En muchos sentidos, la sostenibilidad ya no es una cuestión opcional dentro del sector turístico, sino un compromiso que resulta ineludible por parte de las empresas. Así lo aseguró Luis Buzzi al indicar que “la sostenibilidad debe estar integrada en la propuesta de valor de cada compañía, ya que, que dependiendo de cómo la integre en la experiencia del cliente generará mayores ventajas competitivas. Al hacerlo, no solo se protege el medio ambiente, sino que también asegura un futuro próspero para la industria y para las comunidades locales“.
Complementando esta idea, pero incidiendo todavía más en la generación de oportunidades, Patricia Roselló señaló que “existen opciones de crecimiento para las empresas en el desarrollo de productos turísticos sostenibles, invirtiendo en la economía circular y en la eficiencia en recursos, así como a través de la apuesta por un turismo inclusivo y equitativo. De este modo, una compañía está en condiciones de lograr una ventaja competitiva en un mercado que cada vez valora más la sostenibilidad y la responsabilidad social.”
Con un enfoque más corporativo a la vez que filosófico, Othman Ktiri indicó que “se habla mucho de sostenibilidad en general pero no tanto de sostenibilidad económica. Las operaciones, además de ser respetuosas con el medio ambiente, también deben serlo con la caja de la compañía, siendo viables y escalables. La palabra sostenibilidad para mí no sería necesaria si existiese algo mucho más importante como es la humanidad. Falta en el mundo mucha humanidad y sobra egoísmo. A veces, hay que simplificar las cosas, y actuar como si fuéramos a vivir siempre en el planeta, es decir, cuidándolo al máximo”.
El futuro del turismo se apoyará en la tecnología y en los modelos disruptivos pero, también en las personas, incluyendo el capital humano de las empresas
En definitiva, como apuntó Luis Buzzi, “el ejemplo de empresas como OK Mobility demuestra que incluso es posible innovar y ser disruptivos en sectores tan tradicionales como es el caso del alquiler de vehículos. Analizar un segmento desde otra perspectiva y proponer un nuevo modelo de negocio supone un auténtico desafío, y más si la compañía que lo hace quiere mantener la fortaleza de sus valores”.
Entender el rol de las nuevas tecnologías y desarrollar estrategias para vincularlas a los usuarios de cara a entender mejor sus pensamientos y necesidades está marcando la diferencia entre las empresas que están incorporando un mayor valor añadido a las experiencias de sus clientes. Se trata de invertir en la mejora continua del customer journey, con una apuesta permanente por la innovación y el cambio.
Para lograr el éxito, además de la simbiosis adecuada entre innovación tecnológica y foco en el cliente, es indispensable contar con el compromiso total del equipo humano de cada empresa, alineándose con los valores corporativos de manera que no sólo se integren dentro de la estrategia corporativa de la compañía sino que se conviertan en agentes proactivos, por ejemplo, proponiendo acciones que involucren a la organización en cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa.