El cambio ha llegado para convertirse en la nueva permanencia: la disrupción tecnológica, los conflictos geopolíticos, la transición sostenible o la emergencia climática son solo algunos de los asuntos más determinantes para el futuro tejido económico y empresarial. Y quién sabe los nuevos retos que pueden llegar. Adaptarse a este escenario y actuar con urgencia para aprovechar las oportunidades solo será posible a través del activo más valioso que tienen las organizaciones: el talento.
Pese a que las empresas son conscientes de la necesidad de atraer y fidelizar a los mejores profesionales, están experimentando dificultades para encontrar las capacidades que necesitan, lo que pone en riesgo alcanzar sus objetivos de negocio. Esta brecha de talento fue debatida en el evento de presentación del informe ‘Caminos que convergen: jóvenes y empresas ante el reto del talento’, elaborado por KPMG y la Fundación Princesa de Girona, que ahonda en los roles y competencias más demandados en el mercado y propone iniciativas para reducir este ‘gap’ de talento.
Priorizar el talento es una cuestión ineludible y esta ha sido una cuestión que ya ha sido protagonista a lo largo de los años, siendo esencial para superar disrupciones y volver a emprender la senda del crecimiento. Como ejemplificó Francisco Belil, presidente de la Fundación Princesa de Girona, la historia de Japón a mediados del siglo XIX es buena muestra de ello, su sociedad decidió apostar decididamente por la educación y extenderla a todos los estratos de la sociedad para hacer frente a los avances tecnológicos del momento y activar la reconstrucción y el crecimiento económico, convirtiéndose así en toda una potencia mundial.
En este sentido, no hay duda del poder transformacional de las personas y así se ha demostrado a lo largo de la historia. Sin embargo, es esencial fomentar la colaboración entre instituciones, organizaciones y la sociedad en su conjunto para mejorar el sistema educativo y ayudar a orientar a los jóvenes a definir su futuro laboral desde edades tempranas.
“Desde las compañías hemos evolucionado hacia modelos donde las skills forman parte del core de nuestra gestión, poniendo así especial énfasis en tres pilares: las capacidades críticas que necesitamos, el entendimiento de las habilidades con las que contamos y la activación de iniciativas para cubrir el gap de talento”, explica Olga Rincón, directora de People & Change de KPMG en España.
Para conseguir este último objetivo, las empresas están poniendo foco en la formación y mejora de capacidades y habilidades entre los profesionales (‘upskilling’ y ‘reskilling’). Sin olvidar la relevancia de facilitar y promover el aprendizaje continuo entre los profesionales, pues como indicó Paola del Río, directora corporativa de Experiencia de Empleado en Ilunion: “desde las empresas hay una gran responsabilidad de seguir formando a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, ya que el aprendizaje nos va a acompañar toda la vida”.
Acercarse a los jóvenes implica escuchar. Un factor crucial a tener en cuenta es que las nuevas generaciones dan un mayor peso a cuestiones más ligadas con la aportación a la sociedad a la hora de decidir dónde incorporarse en el mundo laboral. Tal y como destacó la jefa del área de Educación de Fundación la Caixa, María Espinet, “(los jóvenes) consideran que su proyecto vital está muy relacionado con su proyecto profesional, quieren realizar cambios significativos y son una generación que pone el acento en el valor relacional y en la calidad humana”.
Asimismo, las nuevas generaciones prestan especial atención al cuidado de salud mental y el bienestar, más allá del meramente profesional. Como destacó Enrique Fernández, director de Talento y Cultura de Repsol, promover el liderazgo será a su vez especialmente relevante a la hora de atajar los múltiples desafíos a los que se enfrenta el tejido empresarial.
¿Qué pueden hacer las empresas? En primer lugar, tratar de acercarse a los jóvenes antes de que accedan a su primer empleo. Cuanto antes, mejor. “Tenemos un papel clave como compañías a la hora de acercarnos a los jóvenes y poder ayudarles desde edades más tempranas para que tengan toda la información necesaria y puedan así dirigir sus carreras hacia perfiles profesionales más demandados”, apuntó la directora global de Talento de Telefónica, Florie Saulnier. En este sentido, es importante priorizar e impulsar el talento femenino, sobre todo en posiciones de liderazgo.
En definitiva, abordar el ‘gap’ del talento debe contar necesariamente con una participación proactiva por parte de todos los agentes implicados, que sean capaces de entender un nuevo modelo de gestión de personas. Que escuchen las necesidades de los jóvenes, para darles respuestas y acercar ambos lados del camino. Y que avance hacia un futuro más equitativo, inclusivo y que confíe en el aprendizaje continuo como la llave para abordar los desafíos presentes y futuros.
Deja un comentario