Por sus años de dedicación a la proximidad y conveniencia dentro del gigante de la distribución, Alexandre de Palmas tiene una sensibilidad especial por las cuestiones sociales y medioambientales. No concibe un futuro sin ellas, como tampoco lo concibe sin las personas que día a día hacen posible su crecimiento y transformación. Pero, sobre todo, visualiza un futuro en el que la flexibilidad y la capacidad de adaptación superan las incertidumbres con las que nos movemos hoy.
Respuesta. Atraer a nuevos talentos y promoverlos dentro de la empresa es quizás la primera responsabilidad de un manager. Y, para atraer nuevos talentos, es necesario contar con un proyecto claro y ambicioso, así como saber comunicarlo externamente. Este proyecto es también el principal motor del desarrollo interno del talento.
Además, saber dar una oportunidad a los jóvenes y ser capaz de abrirse a una diversidad de perfiles es una necesidad para una empresa que quiere transformarse. El manager y el CEO tienen un deber absoluto en este sentido y una necesidad de dar ejemplo en las elecciones que hacen para su equipo directo. El talento es el verdadero motor de la empresa y, por ende, debe ser la prioridad.
R. Las cuestiones sociales, medioambientales y de gobernanza y su importancia en el ámbito corporativo ha cambiado radicalmente en los últimos 2-3 años. Antes era un ejercicio impuesto, que consistía principalmente en un informe producido por las empresas. Hoy en día es una realidad con la que las empresas conviven día a día, ya sea en el pilar medioambiental, que modifica profundamente nuestras acciones y nuestros planes estratégicos, o en el aspecto social, donde las empresas deben comprometerse cada vez más y rendir cuentas con resultados concretos, o incluso en cuestiones de gobernanza que están bajo la mirada de todos las grupos de interés, accionistas o empleados. Los asuntos ESG son una dimensión central de la empresa hoy en día y debe estar en el centro de la preocupación del directivo.
R. La pandemia supuso un tremendo impulso al comercio digital. Y a día de hoy el e-commerce ha mantenido su gran dinamismo, pero la cuestión es más amplia, porque el verdadero reto es la omnicanalidad de los clientes. El cliente se relaciona con la marca cada vez más a través de distintos canales. Según la hora del día, según sus necesidades y su situación, preferirá un canal físico o uno digital. Por ello, nuestra responsabilidad es ofrecer una experiencia fluida y sencilla en la que puedan pasar de un canal a otro en el mismo entorno y con la misma propuesta de valor. La omnicanalidad es el futuro, mucho más que el comercio digital.
El propósito de una empresa tiene que reunir a todas las partes implicadas de la misma: empleados, accionistas, pero también la comunidad de clientes de la empresa. Hemos decidido dotarnos con una razón de ser, que es la Transición Alimentaria para todos. Se trata de un compromiso con la calidad de los productos que vendemos, pero también con la accesibilidad de los mismos, de manera que lleguen al mayor número de personas. A través de estas dos dimensiones, conseguimos fidelizar y comprometer a nuestros empleados. Fijamos un rumbo más allá de los acontecimientos y las vicisitudes socioeconómicas y movilizamos a nuestros clientes en torno a nuestros propios valores. Porque más allá de las crisis sanitarias o económicas, más allá del teletrabajo o de los cambios circunstanciales, ahora es más necesario que nunca para las empresas fijarnos un rumbo, un propósito, y un horizonte.
R. Vivimos una época compleja e incierta, pero no creo que sea específica del momento en que vivimos, si no que creo que marca una época, un periodo. El futuro es incierto, complejo, cambiante y cada vez más difícil de anticipar. No creo que debamos tomar medidas para intentar contrarrestarlo, porque eso es imposible. Debemos ser pragmáticos y muy flexibles. El buen líder de hoy y de mañana no es el que tenga razón, sino el que sea capaz de reconocer sus errores, cambiar rápidamente y adaptarse a una situación que es, por definición, incierta. No intentemos tomar medidas que resultarán equivocadas o negativas, al menos en la mitad de los casos. Tratemos de ser ágiles, flexibles y capaces de adaptarnos a lo que nos ocurra.
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