Las cuestiones ESG deben considerarse una palanca para entender los drivers que generan valor en las organizaciones, tener mayor visibilidad del rendimiento de los negocios y favorecer, en definitiva, el crecimiento sostenible a largo plazo. Sin duda, se trata de implicaciones clave que van más allá de la elaboración de reporting. En este sentido, incorporar ESG en el modelo de control de gestión de una organización debería, en última instancia, impactar en la toma de decisiones y la gestión adecuada de los requerimientos de capital.
Asimismo, se distinguen 5 drivers que han influido de forma notable en el desarrollo de todo aquello que denominamos ESG:
Los retos y oportunidades de ESG están evolucionando de forma exponencial y, por ende, deben incorporarse en todas las etapas del ciclo de gestión empresarial para asegurar que las organizaciones sean capaces de preservar y crear un entorno sostenible en el corto, medio y largo plazo.
El ciclo EPM (Enterprise Performance Management) se convierte en la base para incorporar ESG al modelo de control de gestión, facilitando la mejora del rendimiento y el despliegue de la estrategia ESG de la compañía bajo un framework unificado.
De esta manera, daremos forma a un modelo ‘ESG Embedded’, que debe diseñarse para cubrir el ciclo de gestión del desempeño end to end, con opciones modulares (ver figura 2) para ser integradas y atender diferentes niveles de madurez en el viaje de transformación ESG de la compañía.
El diseño y ejecución de un modelo ‘ESG Embedded’ permite a la dirección financiera alinear los objetivos ESG con los de naturaleza financiera, aportando valor en distintos ámbitos:
En suma, la dirección financiera debe afrontar el reto de coordinar la integración de los requerimientos del mundo ESG en los sistemas y reporting interno y externo de la compañía, además de disponer de herramientas y modelos para llevar adelante esta exigencia, aportando un valor adicional a su función de control de gestión.
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