Si algo ha aprendido el sector turismo en los dos últimos años es que, a pesar de las dificultades, los viajeros no han perdido las ganas de emprender nuevos destinos. Pero, mientras este deseo se ha mantenido, lo cierto es que los datos no empezaron a despegar hasta el segundo trimestre del año que acabamos de despedir. “Las mejores previsiones de cierre del año turístico apuntan a una reducción de un 50% con respecto a 2019. Y, aunque pueda parecer muy negativo, no podemos olvidar que durante todo el primer semestre no habían comenzado los procesos de vacunación masiva y seguía habiendo restricciones de movilidad”, señala Luis Buzzi, responsable de Turismo y Ocio en KPMG España.
Y es que, sin duda, la vacunación ha traído un halo de esperanza a un sector que en 2019 suponía el 14,1% del Producto Interior Bruto de todo el país y aportaba un récord de 177.000 millones de euros, según el World Economic Forum. Pero la época dorada del turismo en España aún queda lejos y los desafíos no se han disipado: la pandemia y sus nuevas variantes siguen latentes y amenazan con retrasar la vuelta a los niveles prepandémicos. En este sentido, Luis Buzzi destaca la supervivencia como el primero y más inmediato de los retos que debe afrontar el sector, que debe apoyarse en figuras como los ERTE y las ayudas directas, “si queremos seguir teniendo un sector sano”.
Pero, en mitad de la incertidumbre que sigue sobrevolando al sector y con la que, inevitablemente, debe convivir de ahora en adelante, es necesario alzar la mirada y plantearse qué tipo de turismo se quiere impulsar de cara al futuro, sobre todo en un país que ha gozado siempre de atractivos naturales más que suficientes para atraer a turistas. Así, otro de los retos que apunta Luis Buzzi son aquellos inherentes al sector, que “van a pasar por un cambio de mentalidad, pasando de la recepción casi natural de turistas a la proactividad en la captación de la demanda, principalmente extranjera, que se ha perdido este año y que se ha cubierto, en gran parte, con la demanda doméstica”.
Porque hay otra gran lección en materia turística, y es que las reglas de juego han cambiado y el turista también lo ha hecho: ahora es más exigente y demanda productos y servicios de mayor valor en el destino que elija. Por ello, la transformación del modelo turístico español debe recoger este cambio y poner el foco en una mayor diversificación de la oferta tradicional española de sol y playa, complementándola con otras tipologías de turismo como el patrimonial, cultural, gastronómico, ecológico, de negocios, industrial, cinematográfico o lingüístico. Y es que el turista ha pasado a ser un viajero en busca de experiencias, especialmente tras una época en la que estas se han visto limitadas por cuestiones sanitarias. A lo que se une la incorporación de generaciones más jóvenes que buscan vivencias únicas y diferenciales para dar el paso y trasladarse a un destino.
Pero este cambio no lo puede llevar a cabo un destino o una compañía de manera aislada, sino que es preciso desarrollar una estrategia turística coordinada, en base a una estrategia concreta y, por supuesto, con la inversión necesaria. Por ello, los fondos Next Generation EU, con los 3.400 millones de euros contemplados en la componente 14 del turismo del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia, son una oportunidad única para impulsar esta transformación, ya que “persigue la modernización del sector turístico desde una perspectiva integral”.
Y esta transformación deberá estar liderada, según afirma Luis Buzzi, por los denominados ‘gestores de destinos’, instituciones públicas que tendrán el rol de ser las encargadas de definir esta estrategia y decidir qué tipo de destino ser y qué tipo de turista atraer. Pero también de liderar la interlocución y coordinación de las relaciones público-privadas, fundamentales para conseguir una transformación real y efectiva del sector.
Además, otro de los objetivos que señala Luis Buzzi es “la transformación de los destinos con modelos turísticos más sostenibles, lo que va a requerir de una colaboración público-privada para fomentar la sostenibilidad, para atraer a un turista diferencial y poder competir con los países ribereños del mediterráneo”. En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en la 42ª Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) que el próximo mes de marzo se lanzará la segunda convocatoria del Plan de Sostenibilidad turística en Destino, dotado con 720 millones de euros.
Pero también esta transformación “va a pasar por una digitalización masiva del sector, que nos permita abrir una ventana al mundo y no ser tan dependientes de intermediarios que pueden no tener incentivos para traer turistas a España y llevarlos a otros destinos por temas de rentabilidad y que, de alguna manera, nos haría más débiles, destaca Luis Buzzi.
Porque buscar cómo atraer a ese turista, que es cada vez un bien más escaso, no es una preocupación exclusiva de España, sino que “también se preocupan nuestros competidores, por lo que cuanto antes y mejor podamos acometer esta transformación del tejido productivo, más probabilidades tendremos de seguir manteniendo nuestra posición de liderazgo en un sector tan relevante dentro y fuera de nuestras fronteras como es el turismo”, concluye Luis Buzzi.
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