Los consejeros delegados de los principales bancos españoles se dieron cita en el XIV Encuentro Financiero organizado por KPMG y Expansión. Está siendo 2023 un año de claros y oscuros, con rentabilidades récord y contracciones en el crédito. Y dará paso a una etapa de prudencia: la que marca el supervisor y ya interiorizan las entidades ante las señales que se observan en el horizonte.
El encuentro anual quedó marcado por las trágicas noticias procedentes de Israel. Un nuevo sobresalto que sumar a la complicada gestión del riesgo que afronta la banca desde 2008. “El sector bancario español ha mostrado una notable resistencia a las perturbaciones. Ha permitido una mejora de la solvencia, de la rentabilidad y de la calidad crediticia”, dijo al cerrar la jornada el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Pero advirtió: “La confianza en nuestro sector bancario no debe hacer que disminuya nuestra atención frente a los riesgos existentes”.
El sector cerrará 2023 con una de las rentabilidades más elevadas de la última década. Los consejeros delegados de grupos como Santander, CaixaBank, BBVA, Sabadell, Ibercaja, Unicaja, Kutxabank y Abanca avanzaron el tono de sus resultados anuales, que recogen las consecuencias del “muy contundente endurecimiento de la política monetaria europea”, como la denominó el gobernador del Banco de España.
De hecho, el pasado mes de julio la banca española superó las pruebas de resistencia, conocidas como test de estrés, y con mayor holgura que en otros países. Una de las grandes preocupaciones de los ponentes en esta jornada fue la lentitud en la creación de un Fondo Europeo de Garantía de Depósitos, defendida tanto por Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), como por Hernández de Cos.
“Un fondo de garantía plenamente mutualizado daría un impulso a la confianza de los ciudadanos y los mercados y contribuiría a una mayor compartición de riesgos en el área del euro y, por tanto, a potenciales episodios de fragmentación”, dijo el gobernador, que se felicitó del rápido ritmo de transmisión de la política monetaria a la economía real, en particular con el desplome de los créditos.
“La caída de la inversión crediticia es por diseño. Si no hubiese caída de la inversión crediticia las políticas monetarias no estarían funcionando. Hay un problema de inflación y la política monetaria ha decidido ser restrictiva en todos los aspectos, no solo en tipos de interés, y eso aspira a una cierta reducción de la demanda de crédito”, dijo el CEO del Sabadell, César González-Bueno. Y añadió que lo estamos viendo sobre todo “en productos de inversión, a medio y largo plazo, y en los particulares, a las hipotecas. Pero con caídas moderadas del stock. No es radical”, explicó el máximo directivo del Sabadell.
Para Juanjo Cano, presidente de KPMG en España, “la banca española ha vuelto a demostrar su buen estado de salud. En los test de estrés los bancos salieron reforzados y demostraron su capacidad de reacción y resistencia ante una crisis”. Estas pruebas, justo cuando se cumplen 10 años del Mecanismo Único de Supervisión, dan fe de que el BCE ha sido un supervisor exigente y que el esfuerzo ha valido la pena.
La rentabilidad de la banca ha mejorado claramente en España. Así lo constató Luis de Guindos. Pero para 2024 se vislumbra una moderación debido a factores como el incremento de los costes de financiación, la remuneración de los depósitos, la menor demanda crediticia, el menor crecimiento económico y la necesidad de mayores provisiones.
Si a ello le sumamos el aumento de la morosidad, y medidas como una posible prórroga del llamado impuesto a la banca, surgen “las dudas sobre la sostenibilidad en la mejora de la rentabilidad de la banca”, según el vicepresidente del BCE.
“Todo esto nos obliga a ser prudentes: prudencia en la distribución de dividendos, en la recompra de activos e incluso en remuneraciones”, apuntó Luis de Guindos, que añadió como “un elemento de vulnerabilidad”, como también lo hizo Hernández de Cos, la falta de un fondo de garantía de depósitos europeo que conjure “una posible fragmentación del sistema bancario en Europa”.
Desde la propia banca se puso en valor, durante la jornada, la capacidad de resiliencia mostrada durante estos años en un escenario nada favorable. “En los últimos 10 años, con tipos negativos, nuestro coste de capital ha sido muy superior a nuestra rentabilidad. Se está empezando a normalizar la rentabilidad. Pero estamos en niveles de valoración de las entidades por debajo del valor en libros. Y muy por debajo de otras geografías que compiten con nosotros”, dijo Francisco Botas, CEO de Abanca.
Como explicó Isidro Rubiales, consejero delegado de Unicaja, la política monetaria “a corto plazo está generando un incremento del margen. Las entidades van a mejorar sus resultados en 2023 a pesar del desapalancamiento. La subida de tipos compensa la menor demanda de crédito”.
