Si todas las miradas parecen estar puestas en la llegada de la financiación procedente del Plan Europeo de Recuperación y Resiliencia, también lo están en la ejecución de los proyectos llamados a transformar la economía española. Y es que la recepción de los fondos europeos depende de la consecución de los objetivos fijados conjuntamente por el Gobierno con la Unión Europea. Por este motivo, la correcta gestión y canalización de esta financiación histórica es un reto mayúsculo, para el que deberán estar implicados todos los niveles de la Administración.
Los fondos Next Generation EU han sido diseñados para tratar de paliar el impacto de una crisis sin precedentes. La emisión solidaria de deuda a nivel europeo marcará un antes y un después en el impulso de la recuperación de la economía, y en el asentamiento de las bases de una transformación bajo los pilares de la sostenibilidad y la digitalización. “Y esa transformación es la que tiene que permitir la resiliencia de los tejidos productivos y la recuperación”. Así definió Mercedes Caballero, secretaria general de fondos europeos, el espíritu de estos fondos en el encuentro ‘Administraciones Públicas: ¿Cómo gestionar el plan de recuperación?”, organizado por KPMG junto a la Agencia EFE, ante el que recalcó la necesidad de un enfoque estratégico, un ‘plan país’.
Al abordar los entresijos del plan de recuperación, Mercedes Caballero matizó un aspecto fundamental que ha condicionado la propia estructura de gestión: la diferencia entre los fondos estructurales y los Next Generation. Estos últimos se gestionan como subvención directa al Estado Español y, por tanto, en régimen de gestión directa en vez de en régimen de gestión compartida, como es el caso de los estructurales. De este modo, es el propio estado quien internamente ejecuta el plan pactado con Bruselas y con el resto de los estados miembros, atendiendo siempre a los hitos y objetivos establecidos en el propio Plan, en su mayoría dirigidos a la transformación digital y sostenible.
Partiendo de esa base, el primer reto que presenta la gestión de estos fondos es pasar “de un sistema de certificación de gastos a presupuestar por objetivos”, apuntó Mercedes Caballero, lo que conlleva un cambio de cultura administrativa. Algo que, para Cándido Pérez, socio responsable de Infraestructuras, Transporte, Gobierno y Sanidad, debe ser considerado una “doble oportunidad”, precisamente porque a la transformación de la economía se le une la de la propia Administración Pública española. Ya que “uno puede haber ejecutado su partida presupuestaria, pero si no ha conseguido los hitos y objetivos previstos, no ha cumplido con los compromisos de Bruselas y, por tanto, el retorno del dinero no va a llegar “, tal y como destacó Mercedes Caballero.
Sin embargo, no todo son diferencias. Si bien es cierto que no prima el principio de certificación de gastos, hay otros ámbitos de la gestión que son similares a los estructurales. Esto, unido a la dilatada experiencia que ya acumula la Administración española en la gestión de fondos estructurales desde los años 90, determinó que el Gobierno optase por partir de esa experiencia para crear otra dirección general de fondos para el Plan de Recuperación, y hacer sinergias entre ambas direcciones bajo el paraguas de la Secretaría General de Fondos Europeos para armar la estructura de gestión de los fondos Next Generation.
Una vez acordado el Plan de Recuperación con la Comisión y nuestros socios europeos, el siguiente paso era aterrizar la estructura de gestión para cumplir con los requisitos de Bruselas. Así, se ha articulado un sistema en el que están involucrados los tres niveles de la Administración Pública y la participación del sector privado, y se ha puesto en marcha una nueva herramienta informática, en la que está incluida la propia pista de auditoria. Un sistema que trata de aunar y recopilar toda la información necesaria para gestionar y canalizar los fondos, de manera que “lo que no está reflejado en la herramienta, no existe”, apuntó Mercedes Caballero.
Además de esta herramienta, que permite recoger y hacer seguimiento de la información, la estructura de gestión se asienta en dos órdenes ministeriales, relativas a la gestión y al sistema de información. La primera es la más parecida a la de los fondos estructurales, reflejando la confianza de la Comisión en el funcionamiento del sistema de gestión y, en concreto, la existencia de procedimientos para la prevención e identificación de fraude. La segunda, de suministro de sistema de información, “establece los plazos y condiciones en los que hay que suministrar información al propio sistema”, explicó Mercedes Caballero.
Uno de los aspectos fundamentales es la declaración de gestión que acompaña a la solicitud de pagos que presentará España ante la Unión Europea como justificación de la consecución de los hitos y objetivos previstos y que servirá de base para recibir los correspondientes fondos. Para garantizar que se cumplen todos los requisitos y que cada nivel de la Administración certifica la gestión de su parte de fondos, se ha implementado un sistema “de abajo a arriba”, como señaló Mercedes Caballero. Así, existe toda una cadena de informes de gestión que se van firmando desde la administración local hasta la general “de manera que el siguiente nivel pueda recoger y visar formalmente lo anterior y seguir subiendo”, explicó Mercedes Caballero.
Esta forma de proceder también facilita las labores de auditoría, ya que así se conoce perfectamente tanto los proyectos, hitos y objetivos recogidos en la declaración como su responsable. Sin embargo, Mercedes Caballero también añadió, en referencia a la estructura de gestión de fondos, que construir esta operativa es “complejo” y requiere “una enorme inversión al principio”, que posteriormente permitirá una mayor eficiencia en la gestión.
En este sentido, María José Mira, secretaria autonómica de modelo económico y financiación y comisionado de la presidencia de la Generalitat Valenciana, comentó que, en su opinión, “hubiera sido mejor opción haber aplicado mejoras al sistema de gestión de fondos estructurales que ya funcionaba en vez de crear uno nuevo”, en referencia al esfuerzo y tiempo invertidos para poner en marcha el actual sistema.
En cuanto a la forma de proceder para gestionar los fondos, Mercedes Caballero apuntó que uno de los retos más importante es, asimismo, evitar la doble financiación de proyectos, ya que “aunque tenemos que hacer sinergias entre los dos fondos, no aconsejamos financiar un mismo proyecto dos veces”. Para evitarlo, Mercedes Caballero aseguró que se integrará la plataforma de gestión de fondos estructurales con las del Next Generation EU para hacer en matching entre las dos y poder alertar a los gestores en este sentido”.
Plan de prevención contra el fraude: situación actual
En paralelo a la necesidad de configurar la estructura para la correcta gestión de los fondos, se encuentra el proceso de verificación ante la UE, para lo que el plan de prevención antifraude es una de las piezas angulares. Con la orden ministerial sobre la mesa, la secretaria general de fondos europeos anunció el lanzamiento a corto plazo de una “plantilla voluntaria” que servirá de modelo para todos los actores que lo necesiten, además de recordar que actualmente se está avanzando en un manual de gestión que pretende facilitar el entendimiento de las órdenes ministeriales. Un aspecto que, como explicó Francisco Moreno, socio responsable de ayudas públicas en auditoría de KPMG en España, “es una pieza fundamental de los procedimientos de gestión, así como del modelo de control para asegurar una gestión eficaz y eficiente de las actuaciones previstas en el Plan de Recuperación”.
A la espera del manual de gestión, queda por conocer el propio cuerpo normativo, es decir, el “cómo” se debe ejecutar. Aunque Francisco Moreno comentó a este respecto que “no hay que olvidar que todo lo que subyace por debajo es que el gasto sea regular y conforme a la normativa comunitaria y nacional”.
Respecto a los plazos de desarrollo de la estructura de gestión de los fondos europeos, Mercedes Caballero explicó que el retraso que se ha producido responde principalmente a la propia complejidad del Plan de Recuperación. Un retraso que ha supuesto una dificultad añadida al gran reto de la gestión de estos fondos. “Hemos tenido que ir aprendiendo sobre la marcha cuáles eran las normas de juego”, apuntó Cándido Pérez, entendiendo como tales la definición expresa de las nuevas formas de colaboración público-privada.
Por ello, la incertidumbre está siendo uno de los mayores retos en la gestión de los fondos. Una visión que compartió Juan Angel Poyatos, director general de coordinación de la acción del gobierno de la Generalitat Valenciana, quien arrojó luz sobre el papel de las Comunidades Autónomas en la gestión de estos fondos. Las comunidades llevan desde hace varios meses recibiendo vía conferencias sectoriales las indicaciones sobre cómo hacer el reparto de recursos, así como los roles, plazos y reglas, una forma de funcionar a la que no estaban acostumbrados. En este sentido, “hemos recibido ya mucho dinero y de manera muy reciente pero el reto ahora es activar nuestra rueda administrativa, razón por la que se está produciendo un decalaje en este sentido”, señaló Juan Ángel.
Parte de ese reto es también la necesidad de transmitir la información y ser interlocutores entre los diferentes niveles de la Administración Pública. “Nuestro papel, además de gestionar fondos directamente de la mejor manera, es también tratar de ayudar a nuestros ayuntamientos y facilitarles las herramientas, la información y las instrucciones necesarias”, apuntó Juan Ángel. En este sentido, Cándido Pérez hizo hincapié en la importancia de la interlocución e interacción administrativa ya que “España cuenta con una estructura territorial rica, pero también compleja y todos los niveles de la Administración tienen su parte de responsabilidad a la hora de ejecutar el plan”.
En este sentido, entra en juego también la importancia y necesidad de colaborar con el sector privado, pues, como comentó María José Mira: “es fundamental colaborar con el sector privado ya que sabe cómo gestionar de manera ágil”.
En definitiva, el reto que tenemos por delante es grande, pero también la oportunidad y, por ello, “el sector privado y la Administración Pública deberán trabajar de la mano para sacarle el máximo partido y conseguir que los fondos Next Generation EU cumplan el objetivo con el que fueron concebidos, transformar nuestro tejido productivo en uno más digital, más sostenible y más inclusivo”, concluyó Noelle Cajigas, socia responsable de fondos europeos de KPMG en España, en la clausura del evento.
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