Tanto es así que la actividad turística supuso un 12,8% del PIB en España (el máximo de la serie histórica), generando más de 95.000 empleos respecto a 2022. Sin embargo, la industria se enfrenta a retos acuciantes como el elevado impacto en los recursos naturales y culturales, la necesidad de elevar la conciencia y responsabilidad social, así como mantener la competitividad más allá del modelo turístico de sol y playa, entre otros desafíos. ¿Cómo superar estos obstáculos e impulsar un turismo sostenible, competitivo y de calidad? ¿Es posible lograrlo asegurando el equilibrio económico?
La actividad turística en España representa un motor clave para la economía del país, por lo que es apremiante reflexionar sobre su modelo de crecimiento y las claves que ayudarán a hacerlo más competitivo. Se trata de establecer un debate que promueva la colaboración público-privada desde una visión igualmente realista en términos económicos. Este fue el objetivo principal que abordó el segundo ‘TourisTalk’ impulsado por KPMG sobre ‘La sostenibilidad económica del turismo sostenible desde una perspectiva pública’. El evento puso énfasis en el modo en que las administraciones pueden facilitar un entorno propicio para que las empresas del sector alcancen sus objetivos de rentabilidad al tiempo que promuevan la sostenibilidad.