La política de reparto de dividendos y este récord de rentabilidad generaron cierta controversia durante la jornada, con el impuesto a la banca planeando sobre varias de las intervenciones. En el Grupo Santander, como en otras entidades españolas, renumeran el 50% del dividendo en efectivo y el 50% restante en recompra de acciones. “Estamos cotizando por debajo de nuestro valor en los libros y tiene mucho sentido hacer esa recompra de acciones”, precisó Héctor Grisi, consejero delegado del Santander.
La misma política que sigue el BBVA, cuyo consejero delegado, Onur Genç, defendió a corto plazo mantener ese sistema de remuneración mixta a los accionistas. El efectivo lo agradecen los minoritarios, unos 800.000, mientras la recompra de acciones aporta valor al accionista. Es una oportunidad al estar los títulos por debajo del valor contable de la entidad.
Sobre el gravamen especial que decae el próximo 1 de enero, Héctor Grisi opinó que “desde el punto de vista como país no es lo más adecuado”. “De las utilidades que tenemos, una tercera parte se va a pagar impuestos, una tercera parte a pagar dividiendo a nuestros accionistas, que son los que arriesgan el capital para que el banco funcione todos los días, y una tercera parte lo utilizamos para reinvertir en el negocio y dar mucho más crédito. No hay nada más importante para un país que tener un motor de crédito importante, barato y eficiente”, añadió.
“A parte de las consideraciones de la dudosa legalidad del impuesto, que han llevado a que toda la banca lo haya recurrido”, es cuestionable el sentido en sí del impuesto, explicó Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, dado que se diseñó para gravar beneficios extraordinarios y luego se optó por repercutir los ingresos. No tiene lógica, a su juicio, prorrogar un impuesto que grava los ingresos independientemente del ciclo económico.
la banca. “A final de año habremos pagado una tasa impositiva del 35%, frente al 25% de las sociedades. ¿Tiene sentido que la banca pague de manera permanente 10 puntos porcentuales más?”, se preguntó el máximo ejecutivo de CaixaBank.
No obstante, 2023, para Francisco Uría, socio responsable global de Banca de KPMG, “sin ninguna duda es un buen año para los bancos españoles”. Por los resultados y por el alivio que han supuesto las pruebas de estrés. Es un año de transición donde los bancos tendrán que gestionar adecuadamente los grandes ejes de transformación que están cambiando el mundo -geopolítico, económico, energético, climático, demográfico y de talento- y acompañar a la sociedad y las empresas en esa tarea.
Morosidad: una amenaza conjurada por el buen tono del empleo
Luis de Guindos advirtió en la sesión que el nivel de insolvencia es hoy superior al que había al inicio de la pandemia. A pesar del buen comportamiento del mercado laboral, la subida de tipos y la inflación dificultan a los clientes el pago de sus deudas. La banca lo tiene muy en cuenta porque, como señalaron los ponentes, la morosidad es la clave de la solvencia de una entidad.
En España, comparativamente, se registran tasas relativamente bajas gracias a factores como el nivel de empleo y el desapalancamiento que han vivido estos años familias y empresas. Pero también por el tratamiento ofrecido por la banca a sus clientes más vulnerables, más allá de lo que marca el código de buenas prácticas. La clave está en la capilaridad del sector y su cercanía a los casos reales, ese “conocimiento que tienen gestores y directores de cada cliente”, como señaló Francisco Botas, de Abanca.
Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, alertó específicamente de una ligera subida de la morosidad hipotecaria. “Estamos hablando de un cambio de tendencia muy gradual por el impacto de la subida de tipos de interés. La banca está dando muchas facilidades a los clientes que nos colocan en una morosidad subjetiva”.
En este sentido, entidades como la suya registran una elevación media de 90 euros al mes por hipoteca, lejos de las cifras que acaparan los titulares cuando se anuncia una subida de tipos.
Fue una de las preguntas más reiteradas en la jornada: ¿Cuándo se retribuirá a los clientes por el dinero depositado en sus cuentas? Para Francisco Botas, CEO de Abanca, es un error mencionar solo los depósitos a plazo cuando se habla de remuneración. “Hemos aprendido estos años a darle valor a la gestión del ahorro con una visión global: seguros de ahorro, gestión de carteras y fondos de inversión”, explicó.
Isidro Rubiales, CEO de Unicaja, defendió la capacidad de decisión de la banca en un mercado de libre competencia, frente a las presiones para que se remuneren las cuentas a la vista. La misma libertad con la que los bancos decidieron estos años, “con tipos negativos, no repercutirlo en los clientes”.
“Que no retribuyamos de forma generalizada a plazo no significa que no estemos retribuyendo el ahorro estable de particulares y empresas”, dijo Víctor Iglesias, consejero delegado de Ibercaja, que auguró que en los próximos meses los depósitos se incorporen “de una manera natural” a la oferta de ahorro.
Eduardo Ruiz de Gordejuela, CEO de Kutxabank, también apuesta por “construir una relación a largo plazo con el cliente” en materia de ahorro. Ese vínculo ha permitido que miles de particulares hayan accedido, gracias a la banca tradicional, a vehículos más eficientes fiscalmente y diversificados. El depósito a plazo, como subrayó Gonzalo Gortázar, “no es la mejor manera de invertir, porque da mucha seguridad, pero menos rendimiento”.
