Aunque en muchas organizaciones el teletrabajo se ha convertido en una realidad habitual tras la irrupción de la pandemia, el contacto personal sigue siendo una pieza necesaria a la hora de socializar, también en los negocios. Y es que, casi sin darnos cuenta, la interacción personal genera confianza y ayuda a progresar en nuestras actividades.
En el año 2017, un estudio publicado en la revista Journal of Experimental Social Psychology demostró que las comuniciones por escrito, como el email, generaban menos empatía y más dificultades a la hora entender la perspectiva de la otra parte. La falta de contacto personal contribuye a que cada parte se enroque en su posición en los procesos de negociación, no llegando así a un posible punto de encuentro.
De la misma manera, asistir presencialmente a conferencias y eventos es una gran ocasión para conversar con personas con los mismos intereses que los nuestros, lo que difícilmente se logra de manera telemática.
Sin embargo, cuando estas actividades involucran a familiares o comportan una agenda social que eclipsa el contenido técnico del encuentro, resultan sospechosas. Relacionado con ello, en el siguiente video de esta Serie analizo cuándo los viajes de negocio pueden cuestionarse por parecer que encubren ciertas prácticas corruptas, así como algunas cautelas para evitar tales situaciones.
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