De todos es sabido que alcanzar la descarbonización marcada por la Unión Europa requiere la movilización de elevadas inversiones -a nivel público y privado-, normativas que faciliten este objetivo y una transformación histórica del modelo energético. Un cambio de modelo que, pese a implicar la superación de numerosos obstáculos para la consecución de unas cifras muy ambiciosas, es defendido como una de las grandes oportunidades de la década.
Así sucede con la transición energética en España, cuyos pilares quedaron recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y que establece entre sus objetivos el impulso de las energías renovables, hasta alcanzar el 74% del mix de producción de energía eléctrica.
Pese a que la energía eólica y la fotovoltaica parten como las principales apuestas por nuestro óptimo punto de partida para favorecer su desarrollo -características geográficas, nivel de sol y viento-, lo cierto es que el papel de otras energías como la termosolar, la biomasa, la eólica marina o el hidrógeno verde jugarán un papel crucial.
Estas energías alternativas, que en la actualidad requieren de incentivos para su desarrollo y rentabilidad, serán objeto de importantes inversiones en los próximos años. Y, de entre todas ellas, el hidrógeno verde es sin duda la que más titulares ha acaparado, al despertar un innegable interés en el mercado y, en la actualidad, por ser protagonista de uno de los grandes proyectos tractores vinculado al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español.
El PERTE de energías renovables, anunciado el pasado 14 de diciembre, supone, como explica Carlos Solé, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG en España, una “oportunidad decisiva para aprovechar los fondos europeos en la consecución de los objetivos fijados por el PNIEC, además de situar a España en la vanguardia de la transformación del sector energético hacia la descarbonización”.
Pero lo especialmente relevante de este PERTE es su foco en el impulso del hidrógeno verde, considerándolo fundamental para alcanzar el objetivo de renovables. “Si no se consigue avanzar en el almacenamiento de la energía o en las interconexiones internacionales, será complicado alcanzar la cifra del 74%, por lo que este PERTE plantea una oportunidad muy relevante para un sector que está despertando muchísimo interés”, afirma Carlos Solé, recordando que, pese a que a nivel nacional están contemplados en la actualidad 4 GW de capacidad, las manifestaciones de interés recogidas a nivel europeo sitúan a España a la cabeza de proyectos por su calidad.
De hecho, este interés por desarrollar proyectos de hidrógeno verde podría llegar a superar los 4 GW contemplados en el PNIEC. “Se empieza a oír que España va a ser el hub del hidrógeno a nivel europeo”, afirma Carlos Solé. El propio ejecutivo califica esta energía de “vector energético clave”, incidiendo en que permitirá descarbonizar sectores con una compleja transformación verde como la industria química, el cemento, la siderurgia o el transporte pesado.
Las cifras del PERTE de energía
El PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA), desarrollado por el Ministerio para la Transición Ecológica, es el tercero de los grandes proyectos tractores puestos en marcha por el Ejecutivo en el marco de los fondos europeos. Su objetivo es desarrollar “tecnologías, conocimiento, capacidades industriales y modelos de negocio” vinculados con la transición energética, que contribuyan a situar a España en una posición de liderazgo en el ámbito de las energías renovables, poniendo especial foco en el hidrógeno verde. Una relevancia que también se pone de manifiesto con las cifras que acompañan a este PERTE:
De hecho, las cifras iniciales permiten vislumbrar un efecto multiplicador de las ayudas superior a la media establecida para los PERTE. “Si se viene calculando que las ayudas públicas supondrán entre un 20 y un 25% del total de inversiones que conseguirán movilizar los fondos europeos, en este caso las cifras aumentan a entre un 35 y 38%, lo que supone una señal muy buena para el sector, teniendo en cuenta que en las primeras observaciones de los promotores de hidrógenos se vislumbraba una falta de rentabilidad”, explica el socio responsable de Energía y Recursos Naturales.
“En conclusión, el hidrógeno verde es una de las energías renovables más innovadoras que existen en la actualidad y nos estamos posicionando para ser líderes del sector. Hay capacidad e interés para impulsarlo y este PERTE está siendo muy sensible a esta realidad, al destinar más de 1.500 millones de euros en ayudas públicas”, subraya Carlos Solé. “La combinación de energías renovables eólica y fotovoltaica junto al hidrógeno situará a nuestro país en una situación dominante”, concluye.
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