La elevada liquidez, el sólido apetito inversor y fortaleza del tejido industrial, incremento de la inflación y el sólido apetito inversor, sumado a la recuperación de la actividad económica, motivan el fortalecimiento de un sector inmobiliario que se acerca a pasos agigantados a niveles anteriores a la pandemia.
El Real Estate afronta un 2022 en el que deberá asentar las bases de su transformación ante una nueva realidad, apoyándose en nuevas estructuras de capital, bajos tipos de interés y el mayor nivel de ahorro privado existente, pero vigilando los importantes retos que tienen por delante. Los nuevos requerimientos exigidos por los inversores institucionales cada vez más presentes en todos los asset class, las inversiones necesarias y retornos para la aceleración de la trasformación sostenible y digitalización del sector, el impacto del mayor intervencionismo regulatorio y la gestión de la escasez de materia prima para acometer nuevos desarrollos serán los grandes retos que acometerá el sector este nuevo año.
Las cifras de producción, las transacciones y el precio de la vivienda han experimentado un sólido crecimiento, como consecuencia de un entorno financiero y el aumento de la confianza ante la mejora de la situación sanitaria y económica respecto al escenario de 2020. A pesar de la inevitable incertidumbre respecto a la evolución de la pandemia, el sector inmobiliario se ha mostrado resiliente y presenta unas proyecciones significativamente positivas.
Sin ir más lejos, se realizaron 468.000 operaciones de compraventa hasta octubre, lo que representa un aumento del 36% respecto a 2020 y del 8,3% respecto a 2019. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la mayor cifra registrada desde el año 2008. Asimismo, el precio de la vivienda también ha intensificado su crecimiento, alcanzando un aumento trimestral del 2%, como facilita el Colegio de Registradores. Por su parte, en el lado de la oferta también se prevé un incremento de la inversión, volviendo a niveles muy similares a los de 2019.
Sin embargo, aunque las previsiones de recuperación y crecimiento son alentadoras, el Real Estate también permanece vigilante ante los posibles riesgos derivados del aumento de la presión regulatoria, la creciente incertidumbre del rumbo de la economía ante el encarecimiento de las materias primas, el bloqueo del transporte internacional y los efectos derivados de la inflación. Este último factor preocupa especialmente en el caso de que las presiones inflacionarias se prolonguen en el tiempo.
“Con la única incertidumbre de la manera de afrontar los retos anteriormente mencionados, prevemos un año de crecimiento generalizado en todos los asset class en el año 2022”, constata Ramón Gayol, socio responsable del sector de Real Estate de KPMG en España. Además, prevé un mercado inmobiliario cada vez más institucionalizado en todas las tipologías de asset-class, poniendo especial atención a inversiones cuya rentabilidad vaya indexada al Índice de Precios de Consumo (IPC), lo que responderá a un efecto defensivo ante la incertidumbre de la evolución de inflación en el medio plazo. Tampoco hay que olvidar el impacto positivo que han tenido en el sector las ayudas públicas, que han servido para amortiguar los peores momentos de la crisis, y las futuras decisiones por parte de las distintas Administraciones Públicas para su devolución.
Otra tendencia relevante de cara a 2022 es la elevada presión inversora, que augura un mayor nivel de operaciones a precios elevados dada la escasez de producto existente. En este sentido, el mercado seguirá considerándose un valor refugio en un contexto de gran liquidez y volatilidad en las bolsas. Respecto al comportamiento del Mercado de Capitales siempre considerando las importantes operaciones protagonizadas por el sector, Ramón Gayol vaticina que se seguirán produciendo “mucha actividad en mercados de capitales con nuevas y numerosas emisiones de deuda/deuda verde y salidas a mercados cotizados, principalmente todas aquellas sociedades con régimen de SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria), que regulatoriamente se les requiere la cotización”. Salvo las excepciones de las SOCIMI, “no prevé que se vaya a abrir el mercado bursátil durante este año para el sector”.
La fortaleza de los factores que impulsan la demanda, la institucionalización y el efecto dinamizador ante la llegada de los fondos europeos llevarán a un continuo crecimiento de la oferta y nuevos proyectos de vivienda en alquiler.
En este sentido, el Build to Rent (BTR) continuará su rápido crecimiento durante 2022, pues se convertirá en otro asset-class donde los propietarios e inversores serán grandes institucionales. “Estos nuevos inversores y propietarios seguirán invirtiendo en el crecimiento de sus porfolios para ganar volumen y obtener sinergias en su gestión, lo que provocará muchísima actividad en este nicho durante los próximos meses”, explica Ramón Gayol.
Por otra parte, el creciente compromiso con el medioambiente, el apoyo de la regulación sumado al impulso que supondrá la entrada de los fondos europeos suscita y acelera una mayor toma de conciencia e interés entre los inversores y los industriales hacia los activos y las compañías inmobiliarias realmente sostenibles. En este sentido, emprender un nuevo futuro verde será un reto crucial al que se enfrentará el mercado inmobiliario, pues como incide el socio responsable de Real Estate de KPMG, el sector deberá poner el foco en el desarrollo de “productos más sostenibles y eficientes que exigen tanto los clientes como los inversores institucionales”.
Todo ello sin olvidar la mejora de la digitalización de procesos, que emergerá a través de las distintas estrategias de negocio de las compañías, garantizando así una rápida adaptación a las nuevas tendencias y desafíos del sector. Como anticipa Ramón Gayol, “a medio plazo el gran reto que tenemos por delante será la digitalización de procesos y la transformación verde del sector”.
Por ende, el Real Estate se adentra en un marco favorable para su transformación y consolidación como gran motor de la economía española. Afronta de este modo un 2022 estimulante, con un entorno positivo no exento de desafíos, que requerirá estar alerta ante la evolución de la economía mundial y la inflación. Y en el que el sector comenzará a situar la mirada en el largo plazo, en el que el impulso hacia modelos sostenibles y digitales supondrá un salto cualitativo para el nacimiento de una nueva versión del Real Estate. Más eficiente en sus procesos, conectado y respetuoso con su entorno.
Deja un comentario