Otro factor citado en este debate es el esfuerzo que ha hecho la banca para que España tenga las hipotecas más competitivas de Europa, señaló Héctor Grisi. Fijamos la mirada solo en lo que se remunera y no en lo que se presta. Remuneración sí, pero el cliente debe saber que hay opciones en el mercado más interesantes que un depósito o una cuenta.
“El banco hoy es un mejor banco gracias a la digitalización”, dijo en la sesión José Luis Elechiguerra, CIO de BBVA. Como en el resto de entidades, la principal fuente de nuevos clientes es a través de la pantalla. Y el uso de la banca digital en España sigue esta tendencia: según el informe “La digitalización como eje de transformación bancaria”, elaborado por el Observatorio de la Digitalización Financiera (ODF) Funcas-KPMG, el uso de la banca digital ha aumentado en nuestro país en un 30% desde la pandemia. Es decir, el 70% de la población ya usa banca digital, un porcentaje superior a la media europea (60%) y solo por detrás de los países nórdicos (92%). Además, en los próximos cinco años, el sector espera lograr un porcentaje cercano al 85%, lo que supone añadir unos seis millones de clientes adicionales a la banca digital.
Sin embargo, la inclusividad es el gran reto social al que se enfrenta hoy la banca. En BBVA cuentan con gestores especializados, horarios extendidos y un servicio preferencial al cliente sénior, para el que se ha diseñado una aplicación móvil específica.
En CaixaBank, por su lado, parten de “un concepto de digitalización que se basa en dónde está el cliente y cómo le puedo acompañar”, explicó su Director de Medios, Luis Javier Blas. Tampoco se puede generalizar el perfil de cliente sénior como alguien con dificultades de moverse en ámbitos digitales. Hay colectivos más y menos digitalizados. Sin olvidar las comunidades más remotas, señaló Luis Javier Blas, adonde CaixaBank llega cada semana con 650 autobuses que acercan la tecnología a los pueblos y con cajeros conectados a la red de Starlink.
“Venimos trabajando en IA desde hace muchísimos años. Tenemos alrededor de 600 proyectos y ha crecido 8 veces en los últimos 3 años”, dijo José Luis Elechiguerra, de BBVA, donde ponen el foco en tres ámbitos: un nuevo modelo de relación con el cliente, que le aporte valor para mejorar su salud financiera y su sostenibilidad, la productividad y la seguridad.
La digitalización también centró la intervención de Juan Ortí, presidente de American Express España. El efectivo sigue perdiendo cuota de mercado, aseguró, frente a los pagos instantáneos, la tarjeta y los pagos por móvil, empujados por la eclosión del comercio electrónico y la tecnología NFC. “El contactless está presente en 9 de cada 10 pagos con tarjeta a día de hoy”, señaló.
En el caso del euro digital, está aún pendiente de atravesar por su proceso político -Parlamento, Consejo y Banco Central Europeo- y por resolverse cuestiones sobre su implantación, los incentivos que se generan a los actores implicados o la seguridad y trazabilidad, además de la necesidad de “asegurar que la solvencia del sistema no se ve amenazada por esta solución”, según el presidente de American Exprés.
¿Cómo describiríamos hoy una entidad financiera? “Una banca digital con sucursales”, responde Héctor Grisi, consejero delegado del Grupo Santander. “En un año todos los que estamos aquí seremos compañías de Inteligencia Artificial que, además, nos dedicaremos a otras cosas, como las finanzas o la banca”, dijo por su parte Alberto Granados, presidente de Microsoft España.
Sobre el futuro de la banca en relación a la IA se pronunció Eva García San Luis, socia responsable de Lighthouse de KPMG en España, quien destacó el gran esfuerzo de inversión que ha hecho el sector en tecnología, también para que todos los canales sean intuitivos y para poder adaptarnos a las personas a las que fuésemos a hablar. “Y eso ha hecho que cada vez demandemos más servicios bancarios desde cualquier dispositivo. Y los usuarios nos sentimos muy seguros, por un esfuerzo tremendo en ciberseguridad”, señaló la socia de KPMG.
En la mesa dedicada al impacto de la IA en el sector financiero, Alberto Granados mencionó su capacidad para multiplicar la productividad. Si el PIB mundial es de 100 billones de dólares, la IA puede añadir otros 25 billones. Es importante luchar contra los miedos que genera y hacerla avanzar al mismo ritmo que lo hace la regulación.
Juanjo Cano, presidente de KPMG en España concluyó resaltando que “tenemos ante nosotros una tecnología (IA) con capacidad para modificar radicalmente todos los sectores, también el financiero, que debemos abordar analizando todos y cada uno de sus potenciales riesgos. Cuestiones como la privacidad y la seguridad en los datos, o el sesgo de los algoritmos, son claves para el uso y aprovechamiento de esta tecnología”.
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