Tras más de dos décadas en Amadeus, Luis Maroto continúa afrontando los cambios del sector del viaje con confianza. Pese al impacto de la pandemia, el directivo de la compañía tecnológica visualiza las oportunidades que traerá consigo la recuperación económica, siempre con el viajero en el centro de la estrategia. Su visión optimista también se extiende a la economía española, siempre que apueste de forma decidida por el talento y la innovación.
RESPUESTA. Es cierto que en los últimos años la sostenibilidad ha pasado a ser una de sus prioridades de los viajeros. Desde la industria somos muy conscientes y lo mantenemos como un factor crucial a la hora de plantear y definir las herramientas para la recuperación.
En este sentido, en Amadeus estamos poniendo el foco en los destinos, creando plataformas y soluciones que les permitan diferenciarse para atraer viajeros. Creemos que esto va a contribuir a descubrir nuevas opciones a los viajeros, evitando en la medida de lo posible los destinos aglomerados. Estamos también impulsando la multimodalidad, conectando a nuestros clientes de distintos segmentos (avión, tren, hotel, etc) y facilitando distintas formas de desplazamiento a los viajeros.
En mi opinión, hay dos factores que son críticos para la recuperación, y en líneas más generales para mejorar la competitividad de la industria española: la inversión en I+D y la mejora de la formación. En cuanto al primero, es un elemento diferenciador de cara a automatizar tareas y explorar nuevas tecnologías que permitan a las empresas ser más eficientes y dedicar más recursos a las áreas de negocio que aportan más valor.
El segundo factor es la educación. No solo hay que mejorar la formación en nuevas tecnologías para que los futuros profesionales puedan hacer frente a los retos una vez se incorporen al mercado laboral, sino que hay que adaptar los planes de estudios y aumentar su flexibilidad, pues los avances y cambios se producen cada vez a mayor velocidad.
Sin duda. La Responsabilidad Social Corporativa(RSC) ya era muy importante para nosotros antes, pero con la pandemia vimos claro que teníamos que hacer un esfuerzo extra. De hecho, al comienzo de la crisis decidimos reenfocar nuestra estrategia de RSC para poder apoyar tanto a nuestros clientes como a las comunidades en las que operamos. Así, en los últimos meses la protección de la salud, la seguridad y el bienestar de la sociedad en general, y de los viajeros y nuestros empleados en particular, han pasado a ser los objetivos prioritarios de nuestra estrategia de RSC.
En este esfuerzo, nuestros empleados dedicaron más de 34.000 horas a generar un impacto social positivo. Estamos muy orgullosos de este compromiso, que continúa siendo prioritario para nosotros.
Como comentábamos antes, creo que es clave mejorar la formación en nuevas tecnologías para poder dotar a los futuros profesionales de las herramientas que van a necesitar en el mundo laboral. En este sentido, y teniendo en cuenta la velocidad a la que se producen ahora mismo los cambios, es esencial una mayor colaboración entre las universidades y el sector privado, para que los planes de estudios tengan en cuenta la realidad que van a vivir los jóvenes profesionales, se les dote de los conocimientos necesarios para esta, y aumenten sus posibilidades no sólo de encontrar trabajo sino también de llevarlo a cabo con éxito.
En Amadeus estamos continuamente buscando profesionales para nuestras áreas de cloud, inteligencia artificial, biometría, análisis de datos, etc. Son áreas muy punteras en las que estamos haciendo avances constantes y que requieren profesionales formados en las últimas tecnologías y con metodologías más ágiles y flexibles.
El impacto devastador de la pandemia de la COVID-19 en la industria del viaje es incontestable. Dicho esto, y mientras seguimos aún combatiendo la enfermedad y sus implicaciones para la economía, no nos cabe duda de que la gente anhela viajar y que, en cuanto la situación lo permita, veremos un resurgir del viaje.
Aún es pronto para valorar cómo será ese viaje, pero sí podemos aventurar que ciertas tendencias de la pandemia han llegado para quedarse, particularmente el aumento de información disponible para los viajeros, que continuarán demandando un servicio más cercano y personalizado. Asimismo, la crisis ha acelerado la adopción de tecnologías que estaban ya en desarrollo, como la biometría o las opciones de autoservicio, que facilitan la experiencia de los viajeros y que serán cada vez más comunes y rutinarias.
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