El sector bancario se encuentra inmerso en una profunda transformación acelerada por la pandemia, al tiempo que se enfrenta a un entorno cada vez más exigente y disruptivo marcado por la digitalización y la sostenibilidad. Ante este escenario, los bancos tendrán un papel decisivo en el impulso de la recuperación y el crecimiento económico a través de la canalización de los fondos europeos, proporcionando así certidumbre ante el actual contexto económico y garantizando un reparto justo y equitativo de los fondos que redunde en el beneficio de la sociedad.
Como destacó Juanjo Cano, presidente de KPMG en España, en la inauguración del XII Encuentro Financiero organizado por Expansión y KPMG: “la labor que han realizado entidades, supervisores y reguladores en los últimos años ha dado como resultado un sector financiero saneado, solvente y sólido”, que está llamado a desempeñar un papel clave en esta nueva etapa de crecimiento que se está iniciando. Sin embargo, los problemas de la cadena de suministro global o la escalada de los precios de la energía están ralentizando la recuperación e impulsando la inflación, por lo que el sector deberá permanecer vigilante ante dichos desafíos y reforzar su apuesta por la innovación y la sostenibilidad como principales palancas de crecimiento.
La inflación, que continúa aumentando casi de forma ininterrumpida a lo largo de 2021, es el “elemento más preocupante en la actual fase de recuperación”, destacó Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), aunque indicó que este incremento “tiene una naturaleza temporal”. Según el indicador adelantado que ha facilitado recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación aumentó en noviembre un 5,6% respecto al año pasado, su nivel más alto desde hacía décadas.
En la misma línea se manifestó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que defendió que las altas tasas de inflación actuales serán temporales y prevé que se disipen durante el próximo año. “Cabe esperar que el ascenso de las tasas de inflación que hemos venido observando tenga una naturaleza pasajera, a pesar de haber mostrado una intensidad y una persistencia más elevadas de lo anticipado hace unos meses”, constató el gobernador, pues apuntó que este incremento está siendo motivado por factores fundamentalmente ligados a la pandemia.
Tras este repunte de la inflación, se encuentra la subida de los precios de la energía, unido a las insuficiencias de la red global de transporte marítimo que ha generado preocupantes cuellos de botella y propiciado la escasez de determinados productos. Factores que, como indicó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, son fundamentalmente de carácter “transitorio” e irán desapareciendo a medida que pase el tiempo.
Ante este entorno, Luis de Guindos subrayó el compromiso de que “la política monetaria continuará asumiendo su papel” con una posición “acomodaticia”. Así, aunque se prevé que la inflación se atenúe a lo largo de 2022, Pablo Hernández de Cos abogó por adoptar un enfoque prudente, ante la que habría que evitar “una retirada prematura de los estímulos monetarios, en particular en un contexto en el que la evolución de la crisis sanitaria, así como sus efectos económicos, sigue rodeada de una incertidumbre inusualmente elevada”.
Una posición que también comparte el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar: “sería un gran error retirar las políticas de estímulo antes de tiempo”, pues afirmó que en la medida en que estas tengan éxito y se consoliden, es probable que los tipos en el medio y largo plazo pueden empezar a repuntar, pero “solo en la medida en que eso pase y los efectos de la recuperación sean muy evidentes”.
Además, como alertó el gobernador del Banco de España: “los costes de incurrir en un endurecimiento excesivamente prematuro serían probablemente mayores”, ya que podría inducir a una desviación de la inflación a medio plazo, acercándonos así a un escenario similar al período trascurrido entre el final de la crisis financiera y el comienzo de la pandemia.
El vicepresidente del BCE recordó que la economía europea experimenta una recuperación “clara” en la zona euro, con un crecimiento esperado en torno al 5%, como consecuencia de la mejora de la lucha contra la pandemia y el levantamiento de las medidas de restricción en distintos países. Sin embargo, también reconoció que las previsiones del cuarto trimestre han “perdido cierto impulso” debido fundamentalmente a la problemática de suministro, los cuellos de botella, los problemas derivados de la oferta, los costes de la energía y los rebrotes y nuevas variantes del virus.
