El Govern de la Generalitat de Catalunya ha decretado el estado de emergencia por sequía en la ciudad de Barcelona y su región metropolitana, y en parte de la Cataluña Central y Girona. Ello afectará a más de 200 municipios catalanes, distribuidos en las comarcas de Alt Penedès, Anoia, Bages, Baix Empordà, Baix Llobregat, Barcelonés, Berguedà, Garraf, Girones, Maresme, Selva, Solsonès, Vallès Occidental y Vallès Oriental, con restricciones significativas en el uso del agua, especialmente para las actividades empresariales que se ubican en esos municipios.
Entre las restricciones que aplicarán al tejido empresarial ubicado en los municipios afectados, previstas en el Plan Especial de Sequía y en varios acuerdos recientes del gobierno catalán, cabe destacar:
En estos casos, este consumo limitado del recurso podría complementarse con agua regenerada procedente de estaciones depuradoras de aguas residuales, a cargo de la actividad empresarial, siempre que exista disponibilidad de caudales.
No obstante, las personas titulares de estos aprovechamientos podrían optar por proponer a la Agència Catalana de l’Aigua un plan de ahorro de agua, acordando la aplicación de un porcentaje de reducción del consumo inferior al previsto en el Plan Especial de Sequía, teniendo en cuenta las particularidades de cada uso, las dotaciones y eficiencia del suministro en condiciones de normalidad y el grado de afectación o interferencia que las captaciones de las explotaciones suponen para los abastecimientos municipales de su entorno.
En paralelo a las mencionadas restricciones, el gobierno catalán ha aprobado recientemente un acuerdo destinado a delimitar las actividades mientras esté activada la situación de emergencia por sequía. Por ejemplo:
En definitiva, el tejido empresarial afectado por el inminente decreto de estado de emergencia por sequía en varios territorios catalanes deberá adaptarse sin duda a las restricciones y medidas expuestas, siendo esencial la colaboración entre el gobierno y las empresas, desde una perspectiva técnica y jurídica, para superar los desafíos ambientales y económicos que la sequía plantea.
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