El mercado prefiere productos sostenibles. La opinión publica cada vez está más concienciada acerca de la importancia de la sostenibilidad y los consumidores reflejan esta conciencia por lo sostenible en sus comportamientos, seleccionando lo que compran en función de su atractivo sostenible o cómo integran los aspectos ESG. Cuestiones como el cambio climático o la protección de los ecosistemas son asuntos que ya están en boca de los consumidores, por lo que la innovación sostenible se convierte ha escalado posiciones dentro de las prioridades de las compañías.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio “Como satisfacer al consumidor con una conciencia sostenible”, realizado por KPMG Internacional en 2022. El estudio revela datos como que el 86% de los consultados se preocupa activamente por los factores sociales y medioambientales, que el 64% afirma que cuando compra un producto quiere entender su impacto ambiental y que un 76% ha tomado decisiones de compra basadas en el planteamiento de una empresa para reducir su impacto ambiental. Los consumidores votan con sus carteras cuando se trata de seleccionar organizaciones.
El rol de los consumidores en la transición verde se verá fortalecido, dado que la Comisión Europea (CE) ha establecido su empoderamiento como uno de sus principales objetivos en la transición hacia un futuro más sostenible. La intención de la CE es dotar a las personas de las herramientas y recursos necesarios para impulsar la toma de decisiones responsables con el medio ambiente y la innovación sostenible. Este objetivo se plantea en la Nueva Agenda del Consumidor de la UE y se refleja también en el Plan de Acción para una Economía Circular de la UE, cuyo propósito es establecer como norma la sostenibilidad de los productos, servicios y modelos de negocio.
Una de las iniciativas legislativas para alcanzar esta ambición es la nueva propuesta de Directiva sobre green claims (reclamos verdes o ecológicos). El objetivo de esta directiva es garantizar la fiabilidad de las declaraciones y etiquetas ambientales, permitiendo a los consumidores tomar decisiones de compra mejor informadas. De esta manera, se protege a los consumidores del greenwashing o “blanqueo ecológico” y fomenta la competitividad de las empresas comprometidas con la mejora de la sostenibilidad ambiental de sus productos y servicios.
Antes de comunicar a los consumidores cuestiones ESG del producto o servicio, las organizaciones deberán justificar dichas alegaciones con base en pruebas científicas ampliamente reconocidas, determinando los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida del producto, así como verificar las declaraciones por un tercero independiente.
En este contexto, integrar la innovación sostenible en las propuestas comerciales se convierte en una estrategia fundamental para atraer a nuevos consumidores.
Con el fin de evolucionar hacia productos más respetuosos con el medioambiente y la sociedad, las organizaciones deberán pasar por:
Así, algunas de las estrategias de innovación sostenible son:
En definitiva, en un mercado donde se promueve activamente la sostenibilidad de los productos, las organizaciones deben integrar la innovación sostenible en sus propuestas, comprendiendo el ciclo de vida del producto, y trabajando en identificar y reducir los impactos negativos en el medio ambiente y la sociedad. Es por ello que estrategias como el fomento de la reutilización, la reparación y reciclaje y el uso de materiales renovables o reciclados son fundamentales para satisfacer las demandas de los consumidores comprometidos con la sostenibilidad.
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