Artículo escrito por Marta Gómez.
La pandemia de la COVID-19 ha puesto en el foco de la opinión pública las decisiones de las compañías en materia de retribución, dividendos y mantenimiento del empleo, generando tensiones entre lo más conveniente en el corto y en el largo plazo.
Del mismo modo, existe cierto consenso alrededor de la idea de que ha incrementado –aún más– la atención de las compañías e inversores a los riesgos ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por sus siglas en inglés), extendiendo el escrutinio público, más allá de la crisis de salud pública, a otros asuntos ESG como la desigualdad o el cambio climático, y situando la transición sostenible como una de las vías de la recuperación económica.
Numerosos actores afirman que las compañías que apuestan por la incorporación de criterios ESG en sus modelos de negocio están respondiendo mejor a los efectos negativos de la crisis, habiéndose convertido en un asunto material desde el punto de vista financiero.
En este contexto, hemos evaluado las cuestiones que han aparecido en la agenda de los principales inversores, proxy advisors, agencias de calificación y analistas relacionadas con la COVID-19 y su impacto en los asuntos ESG, tomando como punto de partida la información pública:
Además de aumentar la relevancia de los factores ESG y su materialidad en los análisis de riesgos, los inversores y las compañías consideran, según un estudio publicado por Principles for Responsible Investment (PRI), que sus compromisos en materia ESG o de sostenibilidad se mantendrán y no desaparecerán como consecuencia de la necesidad de poner el foco de atención en la respuesta a la crisis.
El informe recientemente publicado por KPMG junto a Fundación SERES, “La visión de los asuntos ESG desde el consejo de administración”, también evalúa en qué medida la pandemia ha intensificado la atención del consejo a las cuestiones ESG. En este sentido, un 87% de los consultados señalan que la atención a los asuntos ESG ha aumentado como consecuencia de la pandemia. Entre las cuestiones que han ganado más peso en la agenda del consejo, señalan la seguridad de los empleados, el apoyo a la cadena de suministro y el respeto a los derechos humanos. Otros asuntos mencionados, más allá de la respuesta inicial de las compañías, son los relacionados con los planes de sucesión, las desigualdades sociales o la brecha salarial.
En este sentido, y dado el creciente interés de los inversores hacia las cuestiones ESG, los consejeros consultados en el marco de la elaboración de dicho informe consideran que, para impulsar el posicionamiento de las compañías en materia de sostenibilidad, cabría asignar un mayor peso a estas cuestiones en la agenda del consejo, así como reforzar la información periódica y definir cuadros de mando que les permitan evaluar el desempeño, el cumplimiento de los objetivos establecidos y el impacto de las iniciativas desarrolladas en el ámbito ESG.
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