RESPUESTA. El valor verdadero de la innovación sostenible radica en el talento de las personas. Para innovar es imprescindible crear una cultura que premie a quien intente realizar cosas nuevas, que fomente y potencie su talento. Una cultura que les dote de la libertad necesaria para tomar sus propias decisiones, arriesgarse y volver a intentarlo si se falla.

Asimismo, si queremos generar un impacto positivo en la económica y desarrollar un modelo mas sostenible, es vital que en los próximos años se fomente la innovación abierta y colaborativa, la tecnología y la formación en skills digitales. Tenemos que potenciar la colaboración publico-privada y la realización de proyectos conjuntos con otras empresas para así atraer y premiar a los mejores talentos y que estos colaboren entre sí.

Sin duda la transformación digital ha abierto nuevos horizontes para las empresas, pero también ha puesto de manifiesto la importancia de preservar la privacidad al implementar soluciones innovadoras utilizando datos y lo vital que es fomentar una sociedad digital ética en la que la transparencia y la explicabilidad primen.

Especialmente importante fue la entrada en vigor, en 2018, de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales. Fue la primera vez que se regularon aspectos tan importantes como la neutralidad de la red o los derechos a la seguridad y educación digital.

Asimismo, la mayor dependencia de las redes digitales ha resaltado la importancia de la ciberseguridad. En este sentido, es clave que todas aquellas empresas que recopilan o manejan datos implementen las herramientas y políticas mas avanzadas en materia de ciberseguridad para garantizar la protección e integridad de esos datos, y hagan un uso ético y responsable de los mismos, evaluando y mitigando cualquier riesgo potencial.

A lo largo del último año, y especialmente durante la pandemia, la tecnología ha demostrado su valor para responder a los retos de este complejo momento. Gracias a la tecnología, nuestros hijos han podido seguir educándose desde casa; miles de empresas han podido seguir funcionando, salvándose miles de empleos; y ha hecho que el confinamiento fuera más llevadero para todos. Asimismo, hoy en día, la tecnología está cumpliendo un papel fundamental en la gestión de la pandemia y en la vuelta a la normalidad.

Sin embargo, nos queda mucho camino por recorrer hasta completar, como sociedad, nuestro proceso de transformación digital. Es urgente que sigamos invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías y avancemos en ese proceso de transformación lo mas rápido posible para poder no solo responder a situaciones de emergencia como la actual, sino para poder anticiparnos y evitarlas antes de que pasen.

Sin duda, nuestro factor diferenciador es fomentar un modelo cultural que incentiva la innovación constante y abierta, el espíritu emprendedor y la formación continua. Un modelo cultural basado en valores como la equidad, la inclusión y la diversidad, que protege y desarrolla nuestro activo mas importante: nuestros empleados.

Cualquier sector o empresa que quiera tener éxito, también en su proceso de transformación digital, tiene que integrar en su ADN corporativo una cultura empresarial, basada en valores, con un propósito bien definido, que premie el talento y dote de libertad a sus empleados para arriesgarse y tomar decisiones.

En el último año, se han anunciado diversos planes, como el Plan Nacional de Inteligencia Artificial o los planes de impulso de las infraestructuras cloud, que sin duda impulsarán la transformación digital de nuestra sociedad y de nuestro modelo económico.

Asimismo, el Plan España Digital 2025 y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, junto a iniciativas como los Fondos Europeos de Recuperación “NextGeneration”, son iniciativas que nos permitirán transitar mucho más rápido hacia un modelo económico y social más ecológico, más digital y más resiliente.

Pero para que estas iniciativas sean efectivas, es necesario que todas se implementen en un marco laboral adecuado y con una fiscalidad que favorezca la atracción de inversión y la creación de empresas.