La evolución del entorno macroeconómico unido al incremento de los costes, así como de la variedad y complejidad de los servicios requeridos por los clientes, han supuesto un enorme reto para las entidades financieras, que han optado por fomentar el uso de modelos más avanzados y sofisticados. Los bancos emplean modelos para tomar decisiones de inversión, evaluar riesgos, estimar las necesidades de capital o entender el comportamiento de sus clientes, entre otros usos, convirtiéndose así en un componente clave de eficiencia operativa y gestión del riesgo.
En este contexto, el incremento en el uso de los modelos, así como el cumplimiento de las expectativas supervisoras, introduce nuevos desafíos que las entidades financieras deben encarar a través del diseño e implementación de un marco robusto de riesgo de modelo y un plan estratégico de modelos.
Antes de explorar algunos aspectos a considerar en un plan estratégico de modelos, es necesario entender por qué la gestión de los modelos es un tema de máxima prioridad para los bancos a día de hoy:
Por todas estas razones, los responsables de la gestión de modelos están viendo incrementadas tanto las tareas que desempeñan como la exhaustividad de las mismas, con el objetivo de demostrar que el riesgo generado por los modelos es adecuado para su propósito.
En este sentido, las entidades financieras necesitan diseñar e implementar una estrategia de modelos que debe contemplar, al menos, los siguientes aspectos:
Por tanto, aquellas entidades capaces de anticiparse a estos desafíos metodológicos, tecnológicos y de gestión de equipos, sin dejar de cumplir con las expectativas supervisoras, serán las que marquen la diferencia y alcancen una ventaja competitiva en el mercado.
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