El 90% de la vivienda en España estaba históricamente en régimen de propiedad. Una anomalía en relación con Europa que en esta década está cambiando de rumbo, sobre todo a raíz de la pandemia de Covid-19. El nuevo parque inmobiliario se adapta a una demanda creciente de alquiler y a las nuevas fórmulas habitacionales como las denominadas coliving y el cohousing. Y con un modelo inversor que trata de dar respuesta a las necesidades del mercado.
Son algunas de las ideas que se plantearon durante la jornada, ‘El futuro del sector inmobiliario’, organizada por KPMG y El País, que puso de manifiesto que el futuro del sector pasa por el alquiler.
“La vivienda asiste a un punto de inflexión. La pandemia, el teletrabajo y la necesidad de pasar más tiempo en los hogares, pero también las nuevas realidades demográficas y sociales, dibujan un nuevo entorno”, sostuvo al inaugurar la jornada el presidente de KPMG en España, Juanjo Cano.
Hace 10 años los inquilinos constituían una minoría del 13% y, solo una década después, representan casi una cuarta parte del mercado, como recordó Ana Aránguez, directora de Gestión de Porfolio de Sareb. Un porcentaje aún lejano de la media del 30% en Europa, con países como Alemania donde el alquiler alcanza el 50% del parque de viviendas.
Antes el alquiler o la compra no era una elección, porque siempre primaba la compra. Como describió gráficamente Antonio Carroza, fundador de Alquiler Seguro, alquilar equivalía a ser “un paria financiero” que estigmatizaba al inquilino. Pero una nueva mentalidad se ha abierto paso con los cambios culturales y sociales aparejados a la pandemia, desde el teletrabajo al deseo de vivir en espacios más abiertos y flexibles. La industria se ha movilizado para responder a la nueva demanda, como señaló Ramón Gayol, al consolidarse un parque especializado en alquiler.
El presidente de KPMG en España recordó, no obstante, que el sector inmobiliario aún debe navegar por algunas incertidumbres, como el incremento de la inflación y la posible subida de tipos de interés. Adicionalmente, las primeras estimaciones apuntan a un impacto relevante en la economía española de la invasión de Ucrania.
Para el secretario general de Agenda Urbana y Vivienda, David Lucas, el acceso a la vivienda es uno de los problemas endémicos de la sociedad española y deja siempre fuera a los colectivos más vulnerables. El parque público es muy escaso. Así lo muestran los datos de los últimos 45 años: se ha invertido mucho en régimen de propiedad, con 2,3 millones de viviendas públicas, pero solo 290.000 en régimen de alquiler. Muy lejos de la media europea.
La demanda tiene unas características particulares tras la pandemia. Los inquilinos buscan espacios más abiertos, un mayor contacto con la naturaleza o vivir en lugares que cuenten con dotaciones y calidad de vida, no nuevos barrios aún por urbanizar. También en el caso del parque público, indicó el secretario general de Vivienda, se ha visto durante la pandemia la baja calidad de la vivienda social, mal dotada tecnológicamente y con espacios muy pequeños.
Un ejemplo del fracaso del modelo de alquiler anterior a la pandemia, citado por Antonio Carroza, es el de los nuevos barrios (PAU) del norte de Madrid, donde se previó un parque de alquiler que quedó desierto.
“El inquilino no está dispuesto a vivir en una zona sin dotaciones. Con el ‘build to rent’ se está invirtiendo en zonas que se entregarán dentro de 2 años, sin el nivel urbanístico y dotacional necesario. Y nos vamos a encontrar que esas promociones van a quedar desiertas porque el inquilino no está dispuesto a afrontar ese sacrificio”, subrayó Antonio Carroza. Por ello, varios de los ponentes reclamaron un parque de vivienda en alquiler más granulado, disperso, no tan en bloques compactos y en zonas quizá no tan atractivas para los inquilinos
Los ponentes coincidieron en un retrato robot del nuevo usuario del alquiler.
Coliving, cohosuing, cocooning house… Cada vez surgen nuevos términos en el mercado inmobiliario y todas tienen un común denominador: surgen entre jóvenes y personas mayores y cuestionan el modelo binario alquiler/compra. La industria, según se puso de manifiesto en la jornada, está dispuesta a entrar en esas fórmulas flexibles, pero demanda estabilidad legislativa y reducir trabas burocráticas.
“En un sector con márgenes tan estrechos -apuntó Ana Arangüez- necesitamos un marco de estabilidad jurídica para que los inversores vean que su rentabilidad se puede mantener”.
