La Unión Europea ha afrontado de forma decidida un reto sin precedentes: paliar la crisis económica derivada de la COVID-19. Una crisis que, pese al alivio con la desescalada de los meses de verano, se ha agravado ante la segunda ola de la pandemia. Las expectativas económicas de los principales agentes económicos han empeorado, y la Comisión Europea calcula en un 7,8% la caída del PIB en 2020.
Pero en el marco de enorme complejidad derivado de esta crisis, 2021 parte con cierto optimismo. Del lado sanitario, con la llegada de la esperada vacuna, y del económico, con el plan Next Generation EU. Este último, dotado con 750.000 millones de euros, marcará la senda de recuperación europea, que se caracterizará por la sostenibilidad y la digitalización.
España tiene previsto movilizar 72.000 millones de euros, cuya inversión se concentrará en los próximos tres años con el objetivo de maximizar su impacto en la economía. Para su ejecución, el Gobierno ha desarrollado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia España Puede, que establece los ejes transversales y las políticas palanca que guiarán el desarrollo de proyectos que podrán acceder a los fondos europeos.
Su gestión está regulada a nivel europeo por el Reglamento 2020/2094, de 14 de diciembre de 2020, y en el ámbito nacional través del Real Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre. A esta normativa se suman las diferentes normativas por los procedimientos a través de los que se canalicen los fondos, como por ejemplo la Ley General de Subvenciones, Ley de Contratos del Sector Público, etc.
Dada la relevancia, novedad y especialidad del Real Decreto-ley, es importante que las compañías conozcan de forma adecuada los órganos que gestionarán los fondos, las características de los proyectos elegibles, instrumentos de canalización, fechas clave, etc. Con este objetivo, KPMG ha elaborado una guía práctica para empresas, publicada en el diario Expansión:
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