Más rentabilidad a largo plazo y mayor descorrelación. La contrapartida: renunciar a la liquidez. Las inversiones alternativas que seducen hoy en día a los nuevos clientes minoristas han llegado para quedarse.
Porque asistimos a un crecimiento constante que ni mucho menos ha tocado techo. Solo en España, en los últimos 5 años, en capital riesgo y venture capital, el volumen gestionado se ha duplicado, con cifras anuales de 9.000 millones de euros el año pasado. Y el volumen de patrimonio agrupado en vehículos cerrados llegó a 30.000 millones de euros a finales de 2022, más del doble que hace 10 años, según datos de la CNMV, que cada vez inscribe más gestoras de nueva creación o que se adaptan a este ámbito. Sobre esta coyuntura y las perspectivas a medio y largo plazo se debatió en el III Foro de Inversión Alternativa, organizado por KPMG y El Confidencial.
Durante el evento, Javier Muñoz Neira, socio responsable de AM de KPMG España y Global Head de One FS Asset Management hizo hincapié en el claro proceso de transformación y crecimiento en el que está inmersa la inversión alternativa y señaló los seis factores más relevantes que están impactando en la industria de Mercados Privados:
Sobre esa senda de crecimiento se pronunció también Daniel Pingarrón, Head of Private Assets de Natixis Investments Managers.: “ahora mismo hay unos 25.000 millones de euros invertidos en fondos de mercados privados. Pero la proyección es que, en los próximos 2 años y medio, hasta finales de 2025, esto aumente en un 50%, hasta los 37.000 millones”.
Un mercado menor, en términos relativos, según Montserrat Martínez Parera, vicepresidenta de la CNMV, pero que “juega un papel relevante en determinadas empresas, sobre todo, en las pequeñas y en sectores muy dinámicos, como la tecnología y la transición energética”.
El crecimiento se ha ralentizado en 2023 debido a la situación inflacionaria y de tipos de interés. Si el año pasado se dieron de alta 204 vehículos de inversión en capital riesgo, en lo que va de año son 81 y, a este ritmo, se alcanzarán los 160 al final del ejercicio.
Para la vicepresidenta de la CNMV, se trata de un sector con unas características muy diferentes a los vehículos tradicionales que los inversores minoristas deben tener en cuenta. Como dice José Luis del Río, Managing Partner y Co-CEO de Arcano Capital AM, “mejoras rentabilidad con un riesgo controlado, pero renuncias a liquidez”. Y esa es una circunstancia que los inversores menos acostumbrados deben tener muy clara.
“En un sector que sabemos que es menos transparente, ofrece menos información sobre las valoraciones de los activos en los que invierte -algo subyacente a su propia dinámica– y las inversiones son menos líquidas, con un horizonte a medio y largo plazo, de 5 o 10 años. Puede en algunos momentos generar cierta tensión”, observa la vicepresidenta de la CNMV, que aboga por profundizar en “la interrelación creciente con otras partes del mercado”, como los fondos, los fondos de fondos y las propias entidades financieras.
El momento dulce que vive el sector se debe en buena parte a la volatilidad de los mercados. Como dice Francisco Uría, Banking & Capital Markets Global Head y socio responsable del sector financiero de KPMG, “los inversores buscan una mayor diversificación en sus carteras y una rentabilidad inmune a los vaivenes del mercado”.
Ante ello, los actores bancarios han movido ficha y creado gestoras y plataformas especializadas. “La rentabilidad combinada de renta fija y renta variable del año pasado fue la peor en 4 décadas, lo cual puso el foco en los mercados privados”, reconoce Daniel Pingarrón, Head of Private Assets de Natixis Investments Managers.
También los cambios legislativos, como la Ley de Crea y Crece o el nuevo reglamento de Fondos de Inversión a Largo Plazo Europeos (FILPE), han flexibilizado el acceso a este tipo de inversión, modificando el ticket mínimo y rebajando los requisitos de acceso. La CNMV está agilizando los procesos, con nuevos formularios, plazos más cortos de autorización y un mejor reporting. El minorista ha llegado. Hoy, el 60% de los inversores en capital riesgo son inversores minoristas.
Entre las preocupaciones del supervisor están los posibles conflictos de interés entre inversores, como el traspaso de carteras entre vehículos o la dificultad de conocer el valor real de las inversiones por la entrada de nuevos clientes cuando el vehículo aún no está cerrado. De ahí que se plantee publicar recomendaciones que ayuden a las gestoras a resolver adecuadamente estos conflictos.
También la CNMV ha trasladado a las gestoras la importancia de contar con herramientas que permitan la gestión de liquidez y tramitar mejor las peticiones de reembolso, así como una mayor transparencia y un mayor control de los límites de apalancamiento.
“Podemos estar satisfechos del enfoque de las gestoras de inversión alternativa en España. Todo ello va a ayudar a que esta inversión, ese capital riesgo, se siga consolidando”, concluye Montserrat Martínez Parera.
Tras un año 2022 turbulento, sometido a tantas incertidumbres, en 2023 asistimos al nacimiento de un “nuevo régimen”, en palabras de Fabio Osta, Managing Director en Black Rock Alternatives Specialists EMEA, caracterizado por tipos altos, alta volatilidad, bajo crecimiento e inflación. En esa tormenta perfecta, el crédito privado ha actuado como fuente de financiación para sostener la economía mundial.
