La inteligencia artificial y la transición energética: ¿grandes aliadas estratégicas?

La relación entre la inteligencia artificial (IA) y la transición energética continúa estrechándose cada vez más. El progreso y la gestión de datos e información que ofrece esta tecnología se convierten en un valioso activo para continuar avanzando en la transición energética. Y es que la IA no solo facilita el camino hacia el cumplimiento de los objetivos climáticos, sino que también representan una oportunidad clave para potenciar el crecimiento económico y acelerar la transformación verde del tejido empresarial. No es de extrañar, por tanto, que más de la mitad de las empresas del sector energético ya haya implantado la IA en su negocio o prevea hacerlo próximamente, tal y como muestra el informe de Perspectivas España 2024.

Y es que la inteligencia artificial, tanto generativa como predictiva, desempeña un papel clave en la modernización del sector y transformación de toda cadena de valor hacia una mayor eficiencia, rentabilidad y optimización del uso de la energía. Desde aumentar la capacidad y calidad del análisis de datos masivos hasta ayudar a identificar patrones y realizar previsiones, ofreciendo avances hasta ahora inimaginables. Sus ventajas no solo redundan en una gestión más adecuada de la energía, sino que también ayudan a lograr una mayor personalización del servicio y optimización de recursos y procesos.

Ejemplos de casos de uso donde la inteligencia artificial puede acelerar la transición energética

Los algoritmos de aprendizaje automático están revolucionando la industria energética impulsando la digitalización y las capacidades predictivas. Hay muchos casos de uso donde se está trabajando:

  1. En previsiones de demanda energética: Al analizar grandes cantidades de datos en tiempo real y compararlos con patrones de datos históricos de consumo y factores como el clima, la hora del día y eventos especiales pueden proporcionar predicciones más precisas de la demanda de energía.
  2. En el análisis y monitorización de patrones de consumo energético que permiten identificar anomalías y proponen recomendaciones para mejorar y optimar esos consumos ya sea para edificios, instalaciones, redes eléctricas o vehículos, mejorando la eficiencia y sostenibilidad energética.
  3. En la gestión de redes inteligentes y bidireccionales mediante la gestión, integración y optimización de consumos y generación.
  4. En la revisión y control remoto de redes eléctricas y activos de generación eléctrica mediante mantenimiento predictivo a partir de imágenes obtenidas con drones y de datos procedentes de sensores y de rendimiento de equipos para anticipar fallos y reducir los costes de mantenimiento y monitorizar la vida útil restante de los mismos.
  5. En predicción de la generación de energía renovable como la solar y eólica, facilitando su integración en el sistema.
  6. En sistemas de almacenamiento de baterías para optimizar cargas y descargas y consumos de energía según fluctuaciones de los precios.
  7. En mejorar la experiencia cliente, actuando como un agente más que ayuda a resolver incidencias de los clientes y recomendar los servicios/ productos personalizados a cada tipo de cliente.
  8. En la movilidad eléctrica y recarga; gestiones de tráfico y seguridad, etc..

¿Cómo extraer el máximo beneficio de la IA aplicada a la transición energética?

Los principales desafíos que afrontan las empresas del sector

Pese a que existe un amplio abanico de posibilidades y beneficios que hacen de la IA una aliada para impulsar la transición en materia energética, las organizaciones del sector no pierden de vista los desafíos a la hora de incorporar esta tecnología. A este respecto, y como indican los empresarios y directivos del sector energético en Perspectivas España 2024, el 68% sitúa la gestión del cambio y la adaptación al nuevo modelo de trabajo como uno de los principales retos, seguido por la atracción y fidelización del talento (40%). Para hacer frente a estos obstáculos, será clave contar con un sólido marco de gobierno que facilite la integración efectiva y progresiva de esta tecnología, además de poner el foco en la gestión del talento, especialmente en la atracción y fidelización de perfiles STEM.

Adicionalmente, el tejido empresarial también destaca, aunque a cierta distancia, el reto de la privacidad y seguridad, así como de la gestión del dato (39% en ambos casos). Lograr una adecuada accesibilidad, disponibilidad y gestión de la información son desafíos perceptibles teniendo en cuenta que las empresas deben evitar que sus sistemas de IA sean entrenados a partir de datos incompletos y sesgados, dando como resultado conclusiones poco claras o inconsistentes. Por este motivo, las corporaciones necesitan trabajar en la calidad y el gobierno del dato para asegurar la adecuada creación de los modelos predictivos que ayudarán a identificar ineficiencias y ofrecer soluciones de valor añadido al respecto.

transición energética

En consecuencia, las organizaciones necesitan poner el foco en la mitigación de riesgos, con sus altos costes energéticos que lleva su desarrollo y operación; mejorando el entrenamiento ético de los algoritmos y asegurando una recopilación de datos fiable, veraz y contrastada. Por este motivo, contar con el talento adecuado será fundamental tanto para la constante supervisión e interpretación de los resultados obtenidos a partir de esta tecnología que, sin duda, será decisiva para avanzar y aprovechar las oportunidades que ofrece la transición energética.