Mutua Madrileña) y Antonio Huertas (Mapfre) hablaron sobre ello en el XI Encuentro Financiero para defender los planes de empresa y atraer a los autónomos a esta inversión que complemente su pensión pública, lastrada por la opción de la cotización mínima.
“Hay datos incontestables: las pensiones en España están en la zona alta, la tasa de sustitución está en el 80%, de las más altas de la OCDE. ¿Esto es sostenible? Creemos que no. Que con el crecimiento económico vayan a financiarlas los nuevos aportantes, tampoco es sostenible esa afirmación. Según el BBVA, en 2050 se necesitaría más de 29 millones de cotizantes para pagar las pensiones. Ahora somos 19 millones de cotizantes. Eso no es creíble”, señaló Garralda.
El presidente de Mutua Madrileña considera “sesgado y superficial” el informe de la AIReF y no está de acuerdo con la demonización de la regresividad de la deducción, primero por su obviedad -toda reducción sobre la base imponible es regresiva por naturaleza-, pero principalmente porque esa regresividad es solo una verdad a medias. Solo mira la fase de aportación pero no la fase de cobro, donde los planes de pensiones tributan como rendimientos al tipo marginal, llegando hasta el 45%, tanto lo aportado como los rendimientos obtenidos, mientras que en el resto de los productos financieros estos tributan a una tasa fija del, como máximo, 23%.
“Tenemos el mejor sistema de pensiones y hay que garantizar que siga siendo el mejor”, sostiene por su parte Antonio Huertas. Los datos están ahí: en 2050 un tercio de la población superará los 65 años. Hacen falta reformas de calado que no consisten en trasvasar gastos a otros capítulos, como los 23.000 millones de euros de las pensiones no contributivas, porque eso no alivia el presupuesto público.
“El Plan de Toledo seguirá siendo incompleto
si solo se aborda desde la perspectiva de la pensión pública”
(Antonio Huertas, Presidente de Mapfre).
La clave es que los trabajadores cuenten con una segunda fuente de pensión, negando taxativamente el que sea una “cosa de ricos”. “Hay algo más de 7,5 millones de partícipes en planes de pensiones y de empresa. Me parecen muchos ricos. Es la clase media española que ha podido ahorrar”. El reto es, entre otros, incorporar también a los autónomos. A Huertas le suena bien el sistema británico, que hace doce años apostó por el automatic enrollment en las empresas, que ha permitido ahorrar ya 100.000 millones de libras a cerca de 10 millones de trabajadores.
Menos optimista con el Pacto se mostró la Presidenta de UNESPA. “El Pacto de Toledo ha hecho aproximaciones tímidas. El 96% de la factura existente del sistema (de pensiones) los va a seguir pagando el Estado”.
“Es un problema demográfico, pero no por ello con consecuencias muy graves sobre el propio sistema. Solo puede ajustarse por un flanco: el de la edad de jubilación. A condenarnos a todos a no saber a ciencia cierta cuándo vamos a jubilarnos”, denunció Pilar González de Frutos. Criticó la idea que se baraja de retirar la deducción temporal en el IRPF (no está exenta, sino que se difiere su pago al rescate del plan) y se pronunció por un cómputo global, y no anual, del límite de la deducción, fijado ahora en 8.000 euros anuales o el 30% de los rendimientos netos del trabajo.
En España operan 200 aseguradoras nacionales y 87 sucursales de entidades extranjeras. El sector vive un proceso de concentración, donde las 25 primeras firmas controlan el 85% del negocio. Esta concentración coincide con un incremento de la relación entre el sector asegurador y el bancario.
“Hay parejas cerradas, muy antiguas,
otros flechazos de última hora y alguna infidelidad”
(Sergio Álvarez Camiña, Director General de Seguros)
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, está siendo testigo directo del “acuerdo fraternal”, como lo llamó en la jornada, entre CaixaBank y Bankia. Una entidad con la que su compañía, recordó, mantenía un “largo idilio” que acabará abruptamente en favor de Mutua Madrileña. Preguntado por cómo se producirá esa separación, fue claro: “Entendemos que los contratos están para cumplirse”.
Bankia suponía para Mapfre el 2% de sus primas mundiales y el 6% en España. Ahora dirige su mirada a nuevas oportunidades. De hecho, Mapfre y Santander ya son socios en España y Portugal. Mantiene, además, acuerdos con Bankinter o Liberbank y confía en la potencia de sus más de 3.000 oficinas propias en España.
A Ignacio Garralda, por el contrario, la fusión entre Bankia y CaixaBank, de la que compró un 2,2% en 2017, le coge en una posición de ventaja. Una vez que se aprueben y autoricen los acuerdos de fusión, Mutua Madrileña pasará a detentar el 1,6% del nuevo grupo. Garralda confía en extender el acuerdo con CaixaBank a la red de Bankia.
Había que estar dentro para saber todo lo que han vivido las aseguradoras durante los meses más críticos de la pandemia, el Encuentro Financiero recogió los testimonios de los directivos de las principales aseguradoras.
Según Andrés Romero, Consejero Director general de Santa Lucía, la COVID-19 ha sido un acelerador de procesos que ya estaban en marcha, como la digitalización en la relación con los clientes y en la propia estructura de la compañía. El reto fue descomunal.
En las semanas más duras de la pandemia,
Santa Lucía pasó de gestionar 200 fallecimientos diarios a 700.
En Madrid, de 26 a 206 decesos diarios.
En Allianz España, la pandemia les sorprendió con los deberes hechos en materia de digitalización desde 2016, según su CEO, José Luis Ferré. “Ha funcionado muy bien”. Y ha sido así, además, en todo el sector. Una prueba de este reto: más del 60% de los peritajes han tenido que hacerlos en Allianz digitalmente, nada menos que 21.000 en estos meses.
Esa misma capacidad de adaptación es la que destacó Tomás Alfaro, CEO de AEGON. “¿Dónde estaríamos si no hubiéramos invertido en esto antes?”, se preguntó. “Antes de la pandemia, el 40% de nuestros empleados ya teletrabajaban”.
Sanitas comenzó a revolucionar la sanidad en 2016 con su propuesta de medicina digital, bajo la marca Blua. En ese momento, la relación médico-paciente seguía regida por los mismos parámetros que hace un siglo. Cuando lo diseñaron y consiguieron que más de 3.000 médicos dieran el paso, nunca imaginaron que se enfrentarían a una pandemia en la que esa herramienta sería fundamental para salvar vidas y permitir la atención a miles de pacientes confinados en sus casas.
Además, Sanitas puso a disposición de la administración sus hospitales dentro del mando único. “Triplicamos la capacidad de camas UCI. Y doblamos el número de camas hospitalarias”, recordó Iñaki Peralta, CEO de Sanitas.
Por otro lado, Rebeca Marciel, directora de Microsoft Consulting, ofreció una visión del sector “desde fuera” y así afirmó que, fruto del fuerte impulso que las aseguradoras han dado a la digitalización, su comparativa con otros sectores más famosos por su digitalización, es de igual a igual. Cosa que no se hubiera podido decir si la pregunta se hubiera hecho 5 o 10 años atrás.
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