Un acuerdo histórico para una crisis sin precedentes. Next Generation EU, más conocido como Plan de Recuperación para Europa, podrá movilizar en España hasta 140.000 millones de euros en fondos para hacer frente a las consecuencias económicas derivadas de la pandemia, que hasta el momento ha supuesto una caída del 14,7% del PIB europeo en términos interanuales, con España como país más afectado con un retroceso del 22,1% en el segundo trimestre.
Estas cifras ponen de manifiesto la gravedad de una crisis que ha lastrado al empleo y sectores esenciales de la economía como el turismo, y ante la que los gobiernos de la UE se han propuesto hacer frente de una forma decidida. Como explica Cándido Pérez, socio responsable de Gobierno, Sanidad e Infraestructuras de KPMG en España, “todos los gobiernos han asumido la necesidad de liderar la respuesta a la crisis tomando decisiones no solo desde el punto de vista sanitario, sino también económico y social”.
En España, el Ejecutivo desarrolló un mando único para gestionar la pandemia. En los últimos meses hemos asistido a una intensa actividad regulatoria, con cerca de 40 reales decretos, inyecciones de liquidez a operadores económicos -como las líneas de avales a través del ICO o la creación del Fondo de apoyo a la solvencia empresas estratégicas– y la aprobación de diferentes medidas con el objetivo de la protección del empleo como el desarrollo de los ERTE, actualmente sometidos a prórroga hasta el 31 de enero de 2021.
Mientras los gobiernos europeos hacían frente a las consecuencias inmediatas de la pandemia restringiendo los movimientos de la población y tratando de reforzar sus sistemas sanitarios, la Comisión Europea comenzó a desarrollar en el mes de mayo la respuesta europea a la crisis. Tras meses de negociaciones, finalmente el 21 de julio se cerró el acuerdo que marcará una recuperación marcada por la sostenibilidad y la digitalización.
El Plan de Recuperación busca dar una respuesta “eficaz” a las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. Para movilizar las inversiones, la Comisión Europea ha propuesto la creación de Next Generation EU: el instrumento de la recuperación europeo estará dotado de 750.000 millones de euros, con capital obtenido en el mercado financiero y que estará concentrado en los primeros años. De la cuantía final, 390.000 millones de euros ser repartirán en subvenciones y 360.000 en préstamos. Es importante destacar, como recuerda Cándido Pérez, que la financiación de este paquete “no se va a producir a través de un incremento de los ingresos corrientes de la CE, sino de la emisión de deuda de la propia Comisión o de los países destinatarios de los préstamos, que deberán empezar a ser devueltos en 2028”. Se realizarán asignaciones por Estados miembro, concentradas donde el impacto y las necesidades de resiliencia sean mayores.
La consecución de objetivos está intrínsicamente vinculada a la obtención de ayudas por parte de la Unión Europea. Como explica Noelle Cajigas, socia responsable de Mercados de KPMG en España, “la necesidad de que las reformas e inversiones que se instrumenten a través de estos fondos contribuyan al crecimiento de la economía es crucial, ya que es necesario conseguir que Europa recupere el funcionamiento de su economía, de su sociedad y de sus empresas”.
La condicionalidad se articula en la exigencia a que las reformas emprendidas por los diferentes países europeos sean efectivas, incrementando la capacidad productiva de la Unión Europea. En este sentido, Next Generation EU consta de tres pilares u objetivos sobre los que deben basarse los diferentes planes locales que presentará cada país para recibir parte de los fondos:
A partir del 15 de octubre los diferentes países deben presentar sus borradores de planes nacionales de reformas e inversiones, que la Comisión Europea estudiará en un plazo de dos meses desde la recepción oficial del Plan para realizar la evaluación. Tras la evaluación positiva de la Comisión, el Comité Económico Financiero del Consejo emitirá una opinión sobre el correcto cumplimiento de las metas y objetivos, momento a partir del cual se podrá iniciar el desembolso de fondos. Además, a lo largo de este otoño será necesario que el Parlamento Europeo alcance un acuerdo que cerrará tanto el marco financiero plurianual como la puesta en marcha el próximo 1 de enero de Next Generation EU.
Una vez iniciado, Next Generation EU estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2024. Pese a que está previsto que ciertos proyectos de inversión se puedan ejecutar hasta el año 2027, en estos momentos se contempla que el 70% de los proyectos estén comprometidos antes del 31 de diciembre de 2022. En este sentido, Cándido Pérez recuerda que “en apenas 20 meses se deberá comprometer el 70% de esta actuación, por lo que nos encontramos ante unas fechas bastante diferentes a los procedimientos habituales de las instituciones europeas”. En la misma línea, Noelle Cajigas subraya que “es esencial que los proyectos se ejecuten de forma rápida”.
Los planes que cada país remitirá a la Comisión Europea para analizar su idoneidad deberán tener en cuenta estas directrices:
Además de estas directrices, el pasado 17 de septiembre la Comisión Europea hizo público un manual en el que detalla qué es lo que espera recibir. En este sentido cabe destacar los denominados ámbitos emblemáticos, que la Comisión Europea anima a los Estados miembros que incluyan en sus planes de inversiones y reformas. Estos marcos de actuación se consideran clave para el desarrollo europeo dada su pertinencia para el conjunto de la región, la enorme inversión que exigen, su potencial para la creación del empleo y el crecimiento y para el impulso de la transición verde y digital:
En este sentido, Cándido Pérez explica que “para cada una de las iniciativas emblemáticas, la Comisión Europea solicita detallar un baseline, qué objetivo se pretende alcanzar y cuál es la estrategia para alcanzarlo. Es importante también incluir qué inversiones y reformas se van a poner en marcha, aportando un análisis técnico y científico del impacto de la contribución de cada una de estas medidas a la contribución del objetivo”.
Como se ha indicado anteriormente, los planes de cada país deben incluir las recomendaciones que realiza con carácter semestral el Consejo Europeo. A modo de guía, recogemos a continuación algunas de las recomendaciones realizadas más relevantes, que servirán de guía para el plan español:
El Gobierno presentó el pasado 7 de octubre su Plan de recuperación, transformación y resiliencia, que canalizará los fondos europeos a través del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia y el React-EU. En este sentido, el Ejecutivo ha marcado diez políticas palanca con el objetivo de garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo:
Dado el alcance del Plan de Recuperación, Cándido Pérez recuerda que “la estadística demuestra que solo el 10% de los proyectos presentados para acceder a fondos europeos acaba siendo aceptado, por lo que es muy importante realizar un enfoque adecuado, ideando y documentando proyectos elegibles”. La recuperación de la Unión Europea se pone en marcha.
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