Desde hace ya bastantes años venimos observando un fenómeno en las empresas contra el que los departamentos de IT han luchado denodadamente pero que, a la vista de los resultados, ésta se ha revelado a todas luces infructuosa. Nos estamos refiriendo al hecho de que los departamentos, o usuarios de forma individual, incorporen soluciones de hardware o software no controladas desde el departamento de IT y que, en muchos casos, éstos desconocen de su existencia hasta la aparición de algún problema o necesidad de soporte.
Sin lugar a duda, esta situación incrementa sustancialmente el riesgo en la seguridad, pérdida de integridad de los datos, incompatibilidad con el resto de las aplicaciones o equipos, etc. No obstante, estos riesgos se diluyen ante la percepción desde las áreas usuarias de la incapacidad del departamento de IT de proporcionar soluciones adecuadas a sus necesidades de forma ágil y eficiente y al temor de que se materialice su principal riesgo, el incumplimiento de sus objetivos de negocio.
Esto es debido a que, por norma general, las empresas están estructuradas en silos, con poca comunicación y colaboración entre ellos y con necesidades que se asumen como individuales. Esta situación incluye también al departamento de IT, el cual se ha visto únicamente como un centro de soporte y coste, que actúa como una caja negra y concentrando todo el conocimiento en tecnología de la empresa, lo que provoca que sea en muchos casos donde converge “la culpa” del retraso, sobrecoste o, directamente, del fracaso de los proyectos o iniciativas de negocio.
Esta percepción se está viendo incrementada por la necesidad de las empresas de adaptarse a los cambios que se producen en el mercado, nuevos productos par mejorar la experiencia de los clientes, nuevos canales para la atracción y retención de clientes, nuevas formas de trabajar de los empleados, etc. y esto se produce a una velocidad que no en todos los casos los departamentos de IT son capaces de dar respuesta.
Por tanto, debemos cuestionarnos si nuestro modelo de departamento de IT es el adecuado para dar respuesta a estas necesidades y preguntarnos cuál ha de ser el Futuro de IT en nuestras empresas que nos dé la capacidad de proporcionar con la calidad y agilidad suficiente las necesidades del negocio.
Lo que hemos observado como denominador común en todas las empresas que en los últimos años han destacado en su crecimiento y capacidad de adaptación a los nuevos retos con los que se han ido encontrando es la inexistencia de silos, especialmente en el área de IT. La adopción de metodologías Agile, la incorporación de soluciones Low-Code o la utilización de infraestructuras Cloud, han sido algunos de los catalizadores que les han permitido una mayor integración entre las áreas de negocio e IT.
Nos encontramos en el momento idóneo para cambiar el modelo tradicional con el que veníamos trabajando hasta ahora, y aprovechar el impulso que esta pandemia ha dado a la Transformación Digital de nuestras empresas para dar forma al “Futuro de IT”. Para ello, desde KPMG les proponemos 6 palancas en las que apoyarnos para abordar este cambio:
En definitiva, si los modelos de negocio cambian y se orientan a cliente o producto, también debe cambiar la forma en que los departamentos de IT deben prestar sus servicios para proporcionar las capacidades y soluciones a su cliente. El Futuro de IT supone cambiar radicalmente la concepción de ser los aglutinadores del conocimiento y operación de la tecnología hacia un escenario donde prime la democratización y descentralización hacia todas las áreas de la empresa. El área de IT deberá ser el Centro de Excelencia tecnológico que defina y se asegure de la aplicación de los estándares tecnológicos, políticas de seguridad, metodologías, poner a disposición de quien los requiera las plataformas y soluciones aprobadas y estandarizadas, así como definir, diseñar y operar los servicios compartidos, y apoyar a los equipos de producto aportando soluciones y conocimiento.
Aparece ante los departamentos de IT la oportunidad de ser los motores del cambio y transformación en nuestras empresas, no la desaprovechemos.
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