Este año, el Estudio de Remuneraciones de los consejeros de KPMG Abogados ha pasado a denominarse Estudio de Remuneraciones de las Sociedades Cotizadas, al haberse integrado la información correspondiente a todo el Mercado Continuo, segmentando entre IBEX y no IBEX.
Somos la única firma de servicios profesionales del mercado que ha analizado tanto la información cuantitativa como cualitativa de las 128 compañías que cotizan en Bolsa, de las cuales 34 pertenecen al IBEX.
Este año, los Consejos de Administración han permanecido estables, siendo los únicos cambios detectados los asociados a los movimientos entre índices. En 2020, había siete modelos de gobierno corporativo en las Sociedades Cotizadas españolas, dándose una mayor concentración de poder en el IBEX que en el Mercado Continuo, donde el poder está más repartido.
La principal conclusión que podemos extraer de nuestro análisis es que los primeros ejecutivos y consejeros de las compañías han visto afectadas sus remuneraciones de forma significativa en el caso tanto del IBEX (con descensos en torno a un 20%), como del Mercado Continuo (cerca de un 9%).
Esto se debe a que los resultados de las compañías tanto en facturación como en EBITDA (principal métrica considerada en la fijación de las retribuciones variables) han descendido significativamente en ambos mercados (cerca de un 26% en el caso del EBITDA), lo cual ha arrastrado a la baja las remuneraciones.
No obstante, la situación ha sido diferente en función de si hablamos de puestos Ejecutivos o No Ejecutivos. Los puestos Ejecutivos dependen de la compañía, pero, en general, han visto ajustada a la baja su remuneración, aunque se han cobrado algunos variables a largo plazo (en el IBEX están mayoritariamente vinculados al Total Shareholder Return – TSR – absoluto o relativo, habiendo las bolsas recuperado su pulso en la segunda etapa del ejercicio).
Por su parte, la remuneración de los puestos no ejecutivos ha quedado igual o bien se ha visto incrementada debido al aumento del número de Presidentes No Ejecutivos. Aunque se observa una importante diversidad en la remuneración por sectores, no es posible, sin embargo, explicar las remuneraciones percibidas por todos estos cargos en función del tamaño y complejidad de las compañías, particularmente en el caso del resto del Mercado Continuo, donde hay una ausencia total de correlación entre el tamaño y la complejidad de las compañías y sus remuneraciones.
Esta circunstancia no se da en el contexto europeo, donde sí existe una correlación positiva en compañías con facturaciones significativas. Esto denota que o bien se pueden estar no haciendo los pertinentes análisis comparativos, o bien se están tomando para los mismos, compañías que no son del todo comparables. También podría deberse al efecto de la ausencia de un asesor independiente. En este sentido aproximadamente un 20% de las compañías del IBEX no revela o no tiene asesor, porcentaje que se eleva abrumadoramente hasta el 76% en el caso del Mercado Continuo. Además, en el IBEX, el 34% de las compañías recurren a un mismo asesor, lo cual podría generar un cierto conflicto de interés por una posible falta de independencia de este, ya que mayoritariamente su facturación se debe a este tipo de servicio.
A la vista de los resultados del análisis, se ve la importancia de abordar el diseño de los paquetes retributivos con ayuda externa profesional, objetiva e independiente.
En otro orden de cosas, 2020 ha sido el año ESG. La frecuencia de métricas ESG en el variable a corto plazo en el Ibex ha sido del 68%, casi 24 puntos porcentuales más que en el año anterior, mientras que en el resto del Mercado Continuo solo un 11,4% de las compañías las incorporan. A pesar de lo anterior, los pesos asignados a estas métricas no han sido excesivamente significativos ya que en el IBEX a corto plazo el peso promedio ha sido del 13%. En el largo plazo, se ha incrementado su frecuencia respecto a 2019 en mucha menor medida (4,6 puntos porcentuales) hasta aparecer en el 29,6% de las compañías analizadas en el IBEX, si bien en estos casos el peso ha sido superior al corto plazo acercándose al 20%.
A pesar del descenso de las remuneraciones de los primeros ejecutivos, el CEO Pay Ratio en el IBEX ha aumentado casi 21 puntos porcentuales, situándose cerca de 100 veces la remuneración del promedio de la plantilla. Esto se debe a que las remuneraciones del resto de empleados han caído más que proporcionalmente a la del primer ejecutivo, posiblemente debido al efecto de los ERTEs durante el ejercicio.
La representatividad de género en el caso de los Consejeros No Ejecutivos (que es donde hay muestra suficiente para poder medirla), todavía se encuentra alejada de la establecida en la Recomendación del Código de Buen Gobierno. Es mayor en el IBEX (27%) frente al resto del Mercado Continuo (19%), pero no alcanza el 40% recomendado por el Código de Buen Gobierno. No hay apenas mujeres en los puestos ejecutivos del Consejo. Adicionalmente, en el IBEX vuelve a aparecer brecha salarial de género de un 11% al estar los hombres en compañías un 8,4% más grandes.
Finalmente, destacamos como último punto reseñable que cabría realizar una cierta reflexión sobre los Informes Anuales de Remuneraciones de Consejeros (“IARC) elaborados por parte de las Sociedades Cotizadas.
A lo largo del estudio, se ha detectado en algunos casos, una cierta falta de transparencia en la información (por ejemplo, no se recogen los conceptos conforme a los criterios establecidos por la CNMV, o se trata de disimular la remuneración del primer ejecutivo cambiando la denominación del cargo).
En julio de 2020, la CNMV requirió a algunas compañías aclaraciones sobre algunas cuestiones, estando bastante encima de la información reportada.
Adicionalmente, en 2021 se ha producido la primera condena en sede de la Audiencia Nacional por falta de veracidad u omisión de información en los IARC de una Sociedad. No siendo ésta firme todavía, sin embargo, permite vislumbrar las consecuencias de no reportar adecuadamente la remuneración en los informes.
Tratar de ocultar cierta información es totalmente inconsistente con las prácticas de buen gobierno y con los objetivos ESG que están incorporando las compañías, por lo que quizás convendría replantearse en algunos casos, de cara al año que viene, la forma en que se reporta la información.
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