En ocasiones, en Compliance existe la creencia de que esta materia es algo exclusivo y solo útil para las grandes organizaciones. Sin embargo, como hemos visto en los diferentes videos publicados de esta serie, los principales estándares internacionales señalan la posibilidad de adaptar sus principios o requisitos a las circunstancias concretas de cada organización, descartando que un modelo de Compliance tenga una sola forma de ejecución.
No obstante, a la hora de adaptar las características de un modelo a una organización en concreto, existe cierta inercia histórica a considerar el tamaño o la cifra de negocios de la organización como factor determinante para una correcta aplicación del principio de proporcionalidad. Sin embargo, existen otros muchos factores a tener en cuenta como, por ejemplo, los mercados geográficos donde opera la organización, el tipo de negocios desarrollados o los terceros con los que se vincula, entre otros.
La aplicación proporcional de las buenas prácticas de Compliance no viene entonces condicionada exclusivamente por las circunstancias internas de cada organización, sino también por las externas. Los estándares modernos sobre Compliance inciden en la importancia de un análisis completo de ambas esferas para adaptar correctamente sus recomendaciones y requisitos.
No obstante, no debe confundirse este principio de proporcionalidad con el llamado “cherrypicking”, es decir, la selección de aquellas que convienen por comodidad.
En el siguiente video de esta serie analizo la Guía para la aplicación de la UK Bribery Act, emitida por el Ministerio de Justicia Británico. Entre otras cuestiones, esta Guía describe la responsabilidad penal de las organizaciones por las conductas de soborno –contenidas en la sección 7 de la UK Bribery Act— y los procedimientos que pueden implementar para prevenir el soborno, aportando también algunos ejemplos. Estos procedimientos deberían estar inspirados en los siguientes 6 principios, siendo uno de ellos el principio de proporcionalidad.
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