Ante este panorama, que implica primas de riesgo más elevadas, los inversores buscan mayor resiliencia en los activos subyacentes. La inversión alternativa encuentra su oportunidad en su apuesta por el largo plazo y en las posibilidades que ofrecen sectores como la tecnología (ciberseguridad y cloud computing), el cambio demográfico (senior housing, residencias de estudiantes, salud), la digitalización (data centers y fibra) y la descarbonización (infraestructura).
En infraestructuras está entrando dinero a espuertas, es el activo que menos se ha resentido, el más resiliente y con más protección ante la inflación”, dice por su parte José Luis del Río, Managing Partner y Co-CEO de Arcano Capital AM.
El mercado de la inversión alternativa, según el experto de Black Rock, debe aprender de lo vivido en la última década: perspectiva a largo plazo, actitud activa, combinación de lo público con lo privado (“la cartera total”) y ser muy selectivos. En su caso, eso significa elegir solo el 3% de las oportunidades de inversión privada que se le ofrecen cada año.
Una de las mesas de debate, moderada por Javier Muñoz Neira, Socio responsable de Asset Management de KPMG en España, puso el acento en el impacto de los criterios ESG en el mercado alternativo. Los inversores y los gestores se sienten interpelados por fenómenos como el calentamiento global, el envejecimiento de la población o el crecimiento de la desigualdad.
¿Significa eso una cesión en términos de rentabilidad? “Si inviertes con criterios ESG, lejos de mermar la rentabilidad de las inversiones, ocurre justo lo contario: mejoramos la rentabilidad”, afirma José Luis del Río, de Arcano Capital AM. Sin olvidar los problemas que hay que resolver por el camino, como los sistemas de medición, la convivencia de distintas jurisdicciones en esta materia o la necesaria formación de gestores, bancos y clientes.
En el mismo sentido se pronuncia Miguel Zurita, Managing Partner de AltamarCAM Partners: “A cada inversión le damos una nota desde el punto de vista ESG. Una nota entre rentabilidad y sostenibilidad. Y hay una ligera rentabilidad positiva. No por estar ahí vas a tener mejor rentabilidad, pero podemos afirmar que por estar ahí no vas a perder rentabilidad”. Para este experto, la taxonomía está remando en esa dirección. “Cada vez tenemos más inversores que solo quieren fondos de artículo 8 o artículo 9”, reconoce.
Para Borja Díaz-Llanos, Global CIO Alternative Investments de Santander AM, si hay una megatendencia clara es la descarbonización. “Va a estar aquí 10 o 20 años, sin disminuir la rentabilidad esperada, sino todo lo contrario. Puedes invertir favoreciendo la descarbonización, con un proceso productivo más sano para el planeta, y además con una rentabilidad mayor a otros sectores”.
“La juventud va a tomar decisiones. Cuando hablas del fondo, lo primero que te preguntan es si hacen bien las cosas, no solo es importante conseguir la rentabilidad. Es algo que está aquí para quedarse”, dice Álvaro Villanueva, CIO Alternative Assets de CaixaBank Banca Privada. Como apuntala Javier Muñoz Neira, “el relevo generacional va por ahí, empujando claramente en esa dirección”.
El retraso digital ante la irrupción de las inversiones alternativas rompe el paradigma de que toda tecnología antecede a un desarrollo disruptivo. Todos los panelistas de la jornada, y en particular en la mesa sobre Tecnología moderada por Alfonso Figal, socio de FS Consulting de KPMG en España, coincidieron en que no hay una infraestructura digital lo suficientemente consolidada para facilitar la inversión privada.
Falta tecnología y falta formación. Como dice Álvaro Villanueva, de CaixaBank Banca Privada, hoy se les pide a los candidatos que sepan programar en Phyton y manejarse en Power BI. Conocimientos financieros, sí, pero con una capa tecnológica innegociable.
Las inversiones alternativas, a pesar de su menor dimensión, son multiproducto y más complejas desde el punto de vista operativo. “Estás hablando de multitud de inversores con participación de 10.000 euros, la complejidad añadida es muy grande. Es una diversidad de vehículos y soluciones distintas. La tecnología es clave”, apunta Carla Bergareche, de Schroders.
A la dificultad del mercado se le une su reducida dimensión. “Las necesidades tecnológicas son mayores, pero el mercado es más pequeño”, dice Pablo Sanz, CIO de Allfunds Alternatives, para quien “la tecnología no es cuestión de diferenciarse, sino de supervivencia. El ámbito operativo, el gran olvidado, ahora es estratégico”.
Frente a lo que dominó en el pasado -soluciones que capturaban el cliente para toda la vida e impedían que nuevos desarrollos se conectaran con la plataforma-, hoy se demandan soluciones flexibles y universales que “ya no te mantienen cautivo”.
Javier García Díaz, Head of Sales Iberia en Black Rock, apunta otro vector de diferenciación tecnológica: la calidad del dato. “No solo para invertir bien sino para gestionar el riesgo de la mejor manera posible”, precisa. Hablamos de tecnologías capaces de procesar 2.000 factores al día, realizar 5.000 pruebas de estrés o hacer 180 millones de cálculos. Nacieron para los mercados tradicionales. Ahora el reto es adaptarlas para el nuevo sector alternativo.
Deja un comentario