En cualquier caso, aunque la recuperación serás más lenta de los previsto, Luis de Guindos sostuvo que la economía europea crecerá con intensidad en el año 2022. En este sentido, César González-Bueno, consejero delegado de Banc Sabadell coincidió en que “estamos en fase de crecimiento de incremento moderado-alto de la inflación y al final del túnel vemos una subida de tipos a unas cifras no extraordinarias, pero sí razonables”.
En otro orden, sobre el posible repunte de la morosidad, González-Bueno aseguró que en sus previsiones baraja un cierto incremento, aunque no espera que sea excesivamente llamativo, sino “moderado”, pues destacó que el 40% de los créditos ICO no se han acogido a las prórrogas. En este sentido, María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter, reconoció también no estar demasiado preocupada ante la evolución de la morosidad y explicó haber realizado significativas provisiones, al tiempo que seguirá de cerca la evolución de los créditos ICO y los ERTE.
El sector financiero es consciente de que la recuperación y transformación del sistema económico y empresarial estarán especialmente marcadas por la sostenibilidad. Como señaló el presidente de KPMG en España, tras la COP26 celebrada en Glasgow “todos los países se han sumado, con mayor o menor ambición, a los compromisos adquiridos en la última cumbre del clima, y en los que el sector financiero tendrá un papel crucial”.
En este sentido, como indicó la directora de Expansión, Ana I. Pereda, la sostenibilidad se ha convertido en “un factor global que inspira estrategias”. Toda una revolución que será, en opinión de Francisco Uría, socio responsable global de Banca y Mercados de Capitales de KPMG, una clave decisiva que determinará el año 2022 y que supondrá todo un reto para el sector financiero, puesto que la regulación europea le otorga un rol de “auténtico catalizador de la transformación de la economía europea”.
Además de la sostenibilidad, el sector financiero se encuentra inmerso en una profunda transformación digital, que ya venía siendo una tendencia estratégica pero que, con el confinamiento de la población y la necesidad de interactuar a través de nuevos canales, se ha disparado, adelantando en varios años la adaptación a la digitalización de los clientes. La personalización, la generación de nuevos servicios y experiencias a través de la tecnología es ya un objetivo sustancial para la banca. Como también lo es la mejora de la eficiencia en los procesos internos.
Como constató Onur Genç, consejero delegado de BBVA, la inversión en tecnologías disruptivas es una de las apuestas principales para el crecimiento y la creación de valor de las entidades. En este sentido, el CIO de CaixaBank, Pere Nebot, destacó la inteligencia artificial para conseguir detectar las necesidades del cliente y ofrecer soluciones que le ayuden en su día a día. “La transformación digital es una palanca muy poderosa con la que las empresas pueden aumentar su productividad y resiliencia y ofrecer productos más competitivos”, constató Rebeca Marciel, directora de Grandes Empresas de Microsoft.
Por su parte, Koldo Etxeberría, CIO de Kutxabank, destacó las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías en el modelo de relación con el cliente, así como la mejora en la eficiencia de los procesos de la entidad. A lo que Ignacio Juliá, CEO de ING España y Portugal añadió: “la clave está en crear valor para nuestros clientes, hacer productos sencillos, transparentes y una experiencia de cliente personal y relevante”.
Sin olvidar la importancia de mantener la relación física con el usuario, logrando balancear y conjugar ambas realidades: digital y física. Una dicotomía más versátil que “se está trasladando al ámbito digital para los temas de poco valor añadido y en una aproximación física mucho más personal para los temas más relevantes”, detalló el CEO de Banc Sabadell.
