El contexto macroeconómico inestable de los últimos años ha demostrado a las empresas la importancia de contar con cadenas de suministro sostenibles y resilientes, que permitan la continuidad del negocio, incluso, en circunstancias no habituales. Para conseguir estos objetivos, resulta fundamental abandonar los conceptos clásicos asociados a esta área, tales como la evaluación de proveedores exclusivamente en base al nivel de servicio, experiencia y márgenes económicos de su operativa, o el cumplimiento de garantías técnicas sin importar la huella generada. Sin embargo, las entidades que conciben la cadena de suministro como palanca clave de su negocio, entienden su gestión como un proceso clave en la generación de valor añadido a sus clientes.
Los valores ESG son aplicables a la cadena de suministro más allá del aspecto puramente medioambiental (E) ya que, lograr generar modelos de suministro sostenibles forma parte del compromiso adquirido por las empresas como dinamizadores de la economía y su implicación en la sociedad (S). Para ello, es necesario que los órganos de gobierno de las empresas adopten un rol activo en el fomento de estas medidas (G). En un contexto de creciente concienciación ambiental y responsabilidad social, la integración de los principios ESG en la cadena de suministro se vuelve tan necesaria como compleja.
Precisamente esta complejidad puede suponer, en ocasiones, un impedimento para abordar este tipo de proyectos, si bien se percibe una tendencia al alza en el interés de las empresas para ejecutarlos. Los retos que ofrece la cadena de suministro deben solventarse con soluciones innovadoras para consolidar las componentes sostenibles, sociales y de gobierno de estas:
En consecuencia, como profesionales del sector debemos hacer ver a los clientes que la integración ESG desde la función de compras excede los beneficios puramente ambientales, sociales y de gobierno, poniendo en valor las componentes económicas, de posicionamiento y de diferenciación en el mercado que traen aparejadas estas iniciativas.
La evolución de los mercados nacionales e internacionales en materia ESG de los últimos años considera la transformación sostenible de las cadenas de suministro como un proceso necesario para resultar competitivas en el futuro más próximo.
Todos aquellos proyectos de transformación hacia una cadena de suministro sostenible que resultan exitosos:
Integrar los principios ESG en las cadenas de suministro ha dejado de ser una tendencia superficial. Ahora el contexto geopolítico, económico y social lo demanda y lo exige, y las organizaciones deben abrazarlo como uno de sus principios fundamentales, liderado por la función de compras de las organizaciones. Porque una cadena de suministro sostenible y resiliente es sinónimo de una compañía sana y fortalecida para hacer frente a cualquier coyuntura.
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