Hace ahora tres años, las empresas españolas se vieron cara a cara con uno de los mayores retos de su historia: mantener su actividad en un momento de excepción que no se había vivido antes. Lo que provocó que muchas de ellas tuvieran que adoptar el cloud computing sin guías ni instrucciones, y mucho menos, tiempo. Sin embargo, este hito supuso un impulso en la adopción del cloud: en España casi se ha duplicado durante los últimos cinco años el número de empresas que hacen uso de esta tecnología, pasando del 18 % de empresas que hacían uso de ellas en 2016 al 31 % en 2021, y la tendencia ascendente se mantiene. Este año, se espera que el volumen de negocios en esta área se triplique, consolidándose como una de las tecnologías clave.
Pero lo que en un primer momento fue una obligación adoptada a marchas forzadas abre un gran abanico de oportunidades y genera importantes eficiencias para las empresas de todos los tamaños y sectores. Es por ello que las administraciones se están sumando a este impulso, poniendo en marcha incentivos como el Kit Digital, uno de los más recientes. Este cuenta con una dotación de más de 3.000 millones de euros en ayudas provenientes de los fondos Next Generation de la Unión Europea. Y, en concreto, ofrece una dotación de hasta 4.000 euros para empresas de 10 a 49 empleados que quieran invertir en soluciones de transformación digital para la gestión de clientes. El Kit Digital es uno de los mejores mecanismos para agilizar la transformación digital en las pymes ya que la empresa gana en agilidad y en tiempo y recursos para dedicarse a lo realmente importante, pudiendo construir una empresa más rentable.
En el caso concreto de las pymes, la adopción del cloud computing supone un cambio de paradigma al ser un gran habilitador. Ejemplo de ellos es que las pymes que han operado en la nube han podido adaptarse al trabajo en remoto y a los nuevos modelos de negocio más fácilmente que aquellas que contaban con una infraestructura clásica. Porque el cloud computing no solo ha ayudado a las pymes a funcionar con normalidad durante confinamientos y cuarentenas, sino que en muchos casos ha contribuido a mejorar su productividad, por lo que estamos hablando de una solución transversal y global que aporta grandes beneficios para cualquier empresa independientemente de su tamaño.
No obstante, también encontramos obstáculos y desafíos en este proceso. Las preocupaciones respecto al uso de la nube que manifiestan las pymes se centran principalmente en las dudas sobre la privacidad y la confidencialidad, así como en la pérdida del control sobre la tecnología, mientras que los costes o las dificultades técnicas se encuentran en último lugar.
Así, una barrera importante para las pymes a la hora de adoptar las tecnologías cloud es la dependencia respecto al proveedor de los servicios (el CSP, cloud service provider). En este sentido, manifiestan inquietudes sobre la privacidad de sus datos y procesos. Dos aspectos que confluyen en una importante preocupación de las empresas por la pérdida del control sobre las tecnologías empleadas en sus procesos de negocio: un 63,1% de las pymes manifiesta que su principal barrera para adoptar este tipo de tecnologías es la falta de conocimientos sobre los beneficios que va a conllevar su uso.
Por último, en cuanto a los costes de implantación, aunque resulta lógica la preocupación, hay que tener en cuenta que estos dependerán, sobre todo, del número de sistemas, del volumen de datos, o de la infraestructura que queramos implementar en el cloud, entre otros aspectos. Por ello, el primer acercamiento al cloud se suele realizar de manera paulatina y progresiva, para analizar todos los pormenores y por lo que la inversión al comienzo puede ser mínima.
Y es que si se elige un solución en la nube, la inversión se realiza poco a poco, pudiendo adquirir los servicios adecuados para la empresa en cuanto a número de usuarios, espacio de almacenamiento y funciones que vayan siendo necesarios. Porque en el cloud todo se puede redimensionar, por lo que se deberá revisar y actualizar la capacidad de almacenamiento, la computación y la funcionalidad para minimizar los costes (a esto lo denominamos “FinOps”).
En definitiva, las bondades del cloud para las pymes son innegables y el número de empresas que se adhieren al uso de esta tecnología lo demuestra. Pero es prioritario trabajar de la mano del asesoramiento experto, para ir dando los pasos adecuados, en base a las necesidades y especificidades del negocio. Esa es la única fórmula para el éxito.
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