Otro de los aspectos destacados que abordó Elena Alfaro, responsable de Analítica Avanzada y Data de Client Solutions de BBVA, fue la necesaria conexión entre los equipos de data y el resto de los profesionales que integran el negocio. Una realidad que también secundó Mónica Pedraza, directora de Operaciones de Santander España: “tenemos que conseguir que toda la organización piense en términos de tecnología, independientemente de que existan tecnólogos para hacerlo realidad”. Todo ello sin olvidar la relevancia de implantar un marco robusto en el ámbito de la ciberseguridad y el gobierno del dato que garantice la solidez del entorno.
Ligado al proceso de transformación digital del sector, se encuentra el auge de los criptoactivos, cuyo protagonismo comienza a ser cada mayor en el entorno financiero. En palabras de Francisco Uría: “el año 2022 será también un año en el que los criptoactivos seguirán creciendo en volumen, irán avanzando en su institucionalización de la mano de la nueva regulación que, como el Reglamento MICA, debería ir proporcionando al sector financiero una base sólida para definir el papel que debe desempeñar en este nuevo mundo”.
Ante este nuevo entorno, se prevé que los bancos centrales trabajen en la definición de sus monedas digitales (las CBDCs), entre las que se encuentra el euro digital, por lo que el sector bancario deberá seguir muy de cerca las transformaciones que implica este fenómeno disruptivo para el entorno financiero, pues como añadió la directora de Expansión, los criptoactivos instan a cada una de las entidades a establecer su propia postura en un entorno en el que “la realidad va por delante de la regulación”.
La captación y retención del talento se erige como la llave del crecimiento en un momento de extrema volatilidad, pues como defendió Eva García San Luis, socia responsable de Lighthouse de KPMG en España, fundamentalmente en el talento y las personas estará la diferenciación. En este sentido, la directora de Operaciones de Santander España mostró la importancia de formar a los profesionales con el objetivo de paliar la brecha existente entre la acelerada transformación digital y el escaso talento para abordar dicha realidad.
Por su parte, Francisco Uría abogó por “encontrar nuevos modelos flexibles de trabajo que nos permitan atraer y retener el talento que necesitamos”. Un talento, por el momento poco abundante, que resulta cada vez más valioso para afrontar los nuevos desafíos que plantea el sector.
La extrema volatilidad que caracteriza este período, unida a multitud de cambios disruptivos en el sector, conduce a dos grandes tendencias: la digitalización y la sostenibilidad que, como destacó Juanjo Cano, están llamadas a transformar el sistema económico y empresarial. Todo ello gracias al impulso de los fondos europeos, que se espera logren apuntalar el proceso de recuperación económico.
“Estos fondos tienen que ser capaces de permitirnos transitar esas revoluciones de manera que minimicemos los inevitables costes que cualquier revolución trae consigo”, reconoció el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán. El presidente de AEB sostuvo que los fondos europeos podrán tener un impacto inmediato en el sector productivo español, especialmente en el caso de las pymes, dado su peso en el tejido empresarial.
“Las pymes son frágiles, pero también son ágiles: una pyme que se enfrenta a una situación inesperada tiene una capacidad de reacción mucho mayor que una empresa de tamaño medio”, explicó. Ante este escenario, no hay duda de que la banca tiene un rol decisivo en el camino hacia la transformación, tanto por su estrecha relación con las pymes como por la capilaridad por la que se caracteriza, pues es “capaz de llegar a cualquier rincón de la economía española”, en términos de alcance geográfico y tipología empresarial.
En definitiva, el sector continúa fortaleciendo su camino en el año 2021 y, como subrayó Francisco Uría, se encuentra en una posición más favorable respecto a 2020 en términos de capital, liquidez, nivel de provisiones, rentabilidad o volumen de NPLs en balance. Todo ello invita a que la banca continúe ejerciendo su labor decisiva en torno a la recuperación y transformación económica a través del impulso de los fondos europeos, pues como precisa el presidente de KPMG en España: “es responsabilidad de todos apoyar a la modernización de las empresas, a la mejora de su competitividad y a la generación de empleo” para así lograr que el efecto transformador de los fondos redunde en el beneficio de la sociedad.
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