Para Álvaro García Alegre, la clave es regular bien, lo justo y a largo plazo. Ser ágiles y elásticos para atender estas nuevas fórmulas. El negocio inmobiliario, afirmó, se basa en mucho capital y una rentabilidad baja, así que demanda estabilidad y reglas claras que no se cambien cada 4 años. Como tampoco llegar al otro extremo, con planes generales de ordenación urbana de 30 años de antigüedad.
En ese sentido, Rafael Valderrábano lamentó que en los planes urbanísticos se gestione mirando al pasado y no al futuro, tratando de anticiparse a los cambios sociales y demográficos. Uno de los problemas más citados durante la jornada fue la existencia de suelo público inmovilizado durante décadas, para dotaciones que nunca se han completado, y que podría liberarse para aumentar el parque de vivienda en alquiler, como señaló Carmen Panadero, presidenta de Women in Real Estate.
Daniel Mazin también citó el caso de ciudades como Madrid, donde apenas hay suelo disponible, por lo que se buscan alternativas. “Parte del reto -explicó- es cómo transformamos la ciudad para encontrar esas soluciones habitacionales para los jóvenes. Convertir espacios industriales en residenciales o regenerando nuevos barrios. Los ayuntamientos pueden ayudar mucho. En Madrid tenemos dos edificios donde vamos a construir 200 habitaciones de coliving. Los dos han pasado por un plan especial, eran industriales”.
Los fondos de inversión han puesto la mira en España por el potencial de este nuevo parque inmobiliario de alquiler, muy atractivo al tratarse de un producto con unas rentas claras, un cash flow visible e indexado a la evolución del IPC, explicó Ramón Gayol. Se trata, sobre todo, de fondos institucionales asociados a pensiones y seguros, no “especulativos”, como subrayó Ramón Valderrábano, que necesitan un flujo de caja constante y no exigen mucha rentabilidad.
Ramón Gayol observó también la sensibilidad de estos fondos institucionales por las cuestiones relativas a la sostenibilidad, pues este sector económico es responsable del 40% de las emisiones. Como observó Juanjo Cano, “los criterios sostenibles tienen un peso sustancial en las decisiones de inversión. Y vemos cómo bajo el liderazgo de los fondos de mayor tamaño se está produciendo un cambio de mirada”.
Los fondos demandan también un soporte de las entidades financiadoras. Uno de los puntos positivos a tener en cuenta es cómo los bancos están apoyando este nuevo producto y ofreciendo financiación especializada.
Se presentan, según Ramón Gayol, dos tipologías de inversores:
La jornada sirvió también para conocer, animados por la moderadora, Marta González Novo, directora de Hoy por Hoy Madrid de la Cadena SER, los ejemplos de éxito de los que tomar nota. Es el caso de Austria, señaló Álvaro García Alegre, así como de algunas Comunidades Autónomas, como el País Vasco y en particular en San Sebastián, con proyectos de vivienda accesible para jóvenes.
Daniel Mazin citó el ejemplo de la ciudad inglesa de Leeds, que atrae a la gente joven con oportunidades de alquiler en el centro. “El 100% prácticamente de la promoción nueva es para alquiler. No se hacen casas para venta”, dijo el consejero delegado de Dazia Capital.
Aprender de Europa supone inspirarse en modelos de alquiler para jóvenes y familias con menos renta y también en fracasos, como cuando se ha abordado el problema de la vivienda con limitaciones al precio y no con políticas públicas y regulaciones estables. Como caso paradigmático de buenas prácticas figura Alemania, según Rafael Valderrábano, donde un fondo como Vonovia opera 450.000 viviendas en alquiler.
Al sector inmobiliario la pandemia le ha sorprendido en una mejor posición. Tras la crisis 2008-2013 pasó por un proceso de saneamiento financiero y venta de activos, por lo que ha aguantado mejor que otros sectores y ofrece ratios ya por encima de los datos prepandemia, según David Lucas, secretario general de Agenda Urbana y Vivienda.
El año 2021 ha concluido con 565.523 operaciones de compraventa de viviendas, la mayor cifra en los últimos 14 años. Las viviendas nuevas terminadas están un 12,8% por encima de las de 2020 y también en rehabilitación se han superado las cifras prepandemia. Y con casi 1,3 millones de nuevos empleos.
El secretario general defendió los proyectos legislativos y planes plurianuales puestos en marcha por el Gobierno, como la actual Ley de Vivienda, ya en trámite parlamentario y donde están abiertos a la aportación de todos los grupos, además del objetivo inmediato de poner 100.000 viviendas en alquiler en colaboración público-privada. Un plan a múltiples bandas, con la intervención de SEPES, Sareb, Fondo Social Bancario, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos y la iniciativa privada a través de los grandes tenedores de vivienda.
Deja un comentario