La ciudad suiza de Davos ha vuelto a ser dos años después escenario del encuentro de los principales líderes políticos, económicos y de la sociedad civil con el objetivo de abordar los retos comunes y avanzar hacia un capitalismo más sostenible e inclusivo. Tras cuatro días de debates y reuniones con el nuevo entorno geopolítico como protagonista, el Foro de Davos deja tras de sí las líneas maestras sobre las que articular un futuro que se asienta sobre los pilares de la digitalización, la sostenibilidad -con la energía ante un punto de inflexión- y el talento.
Con una asistencia de 2.500 líderes de todo el mundo, -entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez- la 51 edición del Foro Económico Mundial puso especial énfasis en los retos urgentes, humanitarios y de seguridad derivados del conflicto de Ucrania. En su discurso inaugural, el fundador y presidente ejecutivo del Foro de Davos, Klaus Schwab, incidió en la necesidad de “establecer la atmósfera de confianza que tanto se necesita para acelerar la acción colaborativa y atajar los múltiples desafíos que afrontamos”.
Los ejes temáticos sobre los que se ha vertebrado esta cita mundial ponen de manifiesto la necesidad de trabajar de manera conjunta y colaborativa sobre cinco cuestiones prioritarias: el clima y la naturaleza, la innovación tecnológica, el trabajo y las nuevas habilidades, así como la salud y la mejora de negocio y responsabilidad empresarial.
Si el año 2020 empezó con la promesa de una “década de acción”, en los últimos años el mundo se ha visto azotado por una pandemia global y el impacto del conflicto de Ucrania, además de las consecuencias que se han dejado notar en ámbitos como la energía, los alimentos, la desigualdad o la inestabilidad económica. Nuevos retos que, como manifestaron los líderes presentes en el Foro, requerirán de una sólida cooperación, especialmente ante un entorno de marcada incertidumbre.
Como se manifestó en la cumbre internacional, las personas seguirán estando en el centro de la toma de decisiones. El trabajo conjunto de todos los actores de la economía con el objetivo de alcanzar una sociedad más justa e igualitaria, parte con la necesidad a corto plazo de abordar la crisis humanitaria de Europa y la situación de los refugiados en todo el mundo.
Otro aspecto crucial parte del futuro del entorno laboral, que se mueve al mismo ritmo que lo hace el propio entorno. Las conclusiones fueron claras en este sentido: son las personas las que deben abrazar el cambio, y es crucial un enfoque de aprendizaje a lo largo de toda la vida. De este modo, será posible desarrollar nuevas capacidades con las que adaptarse y progresar. Y es que sin el talento no será posible emprender la transformación verde y digital en la que están inmersas las economías a nivel global.
La sostenibilidad, por su parte, vuelve a enmarcarse como uno de los ejes centrales sobre los que vertebrar la transformación verde e inclusiva del planeta. Sin embargo, son muchos los retos y acciones que quedan por emprender por parte de los países para reducir el riesgo climático. Así lo recoge el informe anual The Global Risks Report 2022, elaborado por el propio Foro Económico Mundial, que identifica el fracaso de la acción climática, los fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de la biodiversidad entre los diez principales riesgos para el mundo en los próximos años. Así, existe una creciente preocupación por lograr una transición más justa hacia la descarbonización en la que, sin duda, el ámbito energético jugará un papel decisivo.
Acelerar la transición energética y reducir la extremada dependencia de determinados países se ha convertido así en todo un imperativo en el actual entorno geopolítico. Y es uno de los principales objetivos en los que trabaja la Unión Europea en la actualidad. El Foro de Davos sirvió de escenario para anunciar la intención de establecer líneas estratégicas para paliar esta situación fruto del alto grado de globalización del planeta.
Sin ir más lejos, la Unión Europea ha manifestado su intención de avanzar hacia la compra centralizada de productos estratégicos como la energía para contrarrestar el avance de la inflación y preservar el crecimiento económico, especialmente ante el gran peso de Rusia en el mercado global del petróleo y el gas.
Sobre esta línea, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordó en su intervención que el sur de Europa, y España en particular, poseen las capacidades necesarias para dar respuesta a la escasez de suministro de gas procedente de Rusia. A su vez, insistió en la necesidad de apostar por industrias como la de los semiconductores ante la elevada dependencia exterior, y destacó el PERTE de los microchips, aún pendiente de aprobación y que prevé una inversión de más de 11.000 millones de euros.
Otro de los puntos destacados del Foro de Davos, sin el que no se comprende la revolución verde, es la transformación digital. La apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías se considera una herramienta prioritaria para acelerar el progreso económico y social y, a su vez, lograr una economía de emisiones netas cero.
Al respecto, también se destacó el papel de las nuevas tecnologías emergentes como puede ser el metaverso y su impacto disruptivo en la sociedad o la tecnología Blockchain, así como las nuevas oportunidades y desafíos de los criptoactivos y su potencial en el nuevo mundo digital. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, recalcó que el reto de la revolución tecnológica deberá estar unido a una “globalización más segura” con una clara dimensión social.
En este sentido, tal y como indicó el secretario general de la INTERPOL, Jürgen Stock, existe una gran preocupación en torno a la ciberseguridad global, en especial ante el incremento de ciberataques cada vez más sofisticados a raíz del conflicto en Ucrania. Como se expuso en la cumbre, esta problemática requerirá poner el foco en la enseñanza y el conocimiento de la sociedad para garantizar la seguridad en un mundo globalizado e interconectado.
Sin duda, reconectar ha sido el faro que ha guiado esta reunión anual de Davos 2022, tras dos años ante una pandemia que paralizó el mundo. Ahora las iniciativas y perspectivas de los líderes mundiales se posan en mitad de la coyuntura geopolítica y geoeconómica más importante de las últimas tres décadas. La búsqueda de soluciones, siempre desde la cooperación social, centra su mirada en la innovación, la sostenibilidad y el talento como guías centrales sobre las que abordar los problemas globales, transformarse y